Por Jimmy López Morillo
Si algo se le debe reconocer a la dirigencia opositora venezolana, es su coherencia en la falta de creatividad. Desde hace 20 años, no han hecho más que dar tumbos en su afán de liquidar a la Revolución Bolivariana.
Salvo el 11 de abril del 2002, cuando brevemente pudieron poner los pies en Miraflores –de donde pegarían la gran carrera, no sin antes vaciar unas cuantas uretras y esfínteres en medio del pánico producto de la reacción del pueblo-, literalmente no pegan una, a pesar de los miles de millones de dólares que ha puesto a su disposición el amo imperial.
En teoría, cuentan con los mejores “creativos” que el dinero pudiera comprar, pero no han encontrado la fórmula para hacerse del poder y colocar en manos de los genocidas de Washington y la burguesía mundial, las incalculables riquezas de Venezuela.
Sus “tanques de pensamiento”, sus laboratorios de guerra de todo tipo, se estrellan una y otra vez contra una variable inmanejable: la inmensa mayoría del pueblo venezolano, claramente convencida de su rol histórico antiimperialista, anticolonialista y digno heredero de nuestros libertadores.
Ni con la criminal guerra económica y el bestial bloqueo financiero impuesto en los últimos años, han podido doblegarnos y eso, con seguridad, los exaspera, los enerva. La desesperación, dinamita sus neuronas, provocándoles, como ahora, una nueva hemorragia “creativa”, de la cual ha surgido la inimaginable figura de los cabildos abierto para declarar –ooootra vez-. “ilegítimo” al presidente Nicolás Maduro y otorgarle un “interinato” al eunuco político a quien tienen encabezando la Asamblea Nacional en desacato.
Como no podía ser de otra manera, luego de jurar por todas las cruces de esa AN írrita que este 23 de enero sí era el día, el momento del “fin de la dictadura”, del “acabóse” del “rrréeegimen”, para lo cual solo bastaría con una masiva asistencia a las concentraciones que convocaron, el de las peladas posaderas ha reculado y ha dicho que sí, pero no es así realmente, sino más o menos, que vamos a ver cómo va la cosa, que todavía falta.
Así mantiene esa depauperada dirigencia opositora, a los pobres incautos que todavía los siguen y andan por allí como ánimas en pena, soñando con que, tal y como se los juran todos los días a través de las redes digitales y los medios de comunicación, el apocalipsis chavista está ahí mismito, a la vuelta de una marchita más, de un cabildito más.
Así andan ellos, mientras nosotros, nos mantenemos en la calle firmes, alertas ante cualquier amenaza, sin subestimar al enemigo, pues los incapaces de aquí cuentan con un poderoso amo en el norte. Aquí estamos, sin menospreciarlos, dispuestos a enfrentar y derrotar cualquier amenaza contra la Patria.