Alfredo Carquez Saavedra
El bulevar de Sabana Grande ha sido objeto de varias intervenciones en materia de regulación urbana. La última gran obra realizada para la recuperación de este espacio público de la capital la llevó a cabo el Estado venezolano por intermedio de Petróleos de Venezuela S.A. y comprendió la colocación de baldosas, demarcaciones viales de concreto y basureros metálicos, instalación de tuberías de aguas blancas, de gas, tanquillas de servicios y bancos para el descanso de paseantes.
No hay que hacer un ejercicio de memoria muy
exigente para recordar el caos que reinaba en ese paseo peatonal -que suma unos
90 mil metros cuadrados y por el que caminan diariamente más de 200 mil
personas- hace pocos años atrás, cuando ese territorio estaba ocupado por la
buhonería, la anarquía y la inseguridad.
Ahora, a tan solo ocho años de su rehabilitación el mencionado lugar corre el riesgo de volver a lo que someramente se describe en el párrafo anterior. Camine Usted desde Plaza Venezuela hasta Chacaíto y verá el deterioro progresivo, la acumulación de basura (aún hay restos de papelillo de carnaval), motos y automóviles circulando o estacionados en lugares obviamente prohibidos; la ausencia de autoridades policiales y el consecuente aumento de la inseguridad personal. Bandadas de niños y adolescentes cazan distraídos caminantes que cometen el error de usar sus teléfonos celulares y, cosa nueva, proliferan como hongos, compradores de oro, plata, dólares y euros, supuestos empleados de casas de empeño antes inexistentes.
Tal vez alguno de los lectores podría pensar que este servidor debería haber dedicado el espacio que le brindan para tratar temas seguramente más de actualidad, como, por ejemplo, la afortunada salida de Venezuela de la Organización de Estados Americanos.
Sin embargo, este asunto aunque de menor impacto periodístico internacional, si tiene un mayor peso en la vida económica nacional. Pues en momentos de intensificación del bloqueo financiero, el país se ve urgido a construir alternativas de generación de divisas. Y el caso de Sabana Grande es un tiro al piso si se quisiera explotar su potencial turístico, haciendo del mismo un lugar para el esparcimiento seguro de los extranjeros que se encuentren de visita en nuestra patria.
Caracas