También a Rusia e insulta al presidente francés
Por: Eduardo Cornejo De Acosta
Hace meses, cuando el pintoresco y peligroso Donald Trump asumió la administración de la Casa Blanca, muchos sentimos que el mundo se tornaba más peligroso, menos estable. Cuando nos enteramos que sujetos cuestionados moral y legalmente lo acompañaban en su gestión, el temor se incrementó.
Estos últimos días, nos han dejado hechos muy preocupantes.
Empecemos por las provocaciones a China. El gobierno del gigante asiático advirtió fuertemente a su par de Washington por vender armas a Taiwán.
“Si hay personas que se atreven a tratar de separar a Taiwán del país, el Ejército de China estará listo para ir a la guerra para salvaguardar firmemente la soberanía nacional, la unidad y la integridad territorial”, decía un comunicado del Ministerio de Defensa chino.
Como es notorio, las tensiones entre Estados Unidos y la República Popular de China se incrementaron cuando a principios de julio se conoció que los norteamericanos venderían a Taiwán 108 tanques, 250 lanzamisiles tierra-aire y otro tipo de armamentos por un valor estimado en 2200 millones de dólares.
El gobierno de Xi Jinping ha manifestado que el principal riesgo para la paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán, son algunas fuerzas separatistas de la isla estimuladas por la administración Trump.
No olvidemos que China considera a Taiwán una de sus provincias, pero decidió romper lazos bilaterales con la isla luego que el Partido Progresista Democrático, liderado por Tsai Ing Wen y de tendencia independentista, triunfara en las elecciones de 2016.
En medio de esa tensión, Estados Unidos envió el 24 de julio un crucero de misiles guiados para que atravesara el estrecho de Taiwán. El buque, identificado como el USS Antietam (CG-54) pasó por el estrecho de 180 kilómetros de ancho que separa Taiwán de la China continental.
Clay Doss, portavoz de la Armada estadounidense, dijo que el hecho «demuestra el compromiso de EE.UU. con un Índico y Pacífico libre y abierto».
Agregó que las fuerzas de su país continuarán «volando, navegando y operando donde lo permita la ley internacional».
En medio de esos hechos, Pekín hace de conocimiento global su Libro Blanco sobre la defensa nacional, donde queda claro el principalísimo rol de Moscú como socio estratégico.
Analistas de la geopolítica mundial, de los temas militares, estiman que esa alianza trastoca el mundo actual dado el potencial no sólo militar sino también político y económico de ambos países. Estiman que su influencia no se limitará a la región Asia-Pacífico, sino que trascenderá a todo el planeta.
De hecho, el 23 de julio, Rusia y China efectuaron el primer patrullaje conjunto en la región Asia- Pacífico. Paralelamente, Rusia inició la entregó a China del segundo regimiento de S-400. El 24 de julio llegó a San Petersburgo el destructor Xian de la Armada china para el Desfile Naval Principal.
Franz Klintsévich, miembro del Comité de Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación (Senado) de Rusia, dijo que “está convencido de que solo tres países pueden librar guerras modernas: Estados Unidos, Rusia y China. Y dos de esos tres, al concluir un acuerdo militar, privan a EEUU del dominio en el ámbito técnico-militar».
Antes de eso, y fortaleciendo más el eje Pekín- Moscú, The Wall Street Journal informó que China y Camboya firmaron un acuerdo secreto para que la Marina china tenga acceso exclusivo a la base naval Ream, en el golfo de Tailandia, durante 30 años.
De hecho, el 2017 su gobierno canceló los ejercicios militares bilaterales Angkor Sentinel con EEUU, hoy los efectúa sólo con China.
Ello irritó mucho a Washington. Emily Zeeberg, portavoz de la embajada en Phnom Penh, dijo que el gobierno camboyano debe honrar «su compromiso constitucional de seguir una política exterior independiente».
El gobierno japonés, por su parte, acusó que buques de guerra chinos habían violado su soberanía marítima. Washington respaldó a Tokio. Estados Unidos agita todos los conflictos posibles en esa zona del mundo. Quiere crear inestabilidad regional para que China concentre sus esfuerzos en ello, y no en terminar de derrotarlo comercial y diplomáticamente. Quiere los conflictos en las fronteras de China, en su área de influencia, si son militares mejor.
Finalizando julio, Pekín acusó a Washington de estar tras las violentas protestas registradas en Hong Kong.
Así las cosas en el lejano oriente, el 25 de julio se supo que Ucrania apresó un petrolero ruso en un puerto del mar Negro. No olvidemos que ese país recibe apoyo militar norteamericano, recientemente, en mayo, el Pentágono aprobó suministrar misiles antibuque a Ucrania, con lo cual estarían llevando un conflicto que pudiera escalar peligrosamente a las mismas fronteras rusas, y en donde se involucrarían países con armas nucleares.
En Rusia, voceros del Ministerio de Asuntos Exteriores, dijeron estar al tanto del apresamiento del navío y llamaron a sus pares ucranianos a evaluar las consecuencias de sus actos.
En otro lado del mundo, en América Latina, aeronaves norteamericanas violan el espacio aéreo venezolano, en una escalada de provocación, como lo hacen en Irán, que es repudiada por la comunidad internacional decente.
Los aviones, especializados en guerra electrónica y espionaje, fueron interceptados y expulsados por aviones de origen ruso y chino, con los que cuenta la fuerza aérea venezolana.
La provocación se produce cuando culminaba la reunión en Caracas del Movimiento de Países no Alineados y empezaba el Foro de Sao Paulo. Se producen cuando autoridades de la cancillería rusa del más alto nivel ruso visitan nuestro hemisferio.
Aunque Washington extendió su permiso a la Chevron para seguir operando en Venezuela.
En simultáneo, Craig Cohen, estratega del banco JPMorgan Chase, dijo en un artículo difundido el 26 de julio que la extinción del dólar como moneda hegemónica, como arma disuasiva de la Casa Blanca, estaba llegando a su fin.
En otro momento de ese día, el inefable Donald Trump llama estúpido a Emanuel Macron, presidente de Francia, por imponer tributos a gigantes tecnológicos, entre ellos había empresas norteamericanas.
En fin, los temores toman cuerpo. Trump, en campaña temprana por la reelección presidencial, crea inestabilidad y temor con sus actitudes arrogantes y hostiles.