Ya de vuelta en casa después de unos pocos pero muy intensos días en Caracas. Intensos en cuanto a agenda se refiere pero también en lo emocional. Un viaje compartido con gente maravillosa: Agustin, Tasio, Zigor, Aitzol, Elena,… todos esos ya conocidos con los que íbamos coincidiendo: Takolo, Eneko,… y con gente que conocimos ya ahí y de los que seguro unos cuantos llegaron a nuestra vida, espero, para quedarse.
Una agenda intensa que nos mandó al traste todo el proyecto inicial que teníamos Tasio y yo de grabar, entrevistar, etc, para montarlo después. Al contrario, fuimos nosotros los grabados y entrevistados en varias ocasiones. Jornadas intensas de autobús, actos, visitas, encuentros,… pero llevadas tan fácilmente que para cuando queríamos darnos cuenta ya se nos podían haber pasado las horas de comer y de cenar sin darnos ni cuenta. Visitamos TeleSur, la Asamblea Nacional, marchamos junto al pueblo, subimos al Cuartel de la Montaña de noche y de día a celebrar el cumpleaños de Hugo Chávez, estuvimos en Miraflores… todo lo que podía caber en el escaso tiempo de estancia que teníamos. Cabeza y corazón funcionando a todo trapo.
También tuvimos momentos de asueto, pero no estaban éstos tampoco ausentes de motivaciones. Así fue que cenando y tomando cerveza con camaradas en La Patana tuvimos la maravillosa oportunidad de conocer a Sol Primera, la mujer del Cantor del Pueblo Ali Primera. Y no sólo eso, sino que también pudimos verla cantar “Adiós en Dolor Mayor” con el grupo que estaba tocando en vivo. Curiosamente ya habíamos conocido a su hijo Juan Simón la noche anterior de la forma más casual cuando se sentó a cenar en la mesa donde estábamos nosotros con una botellita de ron. Y como ellos, un montón de gente interesante conocimos que se nos quedaron como cercanos. Desde delegados internacionales, como aquel estadounidense que había llegado a conocer a Pakito Arriaran y a Begoña, a gente militante que no dudaba en echar una mano en todo lo que necesitáramos. Un gran equipo de voluntarios el que tenía la organización del Foro. Gente realmente estupenda, …aunque yo siempre voy a tener a mi muy más favorita.
Además, pudimos no sólo rodearnos de militantes y diputados, de delegados de tantas partes del mundo con quienes se trataba con absoluta fraternidad revolucionaria, o incluso de saludar en un par de ocasiones a Diosdado Cabello. También acompañamos al pueblo venezolano en la marcha y en los actos, recibiendo sus saludos, y su agradecimiento por vernos ahí. Ya las demás fotografías de nuestro viaje han dado muchas vueltas, así que yo destacaré algunas que hice en el Cuartel de la Montaña el día en que se celebraban los 65 años del nacimiento del Comandante Eterno Hugo Chávez. Hasta ahí habían subido los más humildes, los que llevaban viejas camisetas chavistas que una vez lucieron un rojo mucho más llamativo que ahora, los que durante el acto secaban las lágrimas de su piel oscura. Quienes se hacían acompañar de cualquier figura o imagen de Chávez para celebrar su vida o del Presidente Nicolás Maduro para mostrar su adhesión con el gobierno legítimo de Venezuela. Esa era la gente del pueblo, la gente más sencilla, en su mayoría mujeres, que se acercaba donde uno para decir que resistían y no se iban a rendir, y te daban las gracias por llegar de tan lejos para darles fuerza. Te daban la mano, simplemente sonreían o pedían que contáramos la verdad sobre su país. Un pueblo digno al que después de haberlo mirado a los ojos, uno se siente incapaz de dejar de lado ni traicionar si pretende, no ya ser revolucionario o internacionalista, sino simplemente humano.
Un viaje breve, pero que ha sido como un amor pasional desatado y que a pesar del poco tiempo, deja una huella grabada a fuego. Una despedida que se sentía como que a uno le desgarraran de esa tierra y esa gente, dejando algo de uno mismo ahí esperando a una siguiente visita. Pero eso, que ya estoy, físicamente, de vuelta en Euskal Herria.
Jon Metauten.
Sandinistak.