El diputado Jesús Faría explicó la ruta que se seguirá tras la aprobación del proyecto de ley en segundo debate
Crear una institucionalidad sólida y ética, acordar un plan con un cronograma preciso y buscar los recursos y los actores que van a participar; son los pasos que deben darse ahora que ha sido aprobado en segunda discusión el proyecto de ley de Zonas Económicas Especiales, explicó Jesús Faría, presidente de la Comisión Permanente de Economía, Finanzas y Desarrollo de la Asamblea Nacional.
El instrumento jurídico será previamente revisado por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y por el Ejecutivo Nacional; para su aprobación absoluta en un plazo no mayor a 180 días.
Faría, en declaraciones para 4F, expresó que “ahora los proyectos de Zonas Económicas Especiales disponen de una base legal. Lo que se requiere en lo sucesivo es un conjunto de condiciones para que los postulados, los objetivos, los propósitos se puedan convertir en realidad”.
“En primer lugar hay que crear una institucionalidad, que es una Superintendencia sólida, con personal formado respecto al tema, con una altura ética que se corresponda con las exigencias y que trabaje de manera eficiente –detalló–. El plan también hay que crearlo. Contempla múltiples aspectos. En primer lugar, qué tipo de ZEE se van a desarrollar, dónde y cuáles serán sus objetivos concretos. Eso hay que cuantificarlo, programarlo, establecer un cronograma y buscar los recursos y los actores que van a hacer de cada ZEE una realidad. Implica otro aspecto relevante, que es la captación de las inversiones, que pueden ser nacionales o extranjeras, públicas o privadas”.
Según el parlamentario, “en condiciones de bloqueo surgen dificultades significativas, adversidades que deben ser superadas. Hay que proyectar una imagen de mucha confianza, basada en la credibilidad y la seguridad jurídica sobre la propiedad de los recursos que se van a invertir y la rentabilidad esperada”.
Respondiendo a las dudas que han surgido en diversos sectores revolucionarios, indicó que hay que definir muy bien cuáles serán los incentivos para quienes participen en las ZEE. “En la economía globalizada hay mucha competencia, pero nosotros no vamos a sacrificar valores fundamentales como la soberanía o el control del Estado sobre el desarrollo económico para atraer inversiones. Eso sería una locura, pero se deben dar ciertos beneficios e incentivos para que estas zonas se activen”, aseguró.
“Tenemos que garantizar que el desarrollo de estas ZEE se refleje en dos dimensiones: en la prosperidad nacional más allá de las zonas mismas, es decir, que generen polos de desarrollo; en segundo lugar que el bienestar, la riqueza, el ingreso que se genere, como siempre ha sido en la Revolución, se traduzca en beneficio para el pueblo, en bienestar y justicia social, que es el norte de la política revolucionaria. Tenemos que garantizar que esto sea así”, subrayó Faría.
Más de un año de deliberaciones
Este proyecto de ley había sido aprobado en primer debate en mayo de 2021, luego de ser presentado por el Diputado Nicolás Maduro Guerra, quien en esa oportunidad dijo que el objetivo de este proyecto es innovar en la actividad económica del país e impulsar la inversión directa para contribuir al proceso de recuperación.
Las ZEE son una apuesta para reactivar la economía local, golpeada por años de guerra económica, medidas coercitivas unilaterales, bloqueo y por los efectos de la pandemia de Covid-19.
Cuando fue aprobada en primer debate, el Presidente Nicolás Maduro, en un tuit, señaló: “La Ley de Zonas Económicas Especiales tiene el objetivo de restituir, fortalecer y consolidar, la necesaria seguridad jurídica para la inversión pública, privada y mixta, nacional e internacional. Será el impulso de la vida económica de la Patria”.
En esa ocasión, el presidente solicitó a los diputados y las diputadas que pensaran muy bien cómo lograr que la ley permita generar capital, trabajo, tecnología y nuevas fuentes de ingreso, que se abran oportunidades para el desarrollo industrial y tecnológico del país combinando inversión y tecnología nacional e internacional, privada y pública”. También les pidió que la ley se aprobase con la mayor consulta y claridad posible.
La iniciativa deriva de la Ley Antibloqueo, instrumento jurídico aprobado por la Asamblea Nacional Constituyente en octubre de 2020 y ratificado por la Asamblea Nacional en abril de 2021.
A pesar de haber nacido como parte de las respuestas al bloqueo y las medidas coercitivas de Estados Unidos y sus satélites, el Presidente Maduro ha impartido orientaciones para que también pueda ser un instrumento para la recuperación integral de la economía en una etapa de posbloqueo.
Según la exposición de motivos, las Zonas Económicas Especiales (ZEE) serán ejes de desarrollo y fuentes de ingreso en lugares que cuentan con ventajas para la actividad industrial, y que quedarán sometidos a regulaciones especiales.
Son espacios geográficos que tienen características como cercanía a puertos, aeropuertos, fronteras, yacimientos de recursos naturales, zonas industriales ya estructuradas inactivas o solo parcialmente utilizadas, condiciones que hacen propicio el desarrollo económico muy particular en esos territorios.
Frente a algunas críticas en el sentido de que las ZEE serían contrarias al legado del comandante Hugo Chávez, el Ministro de Planificación, Ricardo Menéndez, ha dicho en reiteradas ocasiones que la idea fue sugerida por el líder de la Revolución, quien sostenía que eran la solución para superar la ausencia de diversificación de la economía nacional.
Inicialmente se habían esbozado al menos cinco ZEE, todas ubicadas en el norte de Venezuela, aunque no se descarta su expansión hacia otros puntos de la geografía nacional:
- Paraguaná (Falcón)
- Puerto Cabello (Carabobo)
- Morón (Carabobo)
- La Guaira (estado La Guaira)
- Margarita (Nueva Esparta)
La propuesta fue elaborada a partir del estudio de experiencias similares adoptadas en países como China, Vietnam, Singapur o Corea del Sur, países que por razones varias tenían acceso limitado a las divisas, por lo que se vieron obligados a realizar esfuerzos extraordinarios orientados a diversificar la industria y favorecer la exportación.