Informar, orientar, alfabetizar. Una tarea que, ahora en su edición Nº 300, el semanario Cuatro F puede decir que ha cumplido, renovando en cada número el mandato recibido en 2014 por el III Congreso Socialista del PSUV: «crear una poderosa herramienta de agitación, propaganda y comunicación del mensaje de Hugo Chávez». Un mensaje de esperanza y resistencia llevado adelante por el esfuerzo titánico de un pequeño equipo de periodistas y colaboradores encabezado por el joven Diputado Gustavo Villapol y la jefa de redacción, Verónica Díaz. Un equipo que ha garantizado la publicación del semanario y la calidad de sus páginas en los 300 números.
Ver a una comunera o un comunero, un obrero u obrera y colectivos feministas, ecologistas y militantes de la «sexo-diversidad»; ver jóvenes —y muy jóvenes— pasarse copias del Cuatro F en plena guerra económica, cuando incluso el papel se había vuelto raro, caro y precioso; tenía un gran significado político que va más allá de la publicación de un periódico.
Por otro lado, el gobierno bolivariano prioriza el desarrollo de la lectura y la educación, por lo que la conciencia popular y la organización política han sido hasta ahora los elementos disruptivos para los planes del imperialismo, logrando desactivar la estrategia de confusión implementada por los países capitalistas en contra de los movimientos populares; induciéndolos a seguir falsas banderas. A pesar de la drástica caída de los ingresos, el gobierno bolivariano sigue destinando más del 70% a planes sociales, y la cultura no es un «costo a recortar» para favorecer la economía de guerra y el control social; sino un recurso a multiplicar.
De hecho, como sucedió en plena guerra económica, sigue organizándose la Feria Internacional del Libro, la FILVEN, con un esfuerzo duplicado en este año Bicentenario de la Independencia. «Un pueblo ignorante —dijo Bolívar— es instrumento ciego de su propia destrucción». Como cada año, los talleres más concurridos volverán a ser los de historia dedicados a los niños; incluso en formato digital. La historia entendida como historia de la lucha de clases, y la transmisión de la memoria a las generaciones jóvenes, y muy jóvenes, son temas centrales en las escuelas de cuadros del PSUV, en las universidades populares y en todas las organizaciones de masas; donde el concepto de «formación integral» implica en primer lugar ser consecuentes entre el decir y el hacer.
Informar, orientar, alfabetizar; con este espíritu el Cuatro F es parte de una nueva aventura, la formación de la Universidad Internacional de la Comunicación, creada recientemente por la vicepresidenta de la Comisión de Agitación, Propaganda y Comunicación del partido, Tania Díaz, y el académico mexicano Fernando Buen Abad. Desde fábricas a barrios, a cuarteles; el Cuatro F hace honor a su nombre inspirado en la rebelión cívico-militar que —en pleno neoliberalismo— dirigió el entonces Teniente Coronel Hugo Chávez Frías contra los gobiernos nacidos del pacto de Punto Fijo; el 4 de febrero de 1992.
Hoy, con claridad teórica, pero con espíritu unitario e inclusivo, consciente de la necesidad de trasladar las diferencias que existen en los distintos contextos internacionales a una agenda común, el Cuatro F es también una plataforma multimedia; un instrumento del Congreso Bicentenario de Pueblos que tuvo lugar este año en Caracas. Fue un gran encuentro internacional que produjo un primer momento importante de síntesis entre todos los sujetos que animan la revolución bolivariana y que se encuentran, en los cinco continentes, en la necesidad de construir un modelo alternativo al capitalismo, bajo la bandera de la unidad en la diversidad.
¿Cómo construir una articulación de las luchas anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal? Cada semana, el Cuatro F hace su parte en la batalla de ideas, ofreciendo datos, consultas, contenido específico sobre Venezuela y sobre la Patria Grande soñada por Bolívar; y también a nivel internacional. Contenidos que no se encuentran, si no al revés, en los medios hegemónicos que constituyen la munición de la “guerrilla” comunicacional y semiótica que desencadenó el chavismo con leyes específicas contra el «latifundio mediático».
Una guerrilla que diariamente multiplican los centenares de medios alternativos presentes en el país como tantas otras herramientas de organización popular, antídotos y trincheras; contra la intoxicación ideológica que propicia la burguesía. En cada rincón de Venezuela hoy hay una pequeña radio, una revista, un medio de información comunitaria. Instrumentos garantizados por la ley, y que se combinan con otras formas de resistencia al bloqueo económico-financiero, a las «sanciones» y a otros aspectos del ataque multiforme del imperialismo; cuya columna vertebral es la desinformación. Muchos informes y análisis del semanario, distribuido gratuitamente, provienen directamente de las comunidades, que lo utilizan como herramienta de formación en una relación dialéctica entre la producción de contenidos y la difusión del mensaje.
Desde las páginas de Cuatro F le llegó al mundo la voz de los pescadores de Chuao; quienes repelieron el ataque de los mercenarios que llegaron desde Colombia para apoyar los planes del autoproclamado Juan Guaidó y su pandilla; que actúan en nombre del imperialismo contra su propio pueblo. En el Cuatro F los pueblos indígenas de la frontera dan cuenta de los ataques que diariamente sufren a raíz del paramilitarismo colombiano, y cualquiera puede encontrar un contrapunto a los informes encargados por la burguesía contra la Venezuela bolivariana.
Gracias a la red de pregoneros y multiplicadores digitales y a las miles de personas implicadas —historiadores, economistas, y analistas internacionales—. Cuatro F llega a todo el territorio nacional y a más de 50 países. Ahora también está disponible la edición en chino mandarín. Y muchas personas, aun en Europa, leen y descargan cada semana desde su página web la versión digital; irónica y colorida gracias al equipo de ilustradores que enriquecen cada semana al Cuatro F, el semanario del PSUV.