1. La coyuntura actual es testigo de un gran logro de la revolución bolivariana. Hemos logrado reactivar la producción interna con importantes avances en la estabilidad macroeconómica, aún bajo las condiciones endemoniadamente difíciles que impone el criminal bloqueo yanqui a la nación. Este es un hecho trascendental para seguir garantizando la estabilidad política, fortaleciendo la soberanía del país y brindarle bienestar a nuestro pueblo; fin supremo de todos nuestros esfuerzos.
2. Sin duda, la principal tarea económica del momento es el incremento de la producción petrolera. Tratándose de una economía petrolera, es ésta la vía más expedita para garantizar crecientes niveles de divisas e ingresos financieros para la expansión de la economía y de la misma industria petrolera. Esto va requerir una gran fortaleza institucional del Estado venezolano y de su industria petrolera, el fortalecimiento del aporte ya muy significativo de los trabajadores de la industria, así como las alianzas estratégicas que aportan inversiones, tecnologías y mercados. Esto último, obviamente, preservando el rol rector del Estado en el negocio petrolero, por una parte, y evadiendo los embates del boqueo para atraer la inversión privada, por la otra.
3. La política antiinflacionaria es otra línea de acción de primerísima importancia. Salimos del túnel de la hiperinflación, con lo que se le brinda una mayor estabilidad a la inversión y se continúa avanzando en dirección a la preservación de los ingresos reales de la población. En este éxito destacan básicamente dos aspectos. Por una parte, una política macroeconómica coherente, como la que se viene aplicando, restableciendo los equilibrios básicos para la salud financiera y monetaria del cuerpo económico, por un lado; mientras que por otro lado se abren mayores espacios al financiamiento de las inversiones; entendiendo que la reducción de la inflación, especialmente en esta nueva fase de la política económica, va a depender de manera creciente de la producción interna.
4. Trabajar, simultáneamente, enfrentando la inflación y expandiendo el financiamiento de las inversiones no es una tarea nada sencilla en las condiciones tan complejas que nos ha impuesto el bloqueo económico. Sin embargo, hay que trabajar en la expansión responsable y eficiente del financiamiento sin poner en riesgo los avances antiinflacionarios. Es de vital importancia para este aspecto, como para el resto de los aspectos de la política económica, diseñar una estrategia que vaya afinándose y adecue permanentemente a las muy dinámicas condiciones de nuestro país. Esta estrategia debe mantener una visión integral de toda la economía y de ésta con la sociedad en su conjunto.
5. En ese contexto, el creciente financiamiento de las inversiones, es indispensable la mayor disponibilidad de divisas y de recursos financieros para frenar cualquier impacto alcista de los precios, que además siempre es potenciado por los factores especulativos que pululan en nuestra economía con fines desestabilizadores. Esos recursos capaces de motorizar la expansión crediticia en el monto y velocidad que requiere el desarrollo nacional, solo puede ser aportada por la industria petrolera.
6. Por cierto, el incremento de las inversiones no solo dependerá del financiamiento, también estará sujeto a la confianza que podamos ofrecer, aspecto donde se han registrado notables mejorías; pero también a todo el esfuerzo institucional que podamos desplegar en el marco de las garantías y seguridad para la protección de los inversionistas frente a las sanciones yanquis en el marco de nuestra Ley Antibloqueo.
7. Asimismo, debemos destacar como un logro muy importante la estabilidad cambiaria, pues la especulación con el precio del dólar fue un factor determinante para perturbar nuestra economía por años. Las políticas económicas han logrado estabilizar la variable cambiaria y ello ha contribuido a una economía mucho más predecible, que genera confianza al inversionista. Sin embargo, hay que estar alertas ante altas y sostenidas sobrevaluaciones de la moneda, que en algún momento pudieran generar nuevas presiones desestabilizadoras aprovechadas por especuladores y, además, encarecer excesivamente la producción nacional.
8. Otro elemento a considerar son los aranceles. En el pasado, en momentos de preocupante escasez, la reducción o eliminación de aranceles fue una decisión absolutamente indispensable para garantizar la disponibilidad de bienes en el mercado nacional. Eso se tradujo en un incremento de las importaciones adquiridas casi en su totalidad con recurso del sector privado y, a su vez, en un alivio muy importante para el consumo y para la producción nacional, beneficiados por mayores niveles de abastecimiento. En los actuales momentos, no obstante, se hace impostergable llevar el pulso a la producción nacional sectorialmente; ir identificando sectores que estén en capacidad de elevar su producción y restablecer los aranceles correspondientes para brindarles mejores condiciones de competencia.
9. Un elemento crucial en el esfuerzo de recuperación es el extraordinario trabajo realizado por el SENIAT, con crecientes aportes fiscales para garantizar el funcionamiento del Estado venezolano. Esta es una excelente base para mantener la curva ascendente de los ingresos fiscales en las nuevas condiciones de crecimiento económico. No obstante, en razón de la naturaleza petrolera de nuestra economía serán los mayores ingresos petroleros, los que permitirán dar el salto cualitativo en la atención del Estado a las inversiones en los servicios públicos e infraestructura y, especialmente, en la inversión social, incluyendo, los salarios de los trabajadores públicos.
10. La creciente dolarización espontánea de la economía nacional expresada en el empleo de la divisa como medio de pago, pero también como referente de las operaciones monetarias y financieras, tiene múltiples lecturas. Por una parte, como se ha dicho en otras oportunidades, ha oxigenado la economía con el ingreso de recursos, pero también ha generado problemas sociales de desigualdad, que estamos combatiendo con las políticas sociales cada vez más fortalecidas por la recuperación de nuestra economía. Lo que sí está absolutamente claro es que la dolarización no es una opción para el desarrollo nacional. Más aún, está abiertamente en contra de sus intereses. Su reversión irá de la mano de la estabilización económica y de la recuperación productiva del país.
11. Finalmente, el balance presentado por el presidente Nicolás Maduro arroja avances políticos, sociales, internacionales y económicos muy significativos en condiciones de gran complejidad. En lo económico, ratificó la necesidad de activar todos los actores de la nación bajo la dirección del Estado revolucionario en función del despliegue de las fuerzas productivas. Vemos con gran optimismo las posibilidades ciertas de superar buena parte de las durísimas consecuencias del bloqueo, desplegar un nuevo modelo productivo, diversificado y moderno, todo ello en función la soberanía nacional y del bienestar popular.