Charles Delgado
Con protestas violentas, luego trancas de vías, alzamiento policial y militar condujo al Golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia.
Es que, desde haces dos meses el gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.) y la oposición boliviana venía planificado en Bolivia el derrocamiento de Morales en caso de obtener la victoria electoral en las elecciones presidenciales, las cuales, fueron utilizadas como excusa para propiciar linchamiento a líderes revolucionarios bolivianos.
Con la presión internacional dirigida por la Organización de Estado Americano (OEA), se logró coaccionar la voluntad de Evo Morales, quien cedió a la revisión de los comicios, representando una trampa para él, a pesar de ser electo por 10 puntos ante su cercano adversario.
La revisión de los centros electorales de la OEA aceptada por Morales, hizo profundizar su crisis en su gobierno que desencadenó la reacción del alta mando militar que le solicitó la renuncia a Morales, quien dejó su cargo para garantizar la paz en Bolivia.
Pero, no solo propician violencias también están efectuando persecución a la familia de Morales y sus aliados, así como ocurrió en el año 2002 en el Golpe de Estado en Venezuela cuando la oposición venezolana hizo persecución y linchamiento público a los Bolivarianos.
No hay duda de la utilización del mismo patrón de Venezuela con las guarimbas para derrotar al gobierno legítimo de Evo Morales que seguía como presidente hasta el 2020 cuando comenzaba su nuevo mandato presidencial.
Este precedente muestra la capacidad de los EE.UU. de ocasionar violencia para tumbar gobiernos legítimos. Todavía, sigue desarrollándose los acontecimientos del pueblo boliviano que empezó a defender a Morales en la calle.