“La Patria nos pertenece a todos los que amamos a Venezuela, entre todos y todas tenemos que ir construyendo una nueva etapa económica de crecimiento, de desarrollo; que le aporte al país todas las virtudes que debe aportar un proceso de expansión y de desarrollo de las fuerzas productivas reales”.
Pte. Nicolás Maduro Moros
Reto 1: El gran debate: lucha de clases vs. desarrollo de fuerzas productivas.
El primer gran debate, a lo interno del país y de las fuerzas revolucionarias de Venezuela, ya está en la calle; y aunque nadie anda usando categorías, ni palabras de la academia, si se está hablando del tema. Hoy, los y las venezolanas hablan más de economía que de cualquier otra cosa.
Veamos rápidamente de donde venimos: desde 1989 —en la batalla del pueblo venezolano contra el paquete neoliberal de CAP—, comenzó una encarnizada lucha de clases entre los más excluidos de la sociedad y quienes, gobierno tras gobierno, durante casi 90 años, acumularon y usufructuaron las regalías que daba el petróleo. Esta batalla cobró muchas vidas y —para parafrasear al Comandante Chávez— consiguió su cauce democrático en la victoria del 98 y la aprobación de la actual Constitución de la República en el 99. Tras estas conquistas, los que durante décadas tuvieron el poder, con anuencia y apoyo, político, económico y militar de EE. UU, arremetieron sin piedad contra el pueblo Venezolano y sus dirigentes en una guerra sin cuartel; primero contra el gobierno del presidente Chávez, quien apenas 8 años después de su primera victoria logró estabilizar políticamente al país, con la derrota de Manuel Rosales en las presidenciales y comenzar una etapa de crecimiento que demostró la viabilidad del proyecto bolivariano en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Luego vino una etapa inesperada con el Presidente Maduro; y las fuerzas de la reacción, viendo una posibilidad real de retomar el poder perdido en el 99, reactivaron una lucha de clases, tan mucho más encarnizada que sus consecuencias y heridas aún están siendo estudiadas y medidas. Lo cierto es que casual o causalmente, 8 años después de su llegada a la presidencia —en Marzo de 2013— luego de una resistencia ciertamente heroica, se logra estabilizar el país y comienza nuevamente una etapa de crecimiento; ahora con mucha más experiencia, madurez y comprensión de las realidades geopolíticas.
“el sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.
Simón Bolívar
Como siempre, adelantado a su tiempo, el Libertador, comprendía la importancia de la estabilidad política para poder conseguir cualquier logro y lo decía “un hombre de la guerra”, como él mismo se describió en diversas oportunidades; entonces es imposible plantear un proyecto nacional desvinculado de esta realidad, conseguir la madurez y la capacidad de construir una armonía entre la lucha de clases que toda revolución socialista tiene como bandera y la necesidad imperante para Venezuela de desarrollar sus fuerzas productivas; es necesario entender que, en esta nueva etapa, el desarrollo de las fuerzas productivas tiene un protagonismo esencial; esa debe ser la prioridad. Superar un capitalismo atrofiado que se construyó en Venezuela con el rentismo dependiente, pasa por comprender la necesidad de la generación de riqueza; debemos enfocarnos en el desarrollo de una ciencia y tecnología propias, tanto como en el aprendizaje —sin tabús— de las herramientas que el propio capitalismo ha diseñado; para usarlas y reenfocarlas de ser necesario. Es el momento de la inventiva, de la creatividad, del trabajo duro y la superación de las lógicas dependientes, de la capacidad de priorizar objetivos productivos sin desviarse por las ramas; la juventud venezolana debe estar vinculada a la ciencia, la tecnología y a procesos productivos reales desde la economía pública o privada, las nuevas Zonas Económicas Especiales deben ser un objetivo de la sociedad como un todo; y avanzar juntos y juntas hacia los objetivos soñados con el pragmatismo que nos exige la época.
Las personas en la calle nos dicen: menos pelea, mas trabajo; nosotros con ellas decimos: —sin dejar de comprender y transformar la realidad de clases imperante— menos polarización, más desarrollo de las fuerzas productivas.
Reto 2: Nueva Burguesía vs. crecimiento armonioso.
El fin decretado del capitalismo, como quién reza mea culpa en un pulpito católico, ha sido un error histórico cometido por no pocos movimientos revolucionarios en la historia. El bloque soviético, entre otros, intentó esa aceleración de los tiempos; y sin pecar de simplismo y comprendiendo que apenas es uno de los factores, hay consecuencias que están a la vista.
Comprender el factor global es una de las claves en este sentido. Incluso en lo interno de Venezuela, se puede tener una correlación de fuerzas favorables para avanzar aceleradamente; pero en un mundo globalizado los pasos son tan firmes como los de una manada de elefantes, que aunque no tengan la velocidad de un leopardo, nadie será capaz de detenerlos.
Hay que dejar en claro varias cosas: Primero: el mercado existe antes que el capitalismo, e igualmente el comercio. Segundo: enriquecerse significa acumular capital; y hacerlo implica apropiarse del trabajo ajeno; eso ya lo explicó Marx hace unos cuantos años; por tanto, luce inevitable que el crecimiento económico haga que un sector de la sociedad, el “empresariado” tenga más recursos que otro, el “asalariado”; la diferencia entre un proceso revolucionario que tiene como meta el socialismo y un gobierno cualquiera aliado de las corporaciones y transnacionales que gobiernan el mundo, radica en la capacidad de lograr un crecimiento armonioso, disminuyendo los niveles de desigualdad; ampliando el acceso mayoritario de la sociedad, no solo a los derechos fundamentales; sino a la posibilidad real de participar organizadamente en dicho crecimiento; involucrándose en los ecosistemas de las Zonas Económicas Especiales y en toda forma de producción que capacite a la sociedad como un todo a elevarse a estadios mayores.
Por ello, el desarrollo de fuerzas productivas siempre debe ir unido al control del poder político por las fuerzas revolucionarias; para intervenir, con madurez, en donde haya que intervenir para armonizar la sociedad. Que haya tanto Estado como haga falta, tanto mercado como haga falta. Si algún gobierno ha demostrado que, aunque no haya un centavo, como sucedió en 2016 y 2017, continuará apoyando a los más vulnerables, ese es el Gobierno del Presidente Maduro.
Reto 3: el papel de las energías vs. la protección del ambiente.
No ha habido ni un solo desarrollo de fuerzas productivas en EE. UU, Rusia, China, Europa Occidental, entre otros, que luego de la revolución industrial no haya afectado de manera sustancial a la naturaleza y la vida en la tierra. Las consecuencias están a la vista, y los riesgos climáticos y de extinción de especies de la fauna y flora, y la especie humana son graves, por los niveles de consumo que exige el modo de vida autodestructivo en que vivimos; ya la humanidad tiene suficiente experiencia para comprender el daño que se le causa a la naturaleza si el crecimiento económico no es precedido de proyectos responsables con el entorno. Estudios recientes revelan que, para el 2050, las energías fósiles apenas tendrán pocos yacimientos; y eso implica un gran reto para las Zonas Económicas Especiales y todos los proyectos de apertura que promuevan el ingreso de capitales extranjeros e inversión nacional a gran escala. Venezuela tiene grandes ventajas comparativas para el desarrollo de energías alternativas como la solar, eólica, hidroeléctrica, nuclear, entre otras; por ello pensar en esto desde el inicio, garantizará un crecimiento sostenido y real. Avanzaremos hacia ser una potencia, cuando construyamos una politica de Estado que planifique esto a mediano y largo plazo.
Estando en Perú, un turista incauto le preguntó a un descendiente de los incas, si Machu Pichu lo habían hecho los extraterrestes; el joven indígena respondió —visiblemente molesto—: “Esto lo hicieron los incas, pasaron 5 generaciones hasta que estuvo listo y fue la 6ª generación la que realmente vivió en este lugar tal cual se conoce”. Si dejamos de pensar en la lógica inmediatista, del pan para hoy y hambre mañana, llegaremos realmente a los objetivos planteados.
Reto 4, la reconciliación nacional y regional:
Una sociedad que ha experimentado una lucha de clases sin cuartel durante 33 años tiene rencores, odios creados con o sin razones, los poderosos con sus medios siempre han sabido poner a pelear a los pueblos por sus intereses, en Venezuela la violencia militar, económica, mediática, simbólica que ha impuesto el imperialismo sobre nuestro pueblo ha generado miles de muertes, división y diferencias aparentemente irreconciliables entre diversos sectores de la sociedad.
A partir de la estabilidad política que, apenas desde finales de 2021, empezamos a experimentar gracias a nuestra resistencia y las condiciones geopolíticas generadas en la post-pandemia y por la guerra en Ucrania; una nueva ola de pensamiento se ha empezado a experimentar en las calles de Venezuela, ya no se quiere volver a sufrir los dolores vividos; y un pueblo que lo ha aguantado todo hoy está resurgiendo. Parte de ese fenómeno de “Ave Fénix”, viene acompañado de una carga de positivismo y amor que no habíamos visto en años anteriores. Es una gran oportunidad para la reconciliación no solo nacional, sino regional.
La estabilidad política es resultado de una población dispuesta a avanzar con un objetivo común: crecer, a partir del trabajo, en lo individual, en lo familiar, en lo colectivo, en lo nacional. La guerra que nos impusieron y que estamos ganando nos llevó aceleradamente hacia una subjetividad post-rentista que hubiese sido mucho más difícil de construir en otras condiciones históricas.
Finalmente, las condiciones en Latinoamérica están cambiando, en nuestras fronteras tenemos 2 potentes países productores en diferentes sectores económicos: Colombia y Brasil, las relaciones con ambos países son claves para un crecimiento armónico, competitivo y en bloque. La nueva realidad está conformando bloques de poder en todo el mundo, Latinoamérica y el Caribe debemos unirnos; o crecemos juntos o nos aplastan por separado.