Cuatro noticias que dibujan las abyectas características del capitalismo neoliberal y su modelo de democracia
Santos pide perdón… ¡y listo!
La oligarquía de Colombia siempre nos sorprende con sus peculiares ruindades e hipocresías. Esta semana, mientras el gobierno de Iván Duque reprimía sin tapujos al pueblo en paro, el expresidente Juan Manuel Santos confesó que durante el gobierno de Álvaro Uribe -del que él fue Ministro de Defensa- miles de inocentes fueron asesinados por el Ejército y presentados ante el país y el mundo como guerrilleros caídos en combate.
La confesión podría pasar por un acto noble, pero está lejos de serlo. En primer lugar porque todo indica que con la aceptación de los hechos y una melodramática solicitud de perdón, todo queda arreglado. Los 6 mil 402 muertos seguirán estándolo y Santos continuará usufructuando su Premio Nobel de la Paz. ¡Qué democracia tan bonita es la colombiana!
Las denuncias sobre los asesinatos de campesinos, indígenas y muchachos pobres en general, todos ellos inocentes, que luego eran disfrazados de guerrilleros (para inflar las cifras de bajas en combate y para cobrar premios por cadáveres presentados) comenzaron cuando Santos era ministro de Uribe. Siguieron mientras fue presidente. Y siempre negó que barbaridades tan siniestras hubiesen sido perpetradas. Ahora, seguramente por cálculos políticos, se da golpes de pecho y algunos lo pintan como un héroe.
Perú y la derecha mundial juegan al fraude-golpe
Lo que ha ocurrido en las elecciones presidenciales de Perú es una muestra de lo falsos que son los principios democráticos de la derecha neoliberal.
De entrada, las fuerzas reaccionarias se alinearon sin asco alguno detrás de la infame figura de Keiko Fujimori, a pesar del voluminoso expediente de corrupción y otros delitos que ella misma arrastra, y del legado dictatorial que encarna como hija de Alberto Fujimori. El apoyo vergonzoso se dio con el fin de evitar la victoria de un candidato popular que, bajo la óptica de esa derecha recalcitrante, es una amenaza comunista.
Todos los medios de comunicación de la oligarquía peruana, del imperialismo estadounidense y europeo y de las derechas latinoamericanas se sumaron en contra de Pedro Castillo.
Como a pesar de todo no pudieron derrotarlo, se ha pasado al plan B, que contempla las variantes de la denuncia infundada de fraude (muy conocida en Venezuela) y la amenaza latente de un golpe de Estado.
Así son, como aquel personaje de película llamado Jalisco, que nunca pierde y si acaso pierde, arrebata.
G7 quiere malandrear a Putin
La geopolítica mundial está muy movida con las fuertes tensiones entre el bloque de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Estados Unidos, la Unión Europea y algunos aliados y lacayos más), por un lado, y las potencias emergentes China y Rusia, secundadas por países irredentos como Irán y Corea del Norte, por el otro.
Las tensiones dieron lugar a un primer encuentro de los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y EE. UU., Joe Biden. Previamente se reunieron los miembros del G7 (es decir, EE. UU., sus aliados europeos, Canadá y Japón); con la finalidad expresa de darle a Biden elementos para presionar a Rusia. Dicho en criollo, la idea era malandrear a Putin, pero cada vez queda más claro que ese señor es difícil de malandrear.
En verdad, Europa depende de manera creciente de la energía rusa, mientras EE. UU. está cada vez más comprometido ante el avance descomunal de China, la superpotencia económica que está mucho más cerca de Rusia que del llamado «Occidente».
Un Cristiano hace temblar a la Coca-Cola
Del campo de la actividad deportiva surgió una de las más impactantes noticias económicas y políticas de los últimos tiempos: un simple gesto del futbolista portugués Cristiano Ronaldo provocó una hecatombe bursátil en una de las grandes corporaciones del capitalismo estadounidense y globalista, la Coca-Cola.
Este personaje del balompié internacional no necesitó ni siquiera expresar verbalmente la idea para que esta tuviera un impacto planetario. Simplemente quitó de la mesa del set de las ruedas de prensa de la Eurocopa dos botellas de la bebida gaseosa y puso en su lugar una de agua. La consecuencia inmediata fue que los accionistas entraron en pánico y la firma perdió 4 mil millones de dólares en sus cotizaciones.
Lo ocurrido demostró la fragilidad de las empresas que venden productos y servicios innecesarios, cuyas ventas son soportadas por gigantescos aparatos de publicidad y mercadeo, afincados en actividades bien aspectadas como el deporte profesional y en la idolatría que experimentan las masas por los grandes atletas.