Cansados del exilio dorado, de cantar fraude, divorciados de los intereses de los venezolanos, divididos, reducidos y con una Primera Dama entregando informes de sándwiches y torta marmoleada; la oposición presenta su nueva bala de plata: exigimos participar en las mega elecciones regionales y municipales de régimen.
Aunque parezca chiste de influencer, el “gobierno Interino de Guaidó” llama a una mesa de diálogo para posicionar su “Acuerdo de Salvación Nacional”. La nueva saga pareciera ser más de lo mismo: sacar dinero a Washington y boicotear las megaelecciones del próximo 21 de noviembre.
Los venideros días políticos de la oposición podrían ser definitivos, incluso para aquella oposición que se encontraba prófuga e inhabilitada. Sin embargo, Mr. Guaidó anuncia “reunirse con quien tenga que reunirse” para que lo apoyen en su regurgitado acuerdo de salvación nacional, que contempla:
- Elecciones generales libres: de perderlas, volverán a cantar fraude.
- Entrada masiva de ayuda humanitaria: recuérdenos aquel cuento del 23 de febrero de 2019.
- Liberación de todos los presos políticos: como por ejemplo Roland Carreño, quien tomó los recursos de una fundación que financia cirugías de niños con Cáncer de médula y utilizó el dinero para comprarle una camioneta a su pareja sentimental.
- Regreso de los exiliados: Si! Esos a los que nadie persigue el exilio vacacional.
- Levantamiento de las sanciones: que ellos mismos solicitaron y han asumido que es una medida de presión para que el pueblo venezolano saque al Presidente Nicolás Maduro.
Aunque sus aliados debaten si será transición pacífica o violenta, el gabinete de amigos de Mr. Guaidó comenzó la carrera por visitar a todos los actores internacionales que sirven a Washington, Canadá y la Unión Europea. Y luego de dos años de escándalos de corrupción sin limites, ahora buscan limpiarse la cara entrando a la carrera electoral.
Por su parte, EE.UU,, la Unión Europea y Canadá exigen elecciones “transparentes” y aplauden la mesa de negociación; pero al mismo tiempo, y de manera silente, insisten en una negociación inclinada hacía el “Acuerdo de Mr. Guaidó”.
Ni pendejo que fuese, Capriles Radonski también asoma la cabeza con el ojo puesto de abrirse una oportunidad a la próxima elección presidencial.
Desde la otra esquina Antonio Ledezma, patea la mesa antes de iniciar diálogos y sentencia a Guaidó señalando que “si se sienta en la mesa con Nicolás Maduro, lo estaría aceptando como presidente de la dictadura”.
En Venezuela el set está listo, el CNE marca la agenda y abre la puerta a los partidos penalizados para facilitar el camino al diálogo, expandiendo la participación a aquellos sectores que deseen acercarse a la política, a la democracia y a la constitución. La conocida Mesa de la Unidad Democrática(MUD) ahora podrá saltar al escenario y medirse en las próximas elecciones contra las fuerzas del pueblo revolucionario.
No faltan los oportunistas y caretablas de la Generación del 2007, desde ya Freddy Guevara y Stalin González se lavan la cara haciendo llamados de unidad y de reorganización. Después del megasaqueo de Guaidó, Guevara tiene aspiraciones locales y desea volver a conspirar desde el seno de la Asamblea Nacional. El exdiputado José Manuel Olivares extrañamente regresó a Venezuela de un exilio en el que nadie le perseguía.
Guaidó convocó a una marcha en Chacaíto que no superó las 300 personas. Se le acaban las excusas a la oposición y una vez más el régimen dictatorial y bananero de Nicolás Maduro los invita a que busquen los votos que siempre han dicho tener.
Y así va este nuevo capítulo de la historia venezolana, donde los “demócratas” saquean, roban y piden a las potencias del mundo asfixiar al pueblo venezolano con sanciones; y mientras tanto la dictadura reprime al pueblo con alimentos, vacunas contra el COVID y democracia.
Diría Galeano: Maduro sigue perfectamente a Chávez, hasta para ser un extraño dictador.
Por: Ricardo González Alvarado
@RicardoKonducta
Diputado
Moderador de Zurda Konducta