Las jornadas de lucha y movilización de los trabajadores venezolanos este primero de mayo se llevan a cabo en medio de una durísima crisis económica provocada por el criminal bloqueo yanqui.
Fiel a su naturaleza e historia, el imperialismo estadounidense despliega una guerra total contra nuestra patria, que ubica al bloqueo económico como su línea central de agresión.
En ese sentido, tenemos que hacer un enorme reconocimiento a la clase obrera que ha sabido resistir, con enorme sacrificio, el dramático deterioro de sus condiciones de vida. Entienden los trabajadores que su principal conquista es la Revolución Bolivariana y la han sabido defender con extraordinario coraje, al igual que a su presidente obrero, Nicolás Maduro.
Los trabajadores venezolanos han realizado una impresionante movilización junto a todo el movimiento popular para derrotar la incursión de mercenarios, el golpe de Estado de abril del 2019 y las fuerzas terroristas de la derecha en el marco de la unión cívico-militar.
Su aporte a la preservación de la paz, la democracia y la soberanía ha sido determinante.
Ahora, asume la vanguardia en la batalla por la recuperación productiva de la nación en función de restablecer los niveles de bienestar que le brindó la revolución a su pueblo antes de la arremetida imperial.
A esa crucial tarea se unen dos más de carácter estratégico: defender el Esequibo y derrotar las agresiones del gobierno narcotraficante de Colombia.
El éxito en esos frentes solo será posible en el marco de la unidad y movilización de los trabajadores. De ello dependerá la estabilidad de la nación y el bienestar del pueblo.
Sin duda, la tenacidad antiimperialista de nuestros trabajadores, sus posiciones irreductiblemente revolucionarias, descansan en los indestructibles lazos que los unen al legado del comandante Chávez.
Un homenaje muy especial este primero de mayo merecen los abnegados trabajadores de la salud, que se encuentran en la primera trinchera de batalla en contra de la terrible pandemia del Covid19, exponiendo su vida para garantizar la del pueblo.
A nivel internacional, este primero de mayo es de lucha para los trabajadores dramáticamente afectados por las políticas neoliberales que se aplican en el marco de la brutal crisis económica capitalista, agudizada por la pandemia.
Los trabajadores del mundo se movilizan en contra de la perdida de decenas de millones de puestos de trabajo, el deterioro de los salarios, el desmontaje de la seguridad social, la escandalosa ausencia de protección sanitaria frente a la pandemia…
Por su parte, en las naciones del mundo subdesarrollado las batallas obreras son mucho más complejas, pues los estragos de la crisis capitalista se trasladan con mayor virulencia y un costo social desastroso a la periferia.
En este escenario, manifestamos nuestra más absoluta solidaridad con los trabajadores de las naciones que luchan contra la más descarada agresión imperialista. Cuba, Irán, Siria, Corea del Norte, Nicaragua, entre otros, destacan en la primera trinchera de lucha por la liberación nacional.
Como cada año, esta es una extraordinaria ocasión para elevar al máximo los esfuerzos por la unidad internacional de la lucha de los trabajadores. Solo así estaremos en capacidad de detener la depredación social, política y ambiental del capital, la concentración grotesca y odiosa de privilegio, riqueza y poder de la oligarquía financiera.
Hoy más que nunca se impone: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”