El Presidente Nicolás Maduro insiste en el llamado por la renovación de las estrategias para avanzar y consolidar la Revolución Bolivariana. Una tarea nada fácil de lograr, la cual implica convocar a las y los revolucionarios a la praxis de una dialéctica de lo concreto; que por un lado profundice en la formación científico-técnica inherente al área de desempeño laboral y profesional; y que al mismo tiempo obligue a profundizar en el pensamiento praxis que le corresponde al proceso de pensar y luchar, luchar y pensar.
En ese sentido, frente a los ataques del imperio contra la patria, afectos y desafectos a la Revolución Bolivariana, reconocen los esfuerzos del Presidente Maduro en pro del desarrollo de unas políticas públicas que, más allá de la crisis coyuntural inducida, fortalezcan la capacidad de resistencia e inventiva.
El llamado es claro e involucra a todos por igual; y sin menoscabo de las consecuencias de los ataques criminales del imperio y sus secuaces asegura la Paz en la República, supera las desgracias provocadas por el descalabro de la economía, y atiende las consecuencias al exigir altos niveles de destreza y máxima consciencia para seguir derrotando las emboscadas magnicidas, injurias mediáticas y demás reacciones del latrocinio opositor y criminal dentro y fuera del país.
De allí que, la convocatoria del Jefe de Estado es a la producción, a la organización popular productiva, al Estado Comunal y al desarrollo de un aparato empresarial que entienda que es hora de que invierta en Venezuela con sus propios recursos y no con el subsidio del Estado; como lo hicieron por 100 años de explotación petrolera y economía rentista del Siglo XX e inicios del XXI. Es hora de apostar a la alianza en igualdad y justicia entre una clase trabajadora formada y comprometida y un empresariado dispuesto a producir en favor de la patria.
En ese sentido, es el momento de que el sector privado agrupado o no en los devaluados gremios empresariales criollos, entienda que el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI es productivo, esencialmente humano y comprometido con la suma de felicidad para todos; lo cual supera con creces las taxonomías del recetario para el libre mercado que, en el caso de Venezuela, en el pasado rentista sirvieron para saquear el erario público en detrimento de las mayorías.
Nuevos tiempos, nuevos retos —y el objetivo es triunfar—, para ello hay que apostarle a la patria; y en caso de los privados invertir sin temor en el país; en perfecta armonía con los diversos tipos de propiedad empresarial, cooperativas, cogestionarías y asociativas en alianzas comerciales de cara a la producción y exportación de bienes y servicios.
Paradójicamente y a pesar de la crisis inducida, tenemos una excelente oportunidad de producir y crecer, pues la política exterior que conduce el Presidente Maduro pone a disposición la posibilidad de entrar en el mercado más grande del planeta; el cual agrupa a grosso modo: China, India, Rusia, Sur África, Irán, Asia Occidental, algunos países de la Vieja Europa, América Latinocaribeña y próximamente los EE. UU.
Así, mientras se reactiva la gran industria petrolera y minera, y fluyen las iniciativas privadas empresariales; se han de desarrollar las producciones endógenas, popular, científica y revolucionaria; en el marco de la nueva geometría del poder a cargo del poder popular organizado, el poder Comunal, la clase obrera consciente, potente y comprometida.
Socialismo es repartición justa de la riqueza, pero esa riqueza hay que producirla y convertirla en beneficios sociales tangibles. El Presidente está haciendo lo que le corresponde y más. Vayamos juntos a la conquista del futuro hoy. Estamos en Revolución, que nadie se equivoque.
Por: Ángel Rafael Tortolero Leal