En la democracia burguesa, se votan nombres; en la nuestra, se votan los proyectos. Y debemos lograr que el pueblo vote cada vez más políticas públicas válidas, decida dónde se invierten los recursos y cómo se emplea el dinero público
En la rueda de prensa del PSUV, el ambiente es de comprensible satisfacción, tras la victoria plena en las elecciones del 25 de mayo. Las caras están cansadas pero felices de poder empujar un poco más este extraordinario laboratorio del siglo XXI que ha encendido una nueva esperanza en el socialismo mucho más allá de las fronteras del país. Una apuesta iniciada con la elección de Chávez el 6 de diciembre de 1998, que continúa por los mismos carriles incluso después del fallecimiento del comandante, el 5 de marzo de 2013.
Chávez está, de hecho, más presente que nunca en el proyecto de construcción de un nuevo Estado, basado en la democracia participativa y protagónica que ponga en el centro las comunas y la gestión directa de los recursos. Un proyecto ya bien delineado, que se acerca aún más con esta victoria electoral N.º 23 que, al dar una mayoría calificada al parlamento, lo pone en condiciones de aprobar la normativa adecuada para continuar el camino iniciado hacia una nueva reforma constitucional.
Entre los parlamentarios reconfirmados para la próxima legislatura, que se inaugura el 5 de enero de 2026, se encuentran muchos dirigentes del PSUV. Entre ellos, está Nicolás Maduro Guerra, economista, electo por el estado La Guaira y sancionado por Estados Unidos en junio de 2019. Culto, amable, encantador, «Nicolasito», como se le llama cariñosamente para distinguirlo de su padre presidente, ha llevado a cabo una campaña electoral casa por casa, según la estrategia ganadora del Comando de Campaña VEN25+ del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB).
Para su nuevo mandato como parlamentario, ha prometido trabajar para reactivar el aparato productivo, crear la mayor felicidad posible en base a los principios bolivarianos, proteger el bienestar de las familias, garantizar todos los derechos del pueblo contra las desigualdades, y profundizar la batalla unitaria contra el fascismo. Al final de la rueda de prensa, antes de que el economista volviera a correr entre un compromiso y otro, le hicimos estas tres preguntas:
-¿Qué balance hace de esta gran victoria popular?
-Hemos consolidado, a nivel nacional, una fuerza revolucionaria potente, necesaria para profundizar aún más el proceso de transformación de la sociedad venezolana hacia una democracia más completa y plena. Debemos perfeccionar el sistema democrático, y esta victoria nos permite hoy hacerlo. De 24 estados, solo perdimos Cojedes, donde se impuso un gobernador de oposición. Debemos también subrayar que, en Caracas, hemos consolidado una gran fuerza popular en las 22 parroquias de la capital, con más de 400.000 votos. Un voto que indica la esperanza de las personas en un verdadero cambio. Ahora nos toca trabajar bien, dar respuestas, debatir los proyectos con la gente y mejorar nuestro método de gobierno, discutir bien con el pueblo todas las leyes que se propongan en el parlamento para que se sienta, cada vez más, parte de esta revolución.
-¿Qué significa profundizar la democracia?
-En la democracia burguesa, se votan nombres; en la nuestra, se votan los proyectos. Y debemos lograr que el pueblo vote cada vez más políticas públicas válidas, decida dónde se invierten los recursos y cómo se emplea el dinero público. Un camino que se consolida a través de las consultas populares para votar los proyectos comunitarios a los que dar prioridad. Las dos últimas de este año se realizarán en el tercer y cuarto trimestre. Además, en base a los resultados electorales, los primeros 10 circuitos comunales recibirán una financiación directa de la corporación Juntos todo es posible. Menos nombres y más votos para proyectos colectivos, más capacidad de imaginar juntos nuestros planes para el futuro.
-También esta vez, ha comenzado una campaña para negar o menospreciar los resultados electorales, dando por sentado que todos los votos que faltaron son atribuibles a la oposición extremista, que llamó a la abstención. ¿Que opina?
-La comunicación hegemónica da voz a una minoría de oposición, que está en el país como en el exterior, que cree ganar porque se abstiene. Pero la victoria se da con los números, con los votos de la gente, con la participación real y con una victoria real, como la que estamos celebrando. Por eso yo creo que terminarán en el olvido como es lógico. En cuanto a los gobiernos que nos atacan, solo podemos reiterar que estamos disponibles para tener relaciones con todos, pero sobre la base del respeto. Cuando no nos respetan, nos paramos firme y seguimos nuestro camino, continuando a trabajar por el bien del pueblo en la Revolución Bolivariana.