Entrevista a la abogada Laila Tajeldine
Han pasado ya más de dos años desde que, el 12 de junio de 2020, el diplomático venezolano Alex Saab fue secuestrado ilegalmente durante una escala técnica en la isla de Cabo Verde y, sin orden de detención, llevado a la cárcel. Allí permaneció hasta el 16 de octubre de 2021, cuando fue deportado a Estados Unidos, a pesar de que aún no había concluido el recurso contra su extradición; y pese a las reiteradas protestas de diversos organismos internacionales contra la detención arbitraria y las torturas que ha sufrido.
Chantajeado por el gobierno estadounidense, el de Cabo Verde, ya al término de la legislatura, se había mantenido sordo a las exhortaciones de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), de la que también forma parte la isla, de la Liga Americana de Derechos Humanos, la Asociación de Juristas de los Estados Unidos, el Centro Nacional Hadassah de Canadá y la propia ONU. Todos preocupados por el peligroso precedente creado en violación del Estatuto de Viena; y el evidente gesto de prepotencia perpetrado por el «gendarme del mundo» hacia el pueblo venezolano: «culpable» de haber elegido su propio destino político, al votar por el socialismo bolivariano a lo largo de 22 años.
En ese momento, en efecto, el cerco a Venezuela estaba en lo máximo de un ataque multiforme mediante la imposición de medidas coercitivas unilaterales ilegales, encaminadas a “causar el máximo sufrimiento al pueblo” (como afirmaban los funcionarios de la administración estadounidense), con el fin de provocar una revuelta contra el gobierno de Maduro. De hecho, la «culpa» de Alex Saab era haber burlado las «sanciones» enviando medicinas, alimentos y otros productos de primera necesidad a Venezuela.
“Enfrentaré el proceso con dignidad; —escribió el diplomático a su esposa, Camilla Fabri, quien leyó la carta durante una manifestación de solidaridad en Venezuela— quiero dejar en claro que no tengo nada para colaborar con Estados Unidos, ya que no he cometido ningún delito —añadió—. Declaro estar en pleno uso de mis facultades mentales, y no tengo intenciones suicidas; por si me quieren matar y luego decir que me suicidé”.
Desde entonces, se han realizado manifestaciones de apoyo en varios países del mundo, gracias al movimiento internacional Free Alex Saab, coordinado por la abogada venezolana Laila Tajeldine, a quien le hemos pedido actualización al respecto.
—Abogada, se ha difundido el rumor de una posible liberación del diplomático Alex Saab, quien podría ser intercambiado por algunos estadounidenses; detenidos por terrorismo o espionaje en cárceles venezolanas. ¿Qué hay de cierto en eso?
—Hay rumores que hemos visto, sin embargo no es algo que, a este nivel, podamos afirmar o negar. Lo cierto es que recientemente se dio una audiencia de estatus, sobre el juicio de la inmunidad diplomática del Enviado Especial de Venezuela Alex Saab, y se verificó el papel activo del Departamento de Justicia de Estados Unidos para retrasar el juicio y alargar el proceso. También, en esa audiencia de estatus se pudo conocer que la defensa de Alex Saab, desde Noviembre de 2021, le ha solicitado al Departamento de Justicia que entregue documentos clasificados sobre el diplomático venezolano; a lo cual ese Departamento se ha negado. Dichas pruebas son definitivas para exculpar a Alex Saab por cuanto demuestran tanto que Alex sí es un Diplomático, y que el caso penal fue un vil montaje.
—¿Cuál es la situación jurídica actual de Alex Saab?
—En cuanto a lo jurídico, el juez que lleva el caso fijó un tiempo límite para presentar las pruebas que han negado; que demuestran la inocencia del Diplomático venezolano Alex Saab. También, para el 31 de octubre se ha fijado la audiencia del juicio sobre la Inmunidad Diplomática.
Todos esperamos que en los Tribunales de Estados Unidos aún queden personas que quieran preservar la credibilidad de los mismos y el Estado de derecho y liberen a Alex Saab de manera inmediata; aunque no nos engañamos, porque estamos claros que el caso de Alex Saab es netamente político, y cuando se le detuvo fue para detener el ingreso de medicamentos y combustibles a Venezuela; y ahora, es usado como instrumento de chantaje, incluso, quizás Estados Unidos lo vea como una formula para lberar a sus sicarios y ladrones confesos, sentenciados por la justicia venezolana.
—Se había programado una audiencia para finales de agosto. ¿Por qué se ha aplazado?
—Por la falta de cumplimiento del Departamento de Justicia y por negarse a descargar los documentos solicitados; entonces esa audiencia del 29 de agosto se pospuso para el 31 de octubre. Ni el Departamento de Justicia ni el propio Tribunal han mostrado voluntad de hacer justicia; sino todo lo contrario, siguen sirviendo a la razón política de Estado, que no es otra que desestabilizar a Venezuela, aún cuando eso signifique violar una de las normas que nunca un país se atrevió a violar; como lo es la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas.
—Usted coordina el movimiento de solidaridad internacional Free Alex Saab ¿Qué respuesta ha encontrado?
Es impresionante cómo, en la medida que pasa el tiempo, van creciendo el repudio al secuestro de Alex Saab y una solidaridad tremenda; no solo por parte de gobiernos, sino también de pueblos, y movimientos. En muchas partes del mundo se ha conformado el Movimiento FreeAlexSaab; y crece. Cada vez se nos acercan más organizaciones que defienden los derechos humanos para ver como podemos trabajar juntos; figuras importantes en el sector político, jurídico, académico, artístico. Esta solidaridad no para de crecer como tampoco se detiene el rechazo a la vil acción de Estados Unidos, porque estamos hablando de algo que hace dos años nadie se lo hubiera imaginado; y es que Estados Unidos se atrevió a secuestrar a un funcionario diplomático venezolano, con inmunidad diplomática, que viajaba para cumplir una tarea humanitaria.