“La estrategia de Bolívar está vigente y necesaria, debe ser continuada. Necesitamos unir nuestros pueblos”
En la Casa Amarilla, al cierre del Foro por una Humana Humanidad, organizado por el Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos (ISB) para celebrar el nacimiento del Libertador (24 de julio de 1783), entrevistamos a la presidenta del Instituto, la diputada Blanca Eeckout.
Este foro ha demostrado que, 242 años después, Bolívar todavía habla en presente.
-¿Cómo pensaron el encuentro y con qué objetivo?
-Por los 242 años del nacimiento de Bolívar, y en el marco de celebrar su vida, asumimos la necesidad de que sus ideas entren en la batalla, porque son un proyecto en marcha en Venezuela: no solamente están vigentes, sino que iluminan también el mundo hacia donde debemos dirigirnos. El Libertador vislumbraba cosas realmente vanguardistas para su momento. No solamente fue precursor del antiimperialismo, sino que ya se planteaba la necesidad de un mundo multipolar. Hablaba del equilibrio del universo, de que no podíamos tener naciones poderosas frente a naciones débiles, porque esto iba a traer desigualdad e injusticia, por lo cual él hablaba de la necesidad del equilibrio. Y eso implicaba desarrollar polos, donde uno de los que él ubicaba como fundamental y estratégico era justamente la Patria Grande latinoamericana, la unión de los pueblos latinoamericanos, nuestra América. Decía él que sería en este continente, en este lado del mundo, desde esta diversidad que somos, después de haber roto las cadenas de la esclavitud y de la barbarie, y habernos planteado la construcción de un mundo de iguales, donde se despejaría la incógnita del hombre en libertad: el ser humano en libertad, el ser libre.Y esa tarea, para él, contemplaba la necesidad de una nación de repúblicas libres, más grandes, sea por sus virtudes y gloria que por su extensión, su riqueza, su poderío. Y la gloria estaba en el ser útil, decía, la gloria estaba en el servir, la gloria estaba en la felicidad: la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de estabilidad política, la mayor suma de justicia social, dado que el único objetivo de la construcción de un poder era el de garantizar el bienestar del pueblo.
-Bolívar veía también claramente vislumbrarse el choque con el colonialismo de entonces…
-Sí, él planteaba sus conceptos desde el enfrentamiento radical con el colonialismo, desde el anuncio, además, de las nuevas amenazas que se cernían, lo que nos permitía ver la importancia o la necesidad de construir desde nuestra América un paradigma distinto de humanidad, de iguales. No se podía, decía también el Libertador, tener una república donde el 80% de su población no fuesen considerados ciudadanos, fuese porque eran indígenas, afrodescendientes o mestizos. Por lo cual, él decía, solo puede haber república cuando todos y todas seamos ciudadanos. Es fundamental la igualdad, pero la igualdad es producto de la justicia y de la ley para garantizar ese equilibrio. Equilibrio que entendía dentro de la sociedad, y equilibrio en el mundo, porque podía ver que no había garantía de independencia, de soberanía, de libertad para llevar el bienestar a sus pueblos cuando estábamos amenazados por las cadenas de las potencias. Entonces nos llamaba y nos decía en esos debates: se ha visto que un puñado de hombres libres -hoy decimos hombres y mujeres libres-, pueden vencer imperios poderosos. Y él lo hizo. Con voluntad férrea y con una capacidad de convocatoria gigantesca, logró incluir los sueños de todos y todas, y empujarnos como pueblos a la lucha. Pero su obra quedó inconclusa. Después de haber expulsado al Imperio Español en una de las batallas fundamentales, la batalla de Ayacucho (en 1824), él convocó a todas nuestras nacientes repúblicas para ir al Congreso Anfitriónico de Panamá, del 22 de junio al 15 de julio de 1826, Una conmemoración a la que el Instituto Simón Bolívar ha prometido dedicar un nuevo encuentro, el próximo año.
El Congreso Anfitriónico de Panamá era el espacio que Bolívar sentía como fundamental para la construcción de ese nuevo mundo. Pero, en 1826, pudo más la traición, la injerencia yanqui que estuvo allí, y las oligarquías traidoras de la gesta de independencia, y traidoras a los pueblos que hicieron libres nuestras repúblicas. Iban tejiendo toda la estrategia para dividirnos, y no para lograr la unidad necesaria. Esa división trajo consigo que, en muy poco tiempo, México perdiera casi la mitad del territorio; y luego fueron por Argentina con las Malvinas; y así el horror de lo que fue el intento del gobierno británico, de la Gran Bretaña, de quitarle a Venezuela parte de su territorio. Pero fue así en todo el continente, toda la resistencia que tuvo que hacer Centroamérica para liberarse de la pretensión yanqui y luego las nuevas formas de dominación, de neocolonización. Por lo cual nosotros entendemos que esa estrategia de Bolívar, que está vigente y que es necesaria, debe ser continuada. Necesitamos unir nuestros pueblos, y esto va más allá de organismos, instituciones multilaterales y hasta de gobiernos. Es el encuentro de los pueblos, esos hombres y mujeres libres, capaces de derrotar al imperio, como decía Bolívar. En este aniversario 242 estamos encontrándonos con esa potente y poderosa visión estratégica bolivariana de la búsqueda del equilibrio, que es la búsqueda de la paz, la búsqueda de la igualdad, la justicia que es la búsqueda de la soberanía de los pueblos. Y eso es una tarea pendiente.
-Un encuentro de alcance internacional, entonces. ¿Desde qué puntos de observación?
-El primer día estuvimos aquí 114, después se aumentó a 140 compañeros, porque siguieron llegando; además, al final no contamos los compañeros que vienen a la Cumbre por la Paz y contra la Guerra, pero inicialmente instalamos nuestro foro con la presencia de 40 países y 114 voceros internacionales, más una delegación de movimientos sociales venezolanos que estuvieron también presentes debatiendo. Pudimos conocer -porque el objetivo no solamente era la necesidad de la lucha, sino lo que ya estamos haciendo-, lo cual es los modelos alternativos, esperanzadores, movilizadores y además victoriosos, como este proceso extraordinario que vive el Sahel (zona ecoclimática y biogeográfica del norte del continente africano). Y pudimos ver parte de la batalla de estos nuevos modelos, como son las experiencias de las comunas en Venezuela, porque construir comunidad es ir a contracorriente de la guerra, de la violencia, de la barbaridad. Escuchamos experiencias de África, de Asia, de nuestros hermanos árabes, la lucha de resistencia, la lucha también del pueblo europeo para enfrentar la barbarie fascista que resurge con muchísima fuerza, pero además la necesidad de trazar el camino junto: con la espada, con la luz y con el ejemplo de Bolívar.
-¿Qué ha significado hacer un encuentro así, por una Humana Humanidad, frente al genocidio en Palestina? ¿Cómo se puede pensar un equilibrio del mundo?
-Palestina ha estado presente en todos los paneles, en todos los debates, su bandera flamea. Y hablamos de la Palestina global. La verdad es que somos Palestina porque la amenaza que se cierne sobre la humanidad es el genocidio que ya está en marcha en Palestina, y es el plan de exterminio de la humanidad. Por eso decimos que hay que hacer humana la humanidad: porque nos están deshumanizando para poder controlar y borrar la historia de resistencia, de lucha y de construcción de vida que hemos realizado en el mundo. Entonces, creo que Palestina sea la humanidad resistiendo. Cada conciencia que se despierta ante la evidencia de la barbarie es para nosotros importante. Hay un plan que desde la propia industria del entretenimiento tiene mucho rato en marcha para banalizar la muerte, para justificar la guerra, para hacer cotidiano el exterminio, para justificar la destrucción, es decir, eso ha estado en marcha. Y a través la industria del entretenimiento, desde el cine a las redes, hasta todo lo que consumimos por ese algoritmo, está poniendo como en lo mismo el nuevo espectáculo que es la muerte de miles y de centenares de miles, de hambre o por las bombas que caen. Entonces, eso es algo que tenemos que ver hacia dónde, porque hay un mundo que está reaccionando. Pero hacia dónde, cómo están condicionando, qué pretenden hacer en los nuevos tiempos… Por eso, creo que nuestra tarea en este momento no es solamente enfrentar lo que está pasando, sino ver hacia dónde se dirige, y no hay tiempo. El tiempo para derrotar ese modelo es hoy, es ahora y somos nosotros.
-Estamos en vísperas de las elecciones comunales, en las que el pueblo se expresará nuevamente en las urnas. ¿Qué siente que puede decir al respecto?
-Venezuela no para en su movilización permanente por construir un nuevo modelo, el de la democracia participativa y protagónica: la transformación total del Estado, decía el comandante Chávez, y lo ha asumido el comandante presidente obrero Nicolás Maduro. Y vamos hacia el autogobierno comunal, el nuevo sistema de gobierno en el territorio desde cada comuna. El pueblo ya tiene el nivel de organización, el nivel de conciencia y la experiencia en la ejecución, la planificación y la construcción efectiva de soberanía permanente: es el ejercicio de gobierno. Vamos por una nueva elección, ya tenemos 33 elecciones. Vamos a escoger alcaldes y alcaldesas, concejales y concejalas, pero además lo vamos hacer en el marco de las Siete Transformaciones, es decir, para esta radical transformación del Estado en función del autogobierno del pueblo, y además en el marco de lo que son las consultas populares. Este 27 de julio tenemos consultas de proyectos para la juventud en la comuna. La juventud en la comuna planificando, soñando y ahora ejecutando los proyectos para el vivir viviendo.