Con la pasión del político y el rigor del académico, el diputado Edgardo Antonio Ramírez, explica las etapas de la histórica disputa por el Esequibo. Ramírez, sociólogo y economista, es un militante de larga data que ha participado en la lucha por el socialismo en Venezuela desde que era líder estudiantil y militó en la juventud comunista.
Hoy es miembro del Consejo Político del Partido Socialista y de la vicepresidencia de Formación del PSUV. Forma parte de la Comisión de Política Exterior y Soberanía del Parlamento, es presidente del Grupo de amistad parlamentario de Venezuela con Cuba y miembro de la Comisión Especial en defensa del territorio de Guayana Esequiba.
– ¿Cuál es la tarea de la Comisión Especial?
Fue creada, hace tres años, para contrarrestar la creciente presencia del imperialismo en el territorio en disputa, rechazar la presencia amenazante del Comando Sur y las perforaciones de multinacionales como Exxon Mobil, que hoy extraen ilegalmente más de 400.000 barriles diarios de petróleo de nuestro territorio. Con el consenso de todas las fuerzas políticas, tomó forma la propuesta de referéndum consultivo del 3 de diciembre. La Comisión Especial ha iniciado un gran debate que no termina el 3 de diciembre, sino que es el punto de partida para involucrar a todos los sectores del país en la defensa del territorio, empezando por la escuela primaria. Hemos mantenido encuentros con los pueblos aborígenes, que protegen un territorio rico en recursos que hay que preservar, y que no puede dejarse a merced de los apetitos imperialistas que quieren apoderarse de la región. En la zona de Rupununu, los Wapishana, liderados por la campesina Valerie Hart, fueron protagonistas de una revuelta, el 2 de enero de 1969, para reclamar la nacionalidad venezolana, pero fueron masacrados. Venezuela otorgó la nacionalidad a 120 personas y las colocó al sur del estado Bolívar. Hoy solicitamos al pueblo expresar su opinión al respecto a través de la pregunta número 5, la cual dice: “¿Está usted de acuerdo con la creación del estado Guayana Esequiba y se desarrolle un plan acelerado para la atención integral a la población actual y futura de ese territorio que incluya entre otros el otorgamiento de la ciudadanía y cédula de identidad venezolana, conforme al Acuerdo de Ginebra y el derecho internacional, incorporando en consecuencia dicho estado en el mapa del territorio venezolano?”.
– Como marxista, ¿qué herramientas cree que deberían utilizarse para avanzar?
Analizar el tema en términos materialistas y en perspectiva histórica sirve para entender por qué nuestra disputa por el Esequibo es con EE.UU. y sus multinacionales, no con la República Cooperativa de Guyana que, lamentablemente, es una nación tutelada. La historia del Esequibo cuenta la historia de la colonización y también de la lucha por la independencia. La primera evidencia se remonta a la fundación de la Capitanía General de Venezuela, creada por Carlos III en 1777, que incluía los territorios de la antigua provincia de Guayana, que ocupaba la región Esequiba. Para quienes como yo éramos niños estudiantes de la educación primaria en la década 60, se fortalecía el amor a la patria y la defensa de la integralidad territorial, así como el aprendizaje de la cultura de los pueblos aborígenes cuidadores del Esequibo. Se nos explicaba cómo ese territorio nos había sido arrebatado mediante engaños durante el Laudo Arbitral de París, en 1899, donde Venezuela ni siquiera había estado presente. Entonces, nos representaban dos estadounidenses. Según la ley, para que una sentencia sea cumplida debe existir el debido proceso, es decir, deben participar las partes en litigio y debe haber imparcialidad en el juicio. Dos condiciones que no se dieron. No hubo el debido proceso, sino exceso de poder (ultra petita). Y por ello, como establecerá el Acuerdo de Ginebra, en 1966, ese laudo arbitral fue considerado nulo, írrito e ilegal. Un fraude preparado en 1897 con el Tratado de Washington, que establecía la norma de arbitraje que luego se trataría en París. Allí se aceptó la objeción de los ingleses que se negaban a sentarse a la mesa con los que consideraban bárbaros, los venezolanos. Y los cinco jueces representantes de las potencias militares y expansionistas de Gran Bretaña, Estados Unidos y Rusia zarista a finales del siglo XIX, en el Tratado de Washington de 1897 establecieron reglas desfavorables para robar 159.500 kilómetros cuadrados del territorio de Venezuela en el Laudo de París de 1899. Un territorio en el centro de sus planes de despojo, tanto desde el punto de vista marítimo -controlando la «desembocadura del Orinoco» y la fachada atlántica- como de minas de oro. Conscientes de todo esto, hemos formulado la pregunta del referéndum número 4: “¿Está usted de acuerdo en oponerse, por todos los medios conforme al derecho, a la pretensión de Guyana de disponer unilateralmente de un mar pendiente por delimitar, de manera ilegal y en violación del derecho internacional?”.
Entonces, había una Venezuela dividida por una guerra fratricida, que ya no se parecía a la patria de Bolívar y Miranda, y donde gobernaban quienes habían traicionado al Libertador. Bolívar, en 1817, había otorgando a todos aquellos que habían luchado por la independencia una porción de tierra en función del rango obtenido y no en función del color de la piel o la extracción de clase.
Y esto explica el carácter popular de nuestra Fuerza Armada. Páez, GJ y presidente de Venezuela, aplica la Ley de Abril del cobro de deudas aprovechándose para obtener las hipotecas de quienes tenían deudas sin poder pagar, convirtiéndose en el principal latifundista. De ahí que los campesinos se rebelan a partir de 1848. Y surge el general Ezequiel Zamora, que forja la Guerra Federal. Su asesinato, el 10 de enero de 1860, no evitó que culminará la guerra popular. Por ello que, en 1861, la oligarquía le solicita al gobierno inglés un empréstito para la compra de armas para detener la revolución federal y a la vez, en una carta firmada por su representantes como Nicomedes Zuloaga, Mendoza y Pedro Gual, le pide que intervenga, como nación civilizada, en favor de los intereses de los ricos a cambio de ceder el Esequibo. Se repite la misma historia de los traidores de la patria. En 1895, la oligarquía invoca la Doctrina de Monroe para enfrentar a Gran Bretaña potencia en ascenso por el desarrollo de las fuerzas productivas debido a la revolución industrial. La misma actitud adoptada hoy por esta oligarquía apátrida, como hemos visto en los años y en los últimos días, con la intervención de Machado en la página de la Cancillería de Guyana.
– ¿Y que pasó entonces?
El plan no llegó a concretarse, pero cabe subrayar otro hecho importante. En 1865 murió Robert Hermann Schomburgk, el explorador mercenario contratado por los ingleses en 1835, responsable de cuatro líneas fronterizas fraudulentas para robar porciones de territorio Esequibo a Venezuela, dos de las cuales fueron anotada como suyas incluso cuando ya estaba muerto. La evidencias históricas de que todo el Esequibo pertenecía a Venezuela son numerosas. En 1895, el general Domingo Antonio Sifontes se enfrentó a los ingleses que habían ingresado al territorio nacional desde la Guayana Inglesa, hoy Guyana, en busca de oro, y los derrotó. Pero ya en 1821, Bolívar dio instrucciones de protestar contra Gran Bretaña por las incursiones de soldados desde Guyana hacia el territorio de la entonces Gran Colombia. En 1814, Inglaterra había comprado l’Esequibo a Holanda, la potencia que se beneficiaba más de la industria esclavista, por 3 millones de libras. Esequibo se llamaba Demerara y Berbice, y luego pasó a llamarse Guayana Británica. Y, en 1824, Gran Bretaña lo reconoce como parte de la Gran Colombia, y lo hará también en 1834, luego del asesinato de Sucre, la muerte del Libertador, la separación de la Gran Colombia y el nacimiento de la república presidida por Páez. El Reino de España, en 1845, reconoce la independencia de Venezuela con el territorio de la Guayana Esequiba, 24 años después de la Batalla de Carabobo de 1821. Por lo tanto, Schomburg, mercenario de los ingleses, había trazado las líneas fronterizas falsas en 1835 y 1840, y lo más inaudito, en 1887 y 1897 después de su muerte ocurrida en 1865, los ingleses falsificaron todo para robar a Venezuela los 159.500 kilómetros cuadrados que representaba el 90% de los 203.310 kilómetros cuadrados que deseaban robarse, con la ayuda de los estadounidenses en la confabulación del Laudo de París de 1899; como lo hacen hoy robándonos 29 toneladas de oro, secuestradas en el Banco de Inglaterra y el robo de la empresa petrolera Citgo en Estados Unidos.
– ¿Cómo surgió el Acuerdo de Ginebra?
En 1949 muere Severo Mallet-Prevost, abogado elegido por Estados Unidos para representar a Venezuela en el Laudo arbitral, dejando a su notario un memorando que pide que se publique, en el que da a conocer todas las trampas y falsificaciones de los dos jueces ingleses y dos jueces estadounidenses convalidadas por el presidente del tribunal el ruso zarista Martens. Esto pasó 4 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la liberación del nazifascismo. Venezuela había suministrado combustible a los aliados, y submarinos de Hitler habían hundidos dos barcos petroleros que transportaba el combustible para las fuerzas aliadas antifascistas. El general presidente de la República, Isaías Medina Angarita, había dado la libertad a los comunistas para participar en política conforme a la alianza antifascista de EE.UU., Gran Bretaña y Unión Soviética. Asimismo, exigió la seguridad de los buques petroleros, la igualdad 50% 50% en partes iguales en el negocio del petróleo y la instalación de una planta de refinación de petróleo en Venezuela. Por eso, le organizan un golpe de Estado. En 1948, llega Marco Pérez Jiménez, luego en 1958 es derrotado y llegan los gobiernos de democracias representativas y la constitución de 1961. Surge un debate sobre el Esequibo en la socialdemocracia que gobernaba en ese momento, a partir de la evidencia aportada por Prevost. Un canciller, Marcos Falcón Briceño, presenta un informe sobre el asunto ante la ONU para demostrar la nulidad del laudo arbitral. Venezuela era entonces el buque insignia de Estados Unidos, en cuyo nombre lanzó ataques contra la Cuba socialista. Así, en 1962, los socialdemócratas lograron la formación de una comisión entre Gran Bretaña y Venezuela que culminó con el Acuerdo de Ginebra, en 1966, en el que se determinó que el Laudo de París era nulo, írrito e ilegal. El comandante Chávez, al visitar la República Cooperativa de Guyana, propone el trabajo mutuo de los recursos naturales estratégicos, la formación profesional del personal en materia de hidrocarburos y la realización de la autopista desde Tucupita hasta Georgetown, en el marco del proceso de integración Bolivariano y conforme al Acuerdo de Ginebra, y a la vez, la venta de petróleo en el marco de Petrocaribe. El gobierno de Guyana unilateralmente acude a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en el 2018 violando el Acuerdo de Ginebra. Por ello, ponen en peligro la paz de la región al permitir la licencia de la ExxonMobil para la exploración y explotación petrolera. Aunado los ejercicios militares y la presencia del Comando Sur en las aguas del Caribe. Desde entonces, la cuestión ha estado en manos de la ONU, que debería nombrar un buen oficiante y trabajar para hacer cumplir los Acuerdos de Ginebra, y no favorecer la intervención de la CIJ. El presidente Nicolás Maduro ya ha escrito tres cartas oficiales, una al exsecretario general de la ONU, Ban-ki Moon, en 2015, una segunda al actual secretario, Antonio Guterres, en 2018, y una tercera en 2021 del mismo tenor.
– ¿Y cómo se explica el apoyo de Caricom a Guyana?
Caricom tiene un protocolo diplomático: cuando se toma una decisión, los 14 países deben respetarla, esto no significa que no haya diferencias internas. Venezuela firma un acuerdo con Trinidad y Tobago para extraer gas y petróleo, en áreas marítimas para realizar juntos el comercio de los hidrocarburos. El primer ministro de Trinidad y Tobago manifestó la posición pro Guyana de Caricom, pero destacó la preocupación por una posible escalada del conflicto.
Venezuela se mantiene vigilando la soberanía de las fronteras marítimas y su salida a la fachada Atlántica.
Venezuela es firmante de la Declaración de América Latina y el Caribe como zona de Paz, lo cual se pone en peligro con los ejercicios militares de Guyana y EE.UU, además de la presencia militar del Comando sur en el Caribe. Asimismo, Surinam está protestando la militarización de la zona fronteriza y reclamación del Tigris, por parte del gobierno de Guyana, lo cual, es una muestra de las diferencias en los países del Caricom.