En los grandes medios italianos se ha reiniciado la campaña de ataque al socialismo bolivariano. La tesis de fondo es siempre la misma: el socialismo ha fallado en todas sus formas, la única receta es el capitalismo. Al máximo se puede discutir de la dosis, pero el “sistema” – ha reafirmado el presidente del Consejo Paolo Gentiloni – va garantizado. Mejor si para garantizarlo están representantes del llamado centro-izquierda, que saben contener mejor la rabia de los oprimidos. Por esto, de la realidad venezolana se deben describir (y ampliar) los efectos, escondiendo las causas de los problemas y sobretodo los responsables.
Para los conglomerados mediáticos todo lo que haga el chavismo es un fracaso. Estamos ya en campaña electoral porque en el 2018 en Venezuela habrá elecciones presidenciales. Y también en Italia irán a las urnas el 4 de marzo. Pero si el gobierno de Maduro continúa destinando más del 70% de sus ingresos a los proyectos sociales, ¿por qué no debería hacerlo un país del “primer mundo” como Italia? Porque la crisis deberían pagarla los ricos, y esto haría tambalear “al sistema”. Y entonces, no se puede. Por lo tanto, se deben destruir los ejemplos positivos, para llegar al punto de antes: la receta para “restaurar” la economía debe ser aquella del capitalismo, es decir, que la crisis, que la paguen los sectores populares. Pero, como Venezuela enseña, la historia reserva siempre sorpresas…
Desde la guerra mediática y desde las estrategias para contrastarla, dentro y fuera de Venezuela, hemos hablado con Alcides Martínez, miembro de la Vicepresidencia de Agitación, Propaganda y Comunicación del PSUV y portavoz del Consejo Nacional e Internacional de la Comunicación popular.
-¿Cuál ha sido su trayectoria política?
Desde joven he militado en los movimientos sociales y culturales. También para mí, el hito se ha determinado con la rebeldía cívico-militar del 4F y el “por ahora” del Comandante Hugo Chávez que nos ha devuelto la esperanza. En ese entonces, el 80% del pueblo era oprimido por los gobiernos de la IV República. No obstante, las grandes entradas petroleras y el alto nivel PIB, había una pobreza creciente. Aquella población vio en el Comandante la esperanza de transformar la vida social y hemos comenzado a trabajar hacer concreto aquel sueño. En el 98, Chávez conquistó la presidencia de la República y hemos asumido el empeño para la liberación del pueblo en esta lucha histórica que conecta el pasado al presente y muestra que los libertadores han sido dos: Simón Bolívar que nos ha liberado del yugo español y Chávez que nos ha liberado del yugo del imperio norteamericano.
– En los países europeos como Italia, que también han tenido una larga historia de lucha de clases, gran parte de los jóvenes no conoce o rechaza la herencia del siglo XX, el siglo de las revoluciones. ¿Cómo ha logrado el PSUV hacer de la memoria histórica una nueva ventaja para la política y para el futuro?
– Ocultar la historia de la lucha de clases y de las resistencias al colonialismo, robar la memoria y la cultura a los pueblos de Latinoamérica, ha sido un modo para dominarnos. Es más fácil dominar a los jóvenes con la ignorancia que con la fuerza. Pero la historia no termina. Cuando Bolívar murió en Santa Marta, traicionado y engañado, todo lo que había hecho por la unión sudamericana parecía desaparecido: “He arado en el mar”, dijo, de hecho, desesperado. Pero no podía imaginar que habría nacido Chávez, quien llevaría a cabo otro 50% de su obra en otras formas y en otros tiempos: la UNASUR, el MERCOSUR, el Banco de Sur y tantas instituciones importantes para la unidad latinoamericana y caribeña. La Revolución es ya referencia mundial, porque Chávez ha transmitido a los pueblos que hay de nuevo una esperanza, se puede construir un mundo mejor y se puede renovar el socialismo, convirtiéndolo en una nueva bandera para el futuro. Nuestra independencia inicia con la Batalla de Carabobo y en pleno siglo XXI Chávez la evoca durante la campaña electoral del 7 de octubre del 2012, la última victoria para él. Estaba ya sufriendo, sabía que iba al encuentro con la muerte. Probablemente un ataque de los Estados Unidos. Pero escogió darse sin reservas a aquella “campaña admirable” para llevar a Venezuela a la independencia definitiva. Desde Barinas, su ciudad natal, hasta Caracas, fue su viaje de despedida. Se estaba despidiendo de su pueblo. Todos teníamos ganas de llorar, pero sentíamos su pasión. En ese entonces yo dirigía la propaganda del partido para el Estado de Monagas, uno de los Estados en el que Chávez fue muy admirado por la organización de la campaña. Para nosotros que habíamos conocido la IV República, la Revolución ha sido una gran experiencia. Sabemos que el capitalismo es el menos indicado para el pueblo, porque no le interesa el ser humano, sino el capital, el negocio, la explotación. Cuanto más el capital acumula, tanto más hay pobreza. Cuanta más ignorancia hay en el pueblo, tanto mejor es para los capitalistas que pueden dividirse la torta con tranquilidad. Así ha ocurrido en América Latina y en los países del sur dominados por el capitalismo salvaje. Por esto continuamos con firmeza a defender la Revolución con el Presidente Maduro.
– En el exterior, la imagen que los medios dan del proceso bolivariano es totalmente negativa. ¿Cómo afrontar este problema y el tema de la comunicación internacional?
Estamos viviendo una de las peores guerras silenciosas, igual o superior a aquella de la Siria. Quieren tomar a nuestro pueblo por el hambre. El bloqueo económico financiero internacional impide la llegada de medicinas y alimentos. En Colombia, Santos ha bloqueado también algunas vacunas contra la malaria, pero el Presidente Maduro siembra en el mismo terreno de Chávez, la misma alianza con otros países del continente y con los países del Sur. Nosotros sabemos que la guerra mediática contra Venezuela se conduce desde afuera hacia el interior. El imperialismo de USA está buscando el modo de intervenir militarmente en nuestro país. Las grandes corporaciones mediáticas conocen bien su oficio, manipulando la comunicación mundial. En cada país hay tres o cuatro familias que controlan la información y saben cómo hacer caer los gobiernos. Como partido, estamos buscando una alianza estratégica con los comunicadores internacionales: periodistas, hombres y mujeres de cultura, intelectuales que nos ayuden a difundir en sus países la verdad de Venezuela, porque es desde allí que nos están atacando con fuerza, construyendo mentiras como aquella que sirvió para agredir a Irak con el falso pretexto de las armas de destrucción masiva. El verdadero objetivo es apropiarse de nuestros recursos, destruir nuestra cultura y nuestra identidad. Con Venezuela no es tan fácil porque en el mundo tenemos aliados que conocen la verdad, numerosos acompañantes internacionales lo han constatado también en estas recientes elecciones constituyentes, regionales y municipales. No tenemos necesidad de la “ayuda humanitaria” de los Estados Unidos, solo queremos que Trump y sus aliados retiren las sanciones pedidas por la oposición venezolana.
Traducción Gabriela Pereira