Entrevistamos a Tania Díaz, rectora de La Universidad Internacional de las Comunicaciones (LAUICOM), contenida en el libro Comunicación liberadora. Un volumen de ensayos, que recoge contribuciones de numerosos intelectuales latinoamericanos y europeos
Estamos en las instalaciones de la Universidad Internacional de la Comunicación (LAUICOM). En la pared: retratos del comandante Hugo Chávez y del presidente Nicolás Maduro; se destaca una gran bandera de la Venezuela Bolivariana y una galería de imágenes que rememoran las etapas de un proceso revolucionario de 25 años: una revolución «pacífica, pero armada» en búsqueda permanente del equilibrio dialéctico entre conflicto y consenso.
“Un ejercicio constituyente que se renueva cada día en la doble tarea que la Constitución Bolivariana atribuye al pueblo: la de ser a la vez legislador y comunicador”, nos dice Tania Díaz, periodista y diputada, vicepresidenta de formación e ideología del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), rectora de LAUICOM desde 2022. En las paredes, una exposición recuerda la historia de esta universidad concebida por Chávez y creada por Nicolás Maduro.
Le pedimos a Tania que vuelva sobre las etapas, en pro de los nuevos estudiantes y lectores de dicho libro.
-Hace tres años, este local parecía un montón de escombros. ¿Cómo fue posible este milagro?
-Aquí nos encontramos en la sala Earle Herrera, dedicada al gran periodista, escritor y poeta venezolano, quien trabajó aquí, en la antigua sede del diario El Nacional, antes de que dejara de ser un periódico y se transformara en un instrumento de desestabilización política contra la Revolución Bolivariana.
En estas oficinas se prepararon muchas campañas de odio. Aquí hubo un verdadero laboratorio de guerra contra nuestro proceso. Earle fue columnista de El Nacional y un reportero excepcional, el más autorizado de todos en la Venezuela de la época. Nosotros, sus alumnos, esperábamos el fin de semana para leer su crónica autoral: aunque a él no le gustaba recordar que yo había sido su alumna porque decía que le hacía sentir viejo. Pero él fue mi profesor…
-Él también fue un gran poeta, como se ve en el poema “Contra el bloqueo”, que hemos colocado en el epígrafe del libro, muy actual y de gran impacto.
-Sí, y fue un gran reportero, nos enseñó a amar el género, pasión que conservo. Estos locales fueron recuperados por la revolución y luego destinados a LAUICOM debido a una noticia falsa, o más concretamente ultrafalsa: en 2015, Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV y ahora ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, era presidente de la Asamblea Nacional. Un líder importante, que proviene del mundo militar, la figura cívico-militar de mayor rango de la revolución. Yo, como parlamentaria, presidía la comisión de comunicación popular, donde también estaba Earle. Un día, 82 periódicos latinoamericanos, más ABC de España y El Diario de las Américas, de Miami, publicaron en primera plana que Diosdado era el “jefe del Cartel de los Soles”, cartel internacional del narcotráfico, y que por este motivo había sido denunciado por un tribunal de Nueva York. Earle y yo nos reunimos con otros camaradas de la comisión y comenzamos a buscar fuentes y corroboraciones, que no existían. Earle dirigió la investigación y elaboramos un informe que demostraba que, en realidad, no había ninguna noticia, ni denuncia en ningún tribunal, ni fuente que pudiera confirmar lo que 82 periódicos habían informado como primicia el mismo día. Desde entonces hubo recursos y recursos; hasta que el Tribunal Supremo de Justicia falló a su favor en 2022.
-Una dictadura muy extraña, que tarda 7 años en reconocer una calumnia evidente contra un dirigente político como Diosdado.
-Así es, mientras tanto, el director de El Nacional, Miguel Henrique Otero se había ido a España a montar una fundación para conspirar contra nuestro gobierno. Había dejado a todos los trabajadores sin sueldos ni cotizaciones, y antes les había cortado la luz a los diseñadores gráficos, que para obtener sus derechos habían ocupado el local y continuaban trabajando. Entonces, el Poder Judicial, en representación del Estado confiscó esta instalación y, como compensación, se la entregó al demandante (Diosdado) tras ganar la demanda que se extendió por siete años. Cuando llegamos aquí, todo estaba destruido, todos los sistemas de servicios públicos, todo, había sido destrozado. Los diseñadores gráficos regresaron aquí para recuperar algunos documentos para presentarlos ante el tribunal laboral y, por supuesto, les abrimos la puerta. Poco a poco fuimos recuperando la estructura, con el aporte de mucha gente que vino a echar una mano. El decreto que implementa la universidad, sin embargo data de 2019, aunque soy formalmente rectora desde 2022 ya estaba en funcionamiento desde esa fecha. Durante la pandemia organizamos 26 seminarios en un lugar prestado.
Fue idea tuya y de Beverly Serrano, ¿recuerdas? Luego, desde que ingresamos a esta oficina, lo que había sido una comunicación para la opresión, para el ataque al pueblo, ha cambiado completamente de significado; convirtiéndose en comunicación para la liberación, como dice nuestro lema.
-En estos 25 años, ¿cómo han tomado forma estos dos conceptos claves de la Revolución Bolivariana?
-Cuando el comandante convoca a la Asamblea Nacional Constituyente, llama al pueblo a trabajar junto con los legisladores, para redactar una constitución que les dé a los venezolanos ciudadanía plena. Les dice a los legisladores: “ustedes no escribirán la constitución, sino el pueblo”. Pensándolo bien hoy, su discurso de apertura de la Asamblea Constituyente, con el que presentó una serie de propuestas, tuvo muchas similitudes en estilo y contenido con el Discurso de Angostura del Libertador Simón Bolívar. Chávez convocó al pueblo a redactar la Constitución y también, luego del 4 de febrero y del «por ahora«, inició un ejercicio de comunicación popular que reunió al pueblo. El primer gran ejercicio comunicacional de la revolución, fue el de la Asamblea Nacional Constituyente, que convirtió al pueblo en partícipe y maestro de la comunicación. Cuando Chávez asume el poder y jura sobre la «moribunda constitución«, cuando promete que le dará al pueblo un marco constitucional que le permita decidir su propio destino, se produce un cambio de paradigma, un punto de inflexión; no solo para nuestra filosofía política revolucionaria, sino también para aquellos legisladores populares que redactaron la Constitución, se la aprendieron de memoria y la utilizaron como arma diaria para la defensa y la construcción de una nueva página de la historia. Entonces, el presidente Maduro encabezaba la comisión de participación ciudadana. Siendo conductor de autobús, organizó su camión constituyente junto a Darío Vivas, y la gente llenó con propuestas los buzones correspondientes.
-¿Cómo se reflejan estos conceptos en LAUICOM?
-Al articular teoría y práctica, la Universidad busca desarrollar este pensamiento del comandante, que se adelantó a su tiempo y cambió la historia del país. Analicemos el concepto de pueblo comunicador desde un punto de vista social, político y cultural, en relación con lo ocurrido en Venezuela. Investigamos nuevas formas de agresión cognitiva, lo que esta forma de guerra significa para la mente, el corazón y el espíritu a la luz del nuevo capitalismo de vigilancia. Analizamos el papel de Venezuela como laboratorio brutal de esta forma de guerra, pero también, la forma en que el pueblo sabe defenderse de esta agresión. El nuestro es un enfoque marxista, pero desde una perspectiva multidisciplinaria. Hasta aquí, han llegado voluntariamente historiadores, sociólogos, teóricos de la comunicación, estudiosos de la semiótica como el profesor Buen Abad, intelectuales y muchos militares, trayendo a la Universidad sus conocimientos sobre la guerra no convencional, lo que tiene mucho que ver con nuestras materias de estudio y nuestra metodología.
-¿Y cómo se armoniza todo esto, cómo se aprovechan las diferentes competencias?
-LAUICOM tiene dos ejes de intervención: desde hace tres años estudiamos los mecanismos de guerra cognitiva y paralelamente los de defensa. Con Buen Abad abordamos el abanico de temas relacionados con la semiótica de la emancipación, analizamos el discurso político y el de los liderazgos de izquierda en la región. Estamos estudiando un tema que pertenece a la comunicación política y la estrategia electoral, más orientado a evaluar la forma de comunicación que los pueblos producen a partir de su experiencia, yendo a contracorriente del discurso impuesto por los centros de poder hegemónicos. Estas formas las estudiamos desde un punto de vista teórico y práctico para convertirlas en la formación que tenemos en la universidad, que es formación para el combate. Decimos que LAUICOM es comunicación política, emancipadora y popular; tres elementos básicos para el conocimiento y la orientación.
-Tras las elecciones del 28 de julio, la extrema derecha logró imponer su versión de los hechos a nivel internacional, confundiendo también a los países moderados de la región y a la izquierda de los países capitalistas europeos. ¿No cree usted que se debería hacer un mayor esfuerzo para contrarrestar los mecanismos ideológicos de control, que en Europa, son mucho más sofisticados?
-Tienes razón al insistir en este punto. Es necesario reflexionar sobre un espectro más amplio sobre los mecanismos para combatir lo que un ensayista francés, Philippe Courcuff, describe en su libro con el elocuente título: La grande confusión, y en el que cuestiona la forma en que la extrema derecha ganó la batalla de ideas. Dice: el gran descubrimiento en este tipo de comunicación es la confusión. Un sistema tan antiguo como el mundo, que sin embargo se complica y se multiplica a través de medios digitales que lo hacen mucho más rápido y potente, trayendo al presente la vieja estrategia de la propaganda de guerra, que tiene mucho que ver con la propaganda goebbeliana sobre la manipulación de masas. Volvamos a la violencia postelectoral, cuya crónica relaté en nuestro libro Las caras del fascismo en el tercer milenio. En realidad nos tomó por sorpresa la extrema derecha, que impuso una realidad falsa en el imaginario. En esos días, justo en esta sala, un amigo que conoce Venezuela, me preguntaba: ¿Por qué no publicas estas actas y terminas con esto? Mientras tanto, estábamos sitiados y teníamos que defendernos de ataques cibernéticos y territoriales, porque rodeaban nuestras casas, quemaban centros electorales, atacaban y mataban a nuestros y nuestras militantes. Y, mientras tanto, impusieron el mantra de las actas, cuando todos saben que en Venezuela nunca se han mostrado actas en papel, porque en el sistema automatizado se envían directamente a la autoridad electoral, el CNE, cuya página fue atacada, hasta desconectar la principal fuente de datos reales, e imponer así su propia versión a nivel internacional. Con la confusión lograron realizar el ataque contra Venezuela, pero cuando nos recuperamos de la sorpresa, nuestro pueblo, que sabe cómo funcionan las elecciones, entendió que había sido mentira. Por lo demás, hay que considerar que Venezuela está sometida a una censura brutal, amplificada por la comunicación digital que enmascara o «limpia» los ataques; encubriéndolos, tal vez, con lindos nombres y palabras en inglés. Es muy difícil romper la barrera de la comunicación incluso en nuestro territorio, porque este mundo está dominado por corporaciones de medios de comunicación vinculadas a intereses monopolísticos específicos a nivel económico, militar y tecnológico. La lógica de la comunicación en la que nos movemos es la del capitalismo: un capitalismo en crisis sistémica que, a medida que va perdiendo espacios de hegemonía en el mundo, reacciona de manera aún más brutal para aplastar la comunicación emancipadora basada en los ideales del socialismo. Si antes dominaba el papel impreso, los periódicos tenían una línea editorial específica y se podía elegir qué leer, ahora somos presa de la dictadura del algoritmo, manipulado por el capitalismo en las plataformas que orientan el consumo de los usuarios en las redes sociales, brindando respuestas predeterminadas para cada sector y gusto. Y ahora estamos en la etapa de desarrollo de la inteligencia artificial, diferente y más persuasiva. Debemos defendernos enfrentando una guerra asimétrica en la que el enemigo posee herramientas mucho más poderosas que las nuestras. Por ello, pensamos que es fundamental crear comunidades capaces de afrontar lo que Chávez llamó guerrilla comunicativa y Fernando Buen Abad define guerrilla semiótica. Estoy de acuerdo contigo en que la batalla por la memoria, la defensa de la historia de las revoluciones y la búsqueda de puntos comunes entre los intentos de tomar el poder en el último siglo sirven para comprender mejor al enemigo común en esta globalización capitalista. Creo que nuestra experiencia, forjada en la resistencia a un bombardeo ideológico permanente, sirve para construir comunidades sólidas y solidarias que interactúan, reflexionan, construyen teoría y, sobre todo, luchan contra el enemigo común tal como se presenta en diferentes latitudes. La labor fundamental de la universidad es esta: crear espacios de diálogo entre los pueblos, sin censura, para dar munición a la batalla común. La inspiración teórica proviene de las enseñanzas de Simón Rodríguez, Simón Bolívar y las de Chávez.