Noelí Pocaterra Uliana es una activista por los derechos de los pueblos indígenas y dirigente política venezolana. Es diputada electa de la Asamblea Nacional de Venezuela por un tercer periodo. Pertenece a la etnia wayuu. Fue integrante de la Asamblea Nacional Constituyente de 2017 y de la Constituyente de 1999. Es vicepresidenta del Parlamento Amazónico y presidenta de la sub-comisión Familia en el Parlamento indígena de América, integrante de la comisión permanente de pueblos indígenas de la Asamblea nacional. Nos reunimos con ella al final de la sesión parlamentaria que aprobó, por unanimidad, en primera discusión y con urgencia reglamentaria, el Proyecto de Ley Orgánica para la Defensa de la Guayana Esequiba, que garantiza la soberanía e integridad territorial sobre el Esequibo.
– Como líder indígena histórica, ¿qué comentario hace sobre esta ley?
– Estoy contenta con la decisión que se tomó en el parlamento. Al aprobar en primera instancia el Proyecto de Ley Orgánica para la Defensa de la Guayana Esequiba, estamos cumpliendo con la voluntad del pueblo, que quedó claramente expresada en el referéndum del 3 de diciembre, y la del presidente que estableció los pasos para cumplirla. Vamos hacia una segunda discusión y estoy convencida de que la ley será aprobada definitivamente. En Guayana Esequiba habitan 10 pueblos indígenas y desde aquí defendemos sus derechos. Estamos trabajando para crear una comisión especial, presidida por la Ministra de Pueblos Indígenas, Clara Vidal, e integrada por representantes de las distintas poblaciones originarias. Iremos a los territorios donde viven para conocer sus necesidades, sus problemas y sus aspiraciones, a luchar juntos, pero diciéndoles: ustedes son quienes toman las decisiones. Hay que consultarles para saber qué le piden a este nuevo Estado que vamos a instaurar. Para los pueblos indígenas el territorio es su casa común, para nosotros es fundamental. Amamos el territorio de Guayana Esequiba, quitárselo sería como cortarle un brazo a Venezuela, por eso no lo podemos permitir. Escucharemos todas las voces, pero los pueblos indígenas estarán en la vanguardia.
– Usted es la memoria histórica del largo camino recorrido por los pueblos indígenas con la revolución Bolivariana desde la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 hasta la de 2017, que devolvió la paz al país. Ahora que se ha vuelto a apelar al poder original, al poder popular, ¿cómo imagina las etapas posteriores?
De esta ley orgánica pueden derivarse leyes especiales, que contemplan parte de la decisión otorgada y sugerida por el presidente de la república. Estamos pensando en una ley especial que tenga que ver con los pueblos indígenas, que los reconozca dentro del estado Guayana Esequiba como parte de un estado plurinacional multiétnico. Y entonces pensamos en una ley que tenga que ver con la defensa del medio ambiente, del Esequibo como parque nacional, de la biodiversidad. Los pueblos indígenas estamos muy unidos en la defensa del medio ambiente, de la naturaleza que según nuestra cosmovisión es parte de nuestra vida, y por eso nos reconocemos hermanos. En el caso del pueblo Wayuu, fuimos creados por nuestra Madre Tierra y la lluvia, que es nuestro Padre. Espero que pronto se den las condiciones para ir a la Guayana Esequiba a abrazar a mis hermanos indígenas, y transmitirles la energía necesaria para decir: debemos luchar juntos para que nuestros derechos sean reconocidos y para que ustedes puedan tener una vida mejor.
– Durante el referéndum, las fotos de los pueblos indígenas haciendo cola para votar tuvieron un fuerte impacto, frente a la propaganda de la extrema derecha dispuesta a minimizar el alcance de la voluntad popular. ¿Cómo se produjo este resultado?
Sí, la participación fue masiva. Estuve en el comando de campaña indígena, creado y presidido por la ministra Clara Vidal con quien diseñamos la estrategia electoral. Los pueblos indígenas participaron con todas sus decoraciones y se manifestaron con sus tradiciones y ceremonias ancestrales y eso llamó mucho la atención, y así será para las próximas elecciones. Además, hemos explicado detalladamente qué significa una zona en reclamación, los antecedentes históricos y jurídicos que nos dan derecho a decir que el Esequibo es parte de Venezuela. En ese sentido, el presidente Maduro nos dio una clase magistral, tomamos notas, las tradujimos a las distintas lenguas indígenas, hicimos lo mismo con las cinco preguntas del referéndum, esos datos los difundimos en programas radiales, y eso tuvo un fuerte impacto.
– Usted vivió el proceso de cedulación de los pueblos indígenas que no tenían existencia legal. ¿Qué se hará ahora para alcanzar e inscribir como ciudadanos del nuevo estado a las personas que viven aisladas en el territorio Esquibo?
Sí, fui yo quien le sugirió a Chávez la creación de una cédula de identidad indígena, y él aceptó. De esta manera aparecemos como ciudadanos venezolanos, obviamente, pero también con nuestra identidad original. El comandante entendió la necesidad de combatir, aún así, el racismo y la exclusión que hemos vivido desde los tiempos de las colonias y hasta el triunfo de la revolución bolivariana. Con Chávez llegó el amanecer. Y no me canso de recordar que Nicolás era constituyente y atravesó momentos difíciles con nosotros, cuando parecía que nuestras esperanzas se iban a frustrar, y dijo: yo estoy con los pueblos indígenas, y hubo quienes amenazaron con llevarlo a los tribunales disciplinarios, pero él se mantuvo firme en su propósito. En aquel momento, estábamos en conflicto con los militares, no entendíamos que ellos estaban defendiendo la integridad territorial, pensaban que podíamos ser influenciados por las ONG y vender el territorio. Sin embargo, no fuimos nosotros quienes entregamos la Guayana Esequiba, ni la Guajira, que hoy es un departamento de Colombia, y no se trata de revivir el tema. Sin embargo, y aquí les doy una noticia, durante la última Filven le pedimos a Gustavo Petro, presidente de Colombia, al embajador de Colombia y al ministro de cultura, que restauren los nombres indígenas originales de algunos lugares, como el cerro La teta, que los colonizadores llamaron así porque se parecía a una teta.