─¿Qué se dice, y por qué se dice, en los medios de comunicación sobre Palestina?
─Lo que se dice ahora es producto de una alienación continua que se ha desarrollado durante muchos años. La industria cultural, el cine sobre todo, nos ha ido preparando para este tipo de situaciones. Ya lo vivimos con las invasiones a Afganistán e Irak, Siria y Libia. En Palestina lo hemos vivido desde hace 75 años. Los árabes han sido víctimas de la estigmatización durante muchos años. Los filmes los presentan como ignorantes, terroristas, asesinos, violadores de los derechos de las mujeres. Se les ubica siempre en el desierto, rodeados de camellos, y todos son musulmanes; no hay cristianos, judíos, ni ateos. Eso es una gran tergiversación histórica porque el pueblo árabe es el padre de las tres religiones monoteístas que conocemos. Los palestinos son: o musulmanes o cristianos o judíos. Esa estigmatización sirvió para que se invadiera Afganistán e Irak; porque supuestamente habían sido los árabes-musulmanes-terroristas quienes volaron las Torres Gemelas.
─¿Es un conflicto milenario?
─No lo es. Oficialmente tiene 75 años porque esta situación de invasión, colonización, y genocidio que sufre el pueblo de Palestina; comenzó el 29 de noviembre de 1947 con la partición de Palestina, la creación del Estado de Israel; y explotó en 1948 con el inicio de la ocupación que, en su primer año, desapareció más de 500 aldeas, con sus habitantes.
─Semánticamente, ¿cómo logra la maquinaria mediática presentar un genocidio como si fuera una acción justa?
─Por ejemplo, siempre se insiste en que Israel es una democracia ejemplar, por más desafueros que cometa no se le llama “régimen” ni “dictadura”, como sí se hace con Venezuela. Otra forma es diferenciando a los participantes del conflicto. A los muertos palestinos se les llama terroristas, a las bajas israelíes se les llama víctimas. Se habla de un territorio israelí que es, en realidad, Palestina ocupada. A los detenidos palestinos les dicen prisioneros; a los detenidos israelíes se les llama rehenes. Bombardean un hospital, masacran a más de 500 personas, incluyendo heridos y enfermos crónicos; pero los medios dicen que se realizó una operación militar para neutralizar terroristas escondidos. La masacre de 10 mil niños es invisibilizada, no se habla de eso. Se pretende hacer ver que es una guerra entre ejércitos, pero resulta que todo el pueblo palestino es civil, no hay militares, sino milicias, grupos armados de resistencia.
─En ese punto también hay grandes manipulaciones, ¿cierto?
─Absolutamente. A la resistencia palestina se le identifica con un solo nombre: Hamas; pero son muchos grupos. Hamas ni siquiera es el más poderoso, sólo es la cara visible porque ganó las elecciones en la Franja de Gaza. Pero hay una serie de grupos, incluyendo a Al Fatah, que tiene su brazo armado; están la Yihad Islámica, y otros grupos armados legítimamente; porque las propias Naciones Unidas dicen que todo pueblo ocupado tiene derecho a resistir con las armas. Lo central es que se habla de los palestinos como si fueran los invasores, cuando en realidad son el pueblo nativo, el originario, el que no se ha movido de ahí; tiene 11 mil años de historia, en ese mismo territorio.
─En la prensa global se afirma que el problema es con Hamas en Gaza; porque en la otra parte de Palestina, en Cisjordania, que gobierna Al Fatah, palestinos e israelíes conviven de una manera armoniosa. ¿Es así?
─En Cisjordania ha habido algunos paréntesis de tranquilidad por algún tipo de diálogo entre la Autoridad Palestina y el régimen sionista de Israel. Pero eso no garantiza que la población palestina que vive en estos territorios, también ocupados, tenga libertad. Todos los territorios palestinos son guetos separados por check points y muros. Los palestinos que viven en Cisjordania dependen de la discrecionalidad de los funcionarios sionistas para movilizarse. Hay una situación de represión y asesinato constante también en Cisjordania. Claro que el sionismo se ha enfocado más con Gaza, que tiene más de 17 años bloqueada y bajo asedio. Se han ensañado todo ese tiempo y ahora lo vemos mucho más claro con este genocidio, este holocausto que está viviendo el pueblo palestino en esa región.
─En estos días se ha dicho mucho que Hamas sería una creación del propio Israel o de la CIA; tal como Al Qaeda o el Estado Islámico. ¿Qué piensas de eso?
─Si lo fuera, ¿por qué acabar con 2 millones 300 mil personas en Gaza? ¿Qué necesidad habría de asesinar a 10 mil niños? Yo creo que es una excusa para cometer una limpieza étnica que comenzó hace 75 años, cuando Israel hizo algo muy parecido a lo que ocurrió ahora. En ese tiempo no había redes sociales, pero cometieron barbaridades muy parecidas. Colocaban a los bebés en el piso y para no gastar balas en ellos, los mataban a patadas y pisotones, les aplastaban las cabezas con sus botas. No me interesa si Hamas fue creado o no por el sionismo. No lo creo, me parece que, tal como ha ocurrido en Siria o Líbano, forma parte de los objetivos militares del régimen sionista. Hay quienes dicen que pudo haber sido un error de Hamas el ataque del 7 de octubre, pero yo creo que el error fue de las Naciones Unidas al partir el territorio palestino y generar ese conflicto en el Medio Oriente. Todos los muertos, tanto palestinos como israelíes (muchísimos menos, casi todos militares) son responsabilidad de esa decisión de la ONU. Yo no puedo juzgar ni censurar las acciones de un pueblo que tiene 75 años ocupado y masacrado, al que le han robado más de 90 % de su territorio original.
─En los primeros días de 2024 ha habido atentados contra Irán y Líbano. ¿Esto puede significar que el conflicto se va a generalizar en la zona?
─Es lo que pretenden los Estados Unidos y el sionismo. Para ellos es urgente que continúe la confrontación porque viven de la guerra. El principal proveedor de armas y municiones en el mundo es Israel.
─¿Cómo opera en Venezuela el lobby sionista para vender su narrativa del conflicto e impedir que se conozca la otra versión de los hechos?
─Lamentablemente opera a través de una influencia religiosa errada. Palestina es Jesucristo, quien era judío, pero palestino; pues nació en Belén, se crio en Nazaret y murió en Jerusalén. Hay confesiones religiosas en Venezuela, cristianas evangélicas, que respaldan las acciones del sionismo bajo la premisa de que la profecía tiene que cumplirse. Es absurdo, porque el pueblo escogido de dios es todo el pueblo del planeta. Ese es un asunto religioso, pero lamentablemente se ha permitido que traspase a los ámbitos políticos. En la Revolución Bolivariana no hemos podido hacer ni siquiera lo que hizo la revolución francesa; que fue una revolución burguesa: separar al Estado de la religión. Nosotros tenemos un mezclote, un arroz con mango.