La Universidad de La Habana celebra el vigésimo aniversario de Telesur, el canal de noticias multiestatal creado por Fidel Castro y Hugo Chávez en el marco de la ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), con el objetivo de contrarrestar el «latifundio mediático» en América Latina. El canal está representado por una amplia delegación de periodistas y operadores, encabezada por su directora, Patricia Villegas. Se instalaron stands dedicados a Palestina y una gran tarima para conciertos y espectáculos culturales, todo listo para albergar la noche de clausura del IV Coloquio Internacional Patria, bajo el lema “Somos pueblos tejiendo redes”.
Tres días de seminarios, encuentros, conferencias y debates animados por prestigiosos invitados nacionales e internacionales (más de 400, provenientes de 47 países): periodistas, intelectuales, editores y comunidades organizadas en el campo de la comunicación alternativa. Una ocasión para celebrar también el 133 aniversario de la creación de Patria, el periódico fundado el 14 de marzo de 1892 por José Martí, quien concibió la patria como “humanidad”. Un concepto aplicado en el presente contra las «pequeñas patrias» xenófobas, los cierres y las fronteras que impone el «tecnofeudalismo» de Donald Trump.
La Habana no parece haberse visto afectada por la enésima ronda de apagones que acaban de terminar, y que no han golpeado al buen humor de los cubanos: «Cuando hay sol aprovechamos la playa, cuando no lo hay aprovechamos para quedarnos en casa y hacer el amor», nos cuenta un trabajador que limpia el jardín. En medio de un pequeño grupo de jóvenes con piercings y trenzas, encontramos a Raúl Capote, periodista del diario Granma, analista político y exagente de la seguridad del Estado de Cuba.
Infiltrado en la CIA, y habiendo conocido desde dentro los planes de desestabilización contra Cuba, la suya es una perspectiva privilegiada para observar lo que está pasando hoy.
-¿Qué ha cambiado desde que dejaste de ser un agente operativo?¿Cómo ves la situación con la llegada de Trump?
-Estamos viviendo una situación muy compleja, realmente muy difícil, porque con el resurgimiento de los fascismos en todas sus variantes en el mundo, con un gobierno de ultraderecha en los Estados Unidos, con una visión, además, totalmente diferente a lo que estábamos habituados, incluso del mismo imperio estadounidense, pues eso agrava las cosas en muchos sentidos: porque estamos frente a una derecha organizada, articulada, con un propósito definido, y la respuesta que hemos dado desde la izquierda ha sido una respuesta, podríamos decir que desarticulada. A pesar de que nos hemos reunido muchas veces, que hemos hablado, que hemos tratado de organizar un programa antifascista a nivel internacional, no hemos tenido la posibilidad, quizás por razones que deberían llevar un análisis mucho más profundo, de crear realmente un frente antifascista con todo lo que llevaría a las circunstancias: porque estamos enfrentando un fascismo que, como su propia naturaleza siempre lo ha indicado, no tiene escrúpulos de ninguna clase. O sea, vivimos en un mundo donde se puede masacrar a un pueblo como el de Palestina, sin que pase absolutamente nada, donde pueden ocurrir fenómenos como los de Siria, y todo el mundo guarda silencio, sencillamente porque no está totalmente en línea con mi pensamiento o con mis creencias. Y entonces hay asesinatos buenos, asesinatos malos, criminales buenos, criminales malos. Claro, cualquier crimen tiene siempre un significado, pero “Israel” (la entidad sionista, para decirlo correctamente), asesina a miles de niños, mujeres, y el mundo se ha acostumbrado, vamos a decirlo con toda franqueza, a ver imágenes horripilantes, sin que eso despierte nada. Hoy en día tenemos un vecino de aquí de Cuba, al norte nuestro, que con una tranquilidad tremenda dice que se va a apoderar de Groenlandia, que supuestamente es un aliado, pues dicen. O dice: voy a apoderarme de Canadá, dice que se va a apoderar del canal de Panamá. Si van a hacer esto con aliados de Estados Unidos, que son hasta miembros de la OTAN, y no pasa absolutamente nada, no hay una respuesta, ¡imaginemos lo que puede pasar con nosotros!
-Y la respuesta de Europa, incluso de los partidos de «centroizquierda» que hablan de pacifismo, es seguir armando a Zelensky. ¿Qué opinas sobre esto?
-Pienso que hay una confusión tremenda, que además tiene que ver con la gran decadencia que hay en Europa, no solamente del pensamiento político, sino del liderazgo político de la izquierda, donde hay también falta de radicalidad. La ultraderecha europea, el fascismo europeo, se ha apropiado del discurso nuestro de la izquierda, entonces las derechas se han presentado ante las masas como los que van a solucionar los problemas que se han creado, amparándose en esa nueva izquierda que se construyó durante muchos años, que construyó el globalismo durante muchos años, que fue una izquierda hecha a la medida de los intereses de ese globalismo neoliberal, y que ostenta el poder en algunos países todavía de Europa, pero que responde a determinados intereses. Entonces, el monopolio de la defensa del nacionalismo, la defensa de los intereses nacionales, parece que los tiene la derecha. Así que la derecha aparece de buena manera hablando de que no quieren la guerra, hablando de paz, mientras entonces los gobiernos de centro y de izquierda están hablando de guerra, están hablando de una guerra que no se sabe las consecuencias que puede tener. No soy para nada simpatizante de Donald Trump, pero Trump le responde al ministro inglés, y con toda razón, le pregunta: ¿y tú puedes ganarle a Rusia? Tú estás hablando de la guerra con Rusia, ¿tú realmente tienes con qué ganarle a Rusia? No tienes con qué, o sea, están llevando a Europa a una guerra que no pueden ganar, que además que no puede ganar nadie, que es lo más triste de todo esto. Es una guerra que no conduce absolutamente a nada y que no va a ganar nadie. Entonces, están pasando un montón de cosas en este mundo, donde evidentemente hay un cambio, está ocurriendo un cambio profundo, sobre todo en las hegemonías, y ese aterrizaje tiene dos caminos: podría ser un aterrizaje suave, un aterrizaje consensuado, donde todo el mundo participara en esa nueva visión del mundo que mucha gente defiende, o un aterrizaje desde el fascismo, desde la ultraderecha, rigiendo los destinos del mundo y repartiéndose el mundo, dividiéndose las fuerzas de influencia, y decidiendo dónde mando yo, dónde mandas tú, dónde manda el otro, y subordinando al resto del mundo: porque necesitan ese cambio, por el mismo desarrollo tecnológico. Y ahí tendríamos que ir a Marx para entenderlo. Lo que pasa es que nos hemos olvidado de Marx, incluso los que hablamos de Marx, no utilizamos las herramientas que Marx nos legó para hacer los análisis de la historia y de los acontecimientos, que es lo más importante; o sea, la metodología que nos dio el marxismo para analizar la historia no la usamos. Entonces, ¿qué está pasando, a dónde vamos a ir a parar nosotros ahora? Si no tenemos una respuesta, si no tenemos un análisis correcto de lo que está sucediendo, ¿a dónde vamos a parar con un desarrollo tecnológico tan elevado, que tiene necesidad de repartirse el mundo y de obtener el poder, el verdadero poder real de este mundo capitalista? ¿Qué van a hacer mañana con las miles de gentes que se va a quedar sin trabajo, cuando los avances tecnológicos y la inteligencia artificial dejen sin empleo a millones de ciudadanos en este mundo?
-A propósito de Inteligencia Artificial, y el impacto que tiene en el sabotaje al sistema eléctrico y a los servicios públicos. Eso ha sido tema aquí en el Coloquio Patria. ¿Cómo has visto estos eventos en un momento donde Cuba se ha relanzado a pesar de apagones y todo? Las calles son tan vitales como si no hubiera pasado nada.
-Tú sabes que Cuba por suerte es un bastión. Patria es una brillante idea, desde que se creó, y ha ido creciendo, ha ido transformándose, yo creo que la idea incluso de hacerlo en la universidad es sumamente interesante, no solamente por los espacios, sino por lo que significa la Universidad de La Habana, y del mismo surgimiento, porque utilizar un periódico como Patria, tiene una actualidad tremenda, Patria es el periódico de Martí, creado no solamente como un órgano de un partido revolucionario para hacer una guerra, sino que es el órgano de un partido revolucionario para hacer una revolución, que es lo que Martí quería hacer en Cuba.
-Y con un sentido muy diferente del concepto de patria xenófoba que tienen los fascistas…
Exactamente, porque es el concepto de patria de Martí, que Martí lo define con claridad, que patria es humanidad, o sea, es el concepto de patria que Martí además defendió. Pero además es un periódico que Martí crea en un momento que está surgiendo el imperialismo estadounidense. Martí está librando una guerra contra el imperialismo naciente, no olvidemos nunca que el imperialismo estadounidense se convierte en lo que es hoy, a partir de la guerra hispano-cubano-estadounidense, de la guerra que se desata en Cuba, por la independencia, donde intervienen los Estados Unidos y se apropian de la victoria de las tropas insurgentes cubanas. Y Cuba está siendo víctima en este momento de una durísima guerra cultural, que es la primera en la historia moderna, que llevó a una campaña de descrédito estadounidense, donde se usó por primera vez la prensa, ya estaba Pulitzer, estaban los grandes medios de prensa estadounidenses colgados para influir solo en la manera de pensar de la gente y garantizar la negación de Cuba. Entonces, estamos hablando de un periódico que enfrentó por primera vez ese desafío. Que hoy estamos enfrentando un desafío diferente, es verdad, la época es distinta, pero estamos ante el mismo plan. Hoy estamos ante un imperio que está en su decadencia, Martí lo enfrentó en su nacimiento y ahora está en su decadencia, por eso es tan simbólico el hecho de que se cree un evento que lleve el nombre del periódico de Martí. Porque nos estamos enfrentando, además, a un mundo nuevo que está surgiendo, al imperialismo que está promoviendo el fascismo, el mundo que está promoviendo la ultraderecha a nivel internacional. No es el mundo que nosotros queremos, este es el mundo contra el que hemos luchado toda la vida, es el mundo de la exclusión, es el mundo del racismo, es el mundo donde se puede actuar con absoluta liberalidad, y al mismo tiempo asesinar, y matar, e invadir, sin que ocurra exactamente nada; con un sistema internacional creado después de la Segunda Guerra Mundial, que no existe prácticamente, porque ese poder nuevo que está surgiendo con tanta fuerza está destruyendo el sistema multilateral, está destruyendo el sistema que creó Naciones Unidas. Aunque nunca fueron perfectos, todos sabemos todo lo que eso significó, pero es el único sistema que se tenía, es el único lugar donde quizás la gente podía expresar determinadas cuestiones, donde se dio un debate muy interesante en algún lugar, y que servía, por lo menos para que la gente se desahogara, y que se discutieran temas. Hoy en día eso va camino a la destrucción, y no sabemos qué es lo que va a ocurrir.
-¿Cuba también ha sido laboratorio de los ataques mediante Inteligencia Artificial, para llegar al “cambio de régimen”. En 2010, la CIA creó Zunzuneo, una clase de Twitter que operaba de manera encubierta para recopilar información sobre los usuarios cubanos y luego utilizar esa información para difundir mensajes políticos destinados a generar desestabilización, y cuyo objetivo principal era confundir a los jóvenes. ¿Podemos considerarlo un precursor de la estrategia de guerra digital que vemos ahora con el uso de bots y trolls en las redes sociales para difundir propaganda y desinformación de forma anónima?
-Si, pero ahora estamos enfrentando otra cosa nueva. Mucha gente no entiende lo que está ocurriendo en el mundo hoy, hasta hay algunos que yo he oído, incluso de la izquierda, decir “la revolución Trump”. No, Trump no está haciendo una revolución, es una involución, y no podemos perder eso de vista, porque está cambiando las reglas del juego, porque es lo que está pasando ahora.
-¿La subversión de la clase dominante, como decía Gramsci?
-Si, y ahora el imperialismo no necesita organizaciones como la USAID, no le hace falta, ahí gastaron 68.000 millones de euros. ¿Para qué lo van a utilizar? Tienen una experiencia grandísima utilizando las empresas digitales. Un ejemplo es la industria del entretenimiento estadounidense, la mayor parte, la guerra cultural ellos la han impuesto en el mundo, ellos han ganado la guerra cultural en el mundo, y mantienen la hegemonía cultural en el mundo, usando su gran industria del entretenimiento, su gran industria cultural. Entonces, ¿para qué tú tienes ONG? ¿Para qué tú utilizas ese tipo de cosas? Si tú puedes contar además con una industria lo que significan hoy en día las grandes empresas tecnológicas. ¿Por qué Trump apareció rodeado de todos los grandes dueños de las plataformas digitales? Porque es que la guerra viene por ahí, no le hace falta ninguna de estas cosas de antes, eso es dinero gastado.
Hoy en día van a ser esas empresas las que van a dirigir, como lo hizo en su momento Hollywood, como lo hizo en su momento toda la industria del entretenimiento. Hoy en día tienes internet, tienes inteligencia artificial, hoy en día tú puedes promover a un determinado influencer en redes sociales mediante la digitalización de la empresa, conduciendo los contenidos, premiando los contenidos que tú quieres que se vean y condenando al olvido absoluto los contenidos que tú no quieres que se vean en redes sociales. Es la dictadura del algoritmo.
Ese es el enorme poder y ese enorme poder que tienen hoy en día esas grandes empresas no lo tuvo nunca el capitalismo. Tienen la posibilidad de hacer esa guerra ahorrándose millones de dólares. En todos los sentidos.