Entrevisa a Tania D’Amelio, rectora principal del CNE
Tania D’Amelio Cardiet, directora del Consejo Nacional Electoral (CNE), es de familia italiana. Nos recibe en su oficina de Caracas, en vísperas de las elecciones de concejales. El paquete de folletos que ofrece explica en detalle la articulación del poder electoral – uno de los cinco poderes de los que dispone la Constitución bolivariana -, con el poder popular. Ilustra el sistema de garantías en el procedimiento de votación, siempre certificado por las revisiones profundas y repetidas a las que asisten cientos de «acompañantes» internacionales.
Para D’Amelio, la venezolana es «una democracia de alto voltaje». Una «democracia participativa y protagónica» que comenzó en Venezuela con la victoria de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales del 6 de diciembre de 1998. Para la propaganda mediática en Europa, sin embargo, en Venezuela existe una dictadura a la cual el CNE está subordinado.
«Antes – explica la rectora -, el CNE se llamaba Consejo Supremo Electoral y dependía del estado. Desde 1999, después de la aprobación de nuestra Constitución, el poder electoral se conforma como un poder autónomo compuesto por cinco rectores con sus respectivos suplentes. Actualmente somos cuatro mujeres y un hombre. Tenemos la tarea de instruir a todos los procesos electorales, incluidos los de los gremios y sindicatos. Si se solicita, acompañamos las elecciones del poder popular, las de los concejos municipales y el registro civil (actos de nacimiento, matrimonios, defunciones …), es decir, todo lo relacionado con el tema de la ciudadanía.
– ¿Desde cuánto tiempo desempeña este papel y qué significa ser una mayoría de mujeres que dirige el CNE?
He estado haciendo este papel durante 9 años. Con la Constitución Bolivariana, las mujeres han llegado a ocupar la mayoría de los cargos gerenciales en el CNE. No sucedió antes. Esta Constitución ha reivindicado y valorado el papel de las mujeres, poniéndolas en el centro. Hemos demostrado que podemos gestionar. Hemos resistido con firmeza a muchos ataques durante los procesos electorales que tuvieron lugar especialmente desde 2013. Ataques personales con connotaciones de género por parte de miembros de la oposición como Henry Ramos Allup, que nos insultaron como mujeres y como institución, llamándonos «un burdel». Recuerdo que un grupo de mujeres de Acción Democrática, su partido, vino a solicitar una ley sobre igualdad de género en la política, que luego aprobamos. Solo que, más tarde, ninguna de ellas fue tomadas en consideración en la Asamblea Nacional … Con esa violencia, pensaron intimidarnos. En cambio, cuando marcharon hasta el CNE nos quedamos aquí para defender la institución. Nuestra tarea es garantizar la democracia y la paz con justicia social. Incluso las sanciones de los Estados Unidos han puesto de relieve una connotación de género: solo afectaron a cuatro mujeres, no al quinto rector, porque hemos acompañado el proceso constituyente. De esto, me siento muy orgullosa porque, junto con todas las trabajadoras y trabajadores del CNE, hemos contribuido a escribir una página de la historia. La ANC ha restablecido la paz desde el día siguiente a su establecimiento. Si no lo hubiera hecho, es probable que no estuviéramos aquí hablando con tranquilidad.
– ¿Cómo se destaca la presencia de mujeres en estas elecciones?
Se aprobó una ley de igualdad que exige que los partidos políticos y las organizaciones con fines políticos presenten al menos el 50% de mujeres y se adapten al criterio de alternabilidad. Hasta el momento, todos han cumplido con la ley, ni ha habido apelaciones, y en algunas listas del partido gobernante y sus aliados se ha superado el porcentaje de 50-50: se ha superado el 60% en favor de las mujeres. El resto, sin embargo, depende de los electores y de un cambio en la sociedad que se debe ir acompañando y en el que aún queda mucho trabajo por hacer. Por supuesto, las mujeres se encuentran mayoritariamente en los consejos comunales, en los CLAP, en los comités de tierras: las estructuras organizativas de las comunidades están compuestas por mujeres, pero luego debe haber un compromiso por parte de las organizaciones con fines políticos para llevar a cabo este cambio.
– Para los gobiernos capitalistas, estas elecciones no cuentan, el gobierno es ilegítimo y el segundo mandato del Presidente Maduro no es válido, por lo que se preparan para boicotear de cualquier manera su nombramiento en enero próximo. ¿Cuáles son los datos en su poder?
– En estas elecciones participan 21 organizaciones políticas, 11 de las cuales no pertenecen al partido gobernante ni a sus aliados. Son de oposición, aparecen nombres conocidos como Timoteo Zambrano o Claudio Fermín, el partido Copei, y también participa un grupo de Henrique Capriles. Las organizaciones políticas que eligen el camino de la votación se alejan de la violencia y de la estrategia del golpe de estado que exige una invasión militar a nuestro país. Por eso los grandes medios los invisibilizan. Existe la autonomía de los pueblos indígenas, que votan por sus representantes a cargo de 69 espacios. Quien diga que aquí no hay democracia, debe saber todo esto. El 9 de diciembre celebramos la elección número 25 y 26 si consideramos la victoria presidencial ganada por Chávez, antes de la aprobación de la ANC de 1999. Elecciones no formales, si agregamos a la frecuencia electoral la alta participación que a menudo superó el 70%. Un hecho significativo, considerando que nuestro voto es opcional, no se le recortará el 10% del salario si no va a votar. Nuestra democracia es de alto voltaje. Pequeños grupos violentos y circunscritos, empujados desde el exterior, la querían destruir sembrando odio y violencia. Quemaron personas, esparcieron el terror, asaltaron los centros de votación, secuestraron y mataron a nuestra compañera de un infarto. Han llegado al punto de publicar fotos de los hijos de chavistas para instigar la agresión: contra los niños, contra nuestros hijos. Nos preguntamos: ¿cómo podemos llegar a este en un lugar de personas buenas y pacíficas y solidarias? Y, de hecho, muchos de los opositores votaron por la ANC, los más de 8 millones de votos también fueron suyos, de los que habían tenido suficiente de ese clima de violencia. Quienes critiquen a la Asamblea Nacional Constituyente deben recordar que, en 1999, las personas aprobaron mediante un referéndum los mecanismos para convocar el poder originario, esa decisión no puede ser ignorada. Sobre esa base, se estableció la ANC, que armonizará algunas normas y las someterá a un referéndum, según lo previsto por la Constitución. Y el CNE estará allí para cumplir con su deber, como siempre.