Representada por una delegación de alto nivel, encabezada por el embajador ante la ONU, Samuel Moncada, el canciller, Yvan Gil, y por el viceministro para las políticas antibloqueo, William Castillo; la República Bolivariana de Venezuela ilustró ante la Asamblea General de la ONU el Mapa geopolítico de las “sanciones”. Un trabajo de investigación formalizado en el ámbito de la ley antibloqueo y que se encuentra en expansión. Ahora, Venezuela ha decidido poner la Plataforma a disposición de la ONU (que considera ilegales las medidas coercitivas unilaterales), para que cada organismo, cada país, cada periodista, pueda entender la naturaleza y alcance de este tipo de armas, utilizadas por el imperialismo para imponer su dominio sobre naciones consideradas más débiles, abusando del control que ejerce sobre el sistema económico-financiero mundial.
El debate se desarrolló como parte de la agenda de eventos paralelos de la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas, que concluyó en Nueva York el 26 de septiembre, y en la que se discutió el tema: “Reconstruir la confianza y reactivar la solidaridad mundial: Acelerar las acciones dentro de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia la consecución de la paz, la prosperidad, el progreso y la sostenibilidad para todos”.
En este escenario, el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU organizó el importante debate sobre las «sanciones». El Grupo se formó a partir de una iniciativa de Venezuela en la ONU, lanzada en 2020 junto a las delegaciones de Bolivia, China, Cuba, Irán, Siria y Rusia, a la que posteriormente se sumaron otros Estados de distintas regiones del mundo. En la primera reunión ministerial del Grupo, los 18 países miembros adoptaron una declaración conjunta para pedir respeto al instrumento fundacional de las Naciones Unidas, que se centra en el multilateralismo como eje fundamental para promover el desarrollo económico y el progreso social, los derechos humanos y un mundo más pacífico y más justo.
Principios universales que, según la declaración, se ven amenazados por la creciente tendencia a recurrir a decisiones unilaterales, en detrimento de la cooperación y la solidaridad internacionales, que en cambio «deben profundizarse más que nunca para llegar a soluciones colectivas, inclusivas y eficaces para afrontar los desafíos y las amenazas comunes del siglo XXI”. Contra estos principios, denunció Venezuela, existe un ataque insidioso de quienes se presentan como adalides del multilateralismo, pero en realidad practican el «multilateralismo de grupo», y trabajan para dividir o encasillar a los países en función de la proximidad política y de intereses de dominación neocoloniales y geoestratégicos.