El 21 de junio de 1966 Fabricio Ojeda fue hallado muerto por el guardia que le llevaba el desayuno. Fue un “suicidio” según la versión oficial. Fue asesinado por funcionarios del SIFA, denunciaron sus familiares y compañeros de lucha. José Luis Alcalá Ojeda, nieto de Fabricio Ojeda, en entrevista exclusiva para Cuatro F, nos relata este controversial suceso que indudablemente generó una herida profunda en las luchas emancipadoras de la Venezuela contemporánea.
- ¿Cómo fue la captura de Fabricio Ojeda?
- La captura de Fabricio Ojeda fue el 17 de junio de 1966. Fue realizada por una comisión del Servicio de Información de las Fuerzas Armadas (SIFA), comandada por Teniente Coronel Graterol, al mando de unos 25 funcionarios. El SIFA, era el organismo militar de inteligencia para aquella época y sus acciones eran realmente criminales. Estaba completamente penetrada por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, incluyendo la Agencia Central de Inteligencia (CIA). La operación se llevó a cabo en Tanaguarena, una urbanización de La Guaira en donde se encontraba Fabricio junto con Anayansi Jiménez -su compañera sentimental y de lucha revolucionaria. La casa en la que se resguardaban pertenecía a Mario Matute Bravo, un viejo compañero periodista de la época de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, cuando Fabricio trabajaba para el diario El Nacional. Por informaciones que recibimos 40 años después, Mario Matute Bravo y su primo Tulio Dugarte Bravo, cobraron una recompensa que se ofrecía en el SIFA por cualquier información suministrada que diera con el paradero de Fabricio Ojeda.
- Cuando la comisión del SIFA llegó al sitio, a Fabricio y a Anayansi solo les quedó la opción de entregarse pacíficamente, ya que era absurdo oponer resistencia. De allí los cuatro fueron esposados y trasladados en carros separados a la dependencia del SIFA, que quedaba en el edificio blanco diagonal al Palacio de Miraflores, donde se ubica actualmente la Brigada de la Guardia de Honor Presidencial. Al llegar a la sede del organismo de inteligencia, los aislaron unos de otros. A Fabricio fue al primero que se lo llevaron a su celda, luego a Mario Matute y a Tulio Dugarte y después a Anayansi. A Fabricio lo encerraron en una habitación hasta el día 21 de junio de 1966. Anayansi estuvo hasta el 20 de junio. Ese día pudo ver a Fabricio, que lo llevaban custodiado y esposado por uno de los pasillos. A las pocas horas fue trasladada bruscamente y sin ser interrogada al Cuartel San Carlos, desde ahí se enteró al día siguiente del asesinato del líder político.
- ¿Qué reseñó la prensa sobre lo sucedido?
- Los medios de comunicación, especialmente los periódicos, reseñaron abundantemente la detención de Fabricio Ojeda. Sin embargo, las informaciones que fueron publicadas no eran precisas y muchas veces eran contradictorias. En aquella época era más difícil conseguir los detalles fidedignos de ese tipo de sucesos. Existía desde el año 1961 un fuerte control institucional sobre la mediática de la insurrección armada en Venezuela. La censura era realmente descomunal y no se podía publicar nada referente a ese tema, que no fuese previamente revisado, controlado y autorizado por los organismos pertinentes, es decir, por el Ministerio de Relaciones Interiores. Muchos de los periódicos que estaban plegados a la línea derechista del gobierno, publicaron diversos artículos sobre la crisis ideológica que existía para ese momento en el seno de los partidos políticos de izquierda, especialmente en el Partido Comunista de Venezuela (PCV), en donde había un sector que proponía la pacificación -alegando falta de condiciones para la subversión armada-, y otro, que propugnaba el camino guerrillero como única vía para tomar el poder político y lograr la liberación nacional de Venezuela. Dentro de este último grupo se encontraban Fabricio Ojeda, Douglas Bravo, Luben Petkoff, Gregorio Lunar Márquez y Alfredo Maneiro, quienes en definitiva fueron expulsados de ese partido. Fabricio no pertenecía al PCV, pero su imagen y trayectoria -al igual que la de los otros líderes guerrilleros- fue intentada desprestigiar, insinuando que eran extremistas, divisionistas y traidores al proceso revolucionario que supuestamente conducía esa organización. De hecho, el día que Fabricio es capturado, es publicado en el periódico oficial del PCV, el semanario Que, una carta que le escribe Fabricio Ojeda, Douglas Bravo y Américo Martín al Primer Ministro cubano, Fidel Castro, denunciándola con el titular discriminatorio: una “maniobra divisionista contra el PCV y la unidad del movimiento liberador”. También se publicaron artículos en la prensa donde se denunciaba que la captura de Fabricio Ojeda había sido por una delación de dos militantes del PCV, ya que existía un gran conflicto en ese partido, entre quienes quería mantenerse dentro de la lucha armada y los que llamaban a claudicar con una supuesta paz democrática. En los periódicos de esos días, también se publicaron diversos artículos diciendo que Fabricio estaba enfermo, cansado, decepcionado o con intenciones de entregarse. Lo que era totalmente falso. Ya que Fabricio había expresado por varias vías sus motivos y su intención de realizar y llevar a cabo la guerra de todo el pueblo a través de la guerra de guerrillas y otros medios que favorecieran la toma del poder por parte de la revolución. Esas mentiras se caen por sí solas al leer lo que expresaba el comandante guerrillero en sus libros, ensayos, artículos de opinión y en su prolífica escritura epistolar.
- ¿Le dieron oportunidad de expresarse?
- En esa época, era normal y rutinario, que cuando capturaban vivo a un guerrillero insurrecto lo presentaban a la prensa como una evidencia de vida. En ese sentido, a Fabricio Ojeda no lo presentaron ni le permitieron dar ninguna declaración a los medios de comunicación. El Ministro de Relaciones Interiores encargado, Luis Vera Gómez, llegó a declarar públicamente la irracional excusa de que Fabricio Ojeda “no será presentado a la prensa porque ya dejó de ser noticia”. Estas palabras realmente burlescas y sin sentido, fueron ironizadas al día siguiente en una caricatura, donde dos periodistas redactando en sus máquinas de escribir le pregunta uno al otro: “Una gata dio a luz a un cochino ¿será eso noticia…?” y el otro contesta: “Yo no sé, ¡pregúntale al Ministro de Interior…!”. Esta situación hace suponer que ya existía un plan para atentar contra su vida, ya que era muy extraña esa actitud. Fabricio era una persona sumamente importante y toda su vida siempre fue muy noticioso, especialmente luego de la insurrección cívico militar que dio al dio al traste con la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, en la cual fue uno de los protagonistas principales al ser el Presidente de la Junta Patriótica. Luego había sido electo diputado y posteriormente renuncia a su curul de ese órgano legislativo por considerarlo parte de la traición de los partidos políticos que firmaron el Pacto de Punto Fijo el 31 de octubre de 1958. Todos estos acontecimientos fueron profusamente reseñados por la prensa, así que Fabricio Ojeda era un personaje político sumamente noticioso y era absurdo decir que no lo era. Por su parte, el Ministro de la Defensa, el General de Brigada, Ramón Florencio Gómez, fue entrevistado sobre el tema y dijo categóricamente que Ojeda no se había entregado y que su captura había sido realizada por una operación de inteligencia militar. Además aseveró que la detención del comandante Fabricio, no era el fin de las guerrillas, pero que ciertamente el movimiento subversivo se encontraba profundamente diezmado por dicho suceso. El Presidente de la República, Dr. Raúl Leoni, manifestó al respecto que la captura de Ojeda había sido “un rudo golpe para extremistas de izquierda”. Catalogando al Comandante Fabricio de “connotado guerrillero”. Todas estas declaraciones, sin dar mayores detalles de lo sucedido y de las condiciones en que se encontraba el detenido, da a suponer el disimulo que querían perpetrar en el caso, para al final darle el golpe de gracia y acabar con la vida de la máxima referencia revolucionaria de ese momento.
- ¿Bajo qué argumentos fue detenido?
- Después que Fabricio Ojeda renuncia el 30 de junio de 1962 a su curul de diputado al Congreso Nacional, funda junto con otros compañeros un frente guerrillero llamado Alberto Rudas Mezones, en honor a un joven de 16 años que había sido asesinado en una manifestación contra Rómulo Betancourt y secuestrado su féretro durante su velatorio por funcionarios de la Dirección General de Policía (DIGEPOL). En su carta de renuncia al órgano legislativo fechada el 30 de junio de 1962, Fabricio relata que junto a otros camaradas de lucha, juró en la tumba de este muchacho, tomar las armas para liberar a la patria de la ignominia en la que había caído por culpa de la política represiva y entreguista de Betancourt al imperialismo norteamericano. La pobreza y la corrupción dominaban al país por culpa de la traición de los partidos firmantes del Pacto de Punto Fijo que gobernaban al país; por tal motivo los revolucionarios de vanguardia se comprometieron a hacer la guerra de guerrillas para enfrentarse a tan oprobiosa situación. Sin embargo, a pocos meses, en octubre, Fabricio es detenido en compañía de Clodosbaldo Russián, Edgar Mirabal y Rufo Meneses en las montañas de Portuguesa. Al ser trasladado a Caracas, lo recluyen en la presión del Cuartel San Carlos. Y en noviembre es sometido a un juicio sumarial junto a más de ciento veinte guerrilleros. Dicho juicio es realizado en el gimnasio de la Academia del Ejército, en lo que se llamaba Conejo Blanco (hoy Fuerte Tiuna). Allí Fabricio es uno de los que realiza la defensa de todos los alzados en armas. El tribunal del Consejo de Guerra lo sentencia a 18 años de cárcel por ser uno de los máximos comandantes guerrilleros. Los cargos imputados fueron rebelión militar. Es condenado a cumplir la pena en la Cárcel Nacional de Trujillo. Allí se encuentra con los militares alzados en la rebelión de Carúpano del 4 de mayo de 1962 y a otros distinguidos guerrilleros. El 15 de septiembre de 1963 se fugan todos del penitenciario; eran un total de nueve procesados. Los fugitivos fueron el Capitán de Corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, el Mayor Pedro Vegas Castejón, el Capitán Omar Echeverría Sierra, el Teniente Octavio Acosta Bello, el Teniente Héctor Fleming Mendoza, el Maestre Técnico Uzcátegui, el Doctor Gregorio Lunar Márquez, Luben Petkoff y Fabricio Ojeda. A partir de este momento, comienza la etapa más importante de la vida de Fabricio Ojeda. Ingresa junto a Gregorio Lunar Márquez y Luben Petkoff, al frente guerrillero José Antonio Páez, que operaba en las zonas montañosas entre Trujillo y Portuguesa, comandado por Juan Vicente Cabeza. Allí viven varias experiencias de combate y logran realizar la toma de algunos poblados y caseríos, donde son bien acogidos por sus pobladores, ya que el Ejército reprimía a los campesinos para que dieran información de las guerrillas o por acusarlos de que colaboraban con ellas. Para mediados de 1964, comienzan a surgir algunas tesis por parte de altos dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y del Partido Comunista de Venezuela (PCV), que exponían la supuesta falta de condiciones para seguir llevando adelante la lucha armada, ya que la consideraban un retroceso para el movimiento revolucionario. Algunos de los exponentes de estos argumentos eran Domingo Alberto Rangel del MIR y Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff del PCV. Por su parte, a pesar de numerosas bajas por muertes, detenciones o deserciones, las guerrillas estaba más vivas que nunca y sus comandantes en las montañas estaban dispuestos a continuar con la guerra. Hay que recordar que la lucha guerrillera se había congregado en una organización denominada Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), pero muchos de sus primeros comandantes eran militares que se habían alzado en Carúpano y Puerto Cabello. Al morir en prisión su Comandante Supremo, el Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, las FALN quedan acéfalas, a lo que se le suma la situación de encarcelamiento y de permanencia en el exterior de otros de sus líderes. Las FALN en su conjunto comienzan a decidir que hay que darle un reimpulso al movimiento y nombrar a nuevos comandantes. Además un sector de la alta dirigencia del PCV y del MIR, estaban comenzando a claudicar en su intención de continuar la lucha armada, por lo que los comandantes que estaban en las montañas, deciden reestructurar toda la organización y prescindir de quienes se habían cansado de mantener la actitud insurrecta. De allí que Fabricio Ojeda comienza a reunirse con otros jefes guerrilleros de la talla de Argimiro Gabaldón, Douglas Bravo, Juan Vicente Cabeza, Luben Petkoff, Gregorio Lunar Márquez y Alfredo Maneiro -entre otros- y deciden crear una nueva comandancia de las FALN.
- ¿Cómo fueron los días de su cautiverio?
- No existe mucha información en cuanto a los detalles durante el tiempo que estuvo en cautiverio. A Fabricio lo mantuvieron detenido en una habitación del Servicio de Información de las Fuerzas Armadas (SIFA) durante cuatro días -desde el 17 de junio cuando fue capturado, hasta el 21 de ese mes cuando su cuerpo amaneció sin vida-.
Al principio estaba junto con Mario Matute y Tulio Dugarte en una misma habitación hasta el día 20 de junio, cuando los separan y dejaron sólo a Fabricio. Ojeda gozaba de buena salud y le preocupaba su falta de apetito, por lo que solicitó fuese llevado a ver a un médico, que le recetó unas pastillas para reanimarle sus ganas de comer.
- ¿Por qué se dijo que fue un suicidio?
- El día que lo mataron es muy probable que lo hayan llevado a interrogar a los sótanos del SIFA. Su actitud siempre fue desafiante ante sus captores. Él sabía muy bien la importancia política que tenía y que su historia había sido reseñada durante años por los medios de comunicación y el pueblo en general estaba muy pendiente de él. Al parecer durante el interrogatorio lo estuvieron torturando. Y uno de los golpes fue en el plexo solar, causándole un paro cardíaco que fue tratado de revertir, reanimándolo con barbitúricos. Al no poder evitarle la muerte, idearon el plan malévolo de simular un suicidio. Testigos afirman haber visto a sus torturadores entrar en la celda y luego escuchar profundos quejidos. Su cuerpo fue colgado con la cuerda que cortaron de una persiana de la habitación y pusieron una hojilla en la ventana para recrear el supuesto hecho acecido. Sin embargo, el cuerpo de Fabricio no se encontraba suspendido en el aire, por el contrario, casi todas sus piernas reposaban en el piso, lo cual hace imposible que se haya quitado la vida él mismo usando el método del ahorcamiento. Además, su cadáver no presentaba las características de una persona que muere por asfixia mecánica, es decir, abotagamiento de la piel, coloración azulada del rostro, brotes de los ojos, etc. Y está comprobado científicamente que un fallecido no puede cambiar las evidencias de la causa de su muerte. Por el contrario, su cara se encontraba normalmente relajada y fueron halladas equimosis en varias partes del cuerpo. Lo que reafirmaría la tesis de que fue salvajemente torturado.