La fidelidad es un valor que faculta al ser humano para cumplir con los pactos y compromisos adquiridos. La fidelidad. Implica una conexión verdadera con una fuente, con una raíz. Su significado original está vinculado a la lealtad, y a la atención al deber.
El 25 de noviembre de 2016 partió desde La Habana hacia la inmortalidad uno de los grandes libertadores de América, el que comprendió en su vasta dimensión que una revolución para que sea irreversible debe ser cultural. El político que dedicó su vida a los condenados de la tierra, a los jacobinos negros. El hombre que transformó el burdel yanqui del Caribe en un bastión de la dignidad. Sin embargo, el día de su partida desató entre quienes lo odiaban una vomitiva sarta de descalificativos.
El 11 de marzo de 1949 el marine yanqui Richard Choinsgy, con la anuencia de otros congéneres que paseaban etílica y procazmente por La Habana, trepó a la estatua de José Martí en Parque Central hasta sentarse sobre la cabeza del Apóstol cubano y desde allí orinarla. Una multitud de pueblo y estudiantes, entre estos Fidel Castro, se concentró en la Plaza de Armas frente a la embajada norteamericana para protestar por la afrenta y exigir que los culpables fueran juzgados por los tribunales cubanos. Los policías del presidente Prío Socarrás arremetieron contra los manifestantes y protegieron a los marines. Al final un consejo de guerra condenó a Choinsgy apenas a 15 días de prisión en las celdas de un barco estadounidense y las penas de los otros fueron condonadas.
El 26 de julio de 1953, un grupo de guerrilleras y guerrilleros comandados por Fidel Castro tomaron por asalto los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Céspedes en Bayamo con el fin de derrocar al dictador Fulgencio Batista, títere del presidente gringo Dwight D. Eisenhower. El objetivo no se logró. Fidel en su defensa legó para la humanidad: ¡la historia me absolverá!
El 3 de febrero de 1999, Fidel Castro dio un discurso en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, acto en el cual el Orfeón Universitario cantó los himnos nacional de Cuba y Venezuela. Allí nos dijo: “Los teóricos del neoliberalismo no han podido resolver, por ejemplo, el grave problema del desempleo en la inmensa mayoría de los países ricos, menos aún en los que están por desarrollar, y no le encontrarán jamás solución bajo tan absurda concepción. Es una inmensa contradicción del sistema que mientras más invierten y más se tecnifican, más gente lanzan a la calle sin empleo. La productividad del trabajo; los equipos más sofisticados, nacidos del talento humano, que multiplican las riquezas materiales y a la vez la miseria y los despidos, ¿de qué le sirven a la humanidad? ¿Acaso para reducir las horas de trabajo, disponer de más tiempo para el descanso, la recreación, el deporte, la superación cultural y científica? Imposible, las sacrosantas leyes del mercado y los principios cada vez más imaginarios que reales de la competencia en un mundo transnacionalizado y megafusionado cada día más no lo admiten bajo ningún concepto. En todo caso, ¿quiénes compiten y entre quiénes compiten? Gigantes contra gigantes que tienden a la fusión y al monopolio. No existe sitio alguno ni rincón del mundo para los demás supuestos actores de la competencia”. Estas palabras de Fidel están en consonancia con las pronunciadas por Simón Bolívar ante Simón Rodríguez en Roma el 15 de febrero de 1805: “La civilización que ha soplado del Oriente, ha mostrado en Europa todas sus faces, ha hecho ver todos sus elementos; mas en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad, parece que el asunto ha sido desconocido y que el despejo de esa misteriosa incógnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo”.
Bajo las nubes de Calder, Fidel continúa: «Hablaba de la necesidad de unidad no sólo de Suramérica sino de Centroamérica y del Caribe, y es un momento especial para afirmarlo, a la luz de lo que está ocurriendo en Venezuela. Han querido dividirnos. La gran potencia del Norte lo que quiere es ALCA y nada más; Acuerdo de Libre Comercio y fast-track; fast-track quiere decir rápido, tengo entendido, ¿no? Paso rápido. Sí, también estoy recomendando un fast-track para nosotros, paso rápido para unirnos. La respuesta latinoamericana al fast-track del Norte debe ser el fast-track del Centro y del Sur».
Gracias, Fidel, por sembrar conciencia en cada mujer y cada hombre de pueblo. Por enseñarle a la humanidad que “una revolución para que sea irreversible debe ser cultural”. Por hacer zarpar el Granma. Por plantar el deporte en la juventud. Por desarrollar ciencia con conciencia porque vinimos al mundo a entreayudarnos, no a entredestruirnos. Por los médicos y la medicina gratuita. Por sembrar libertad en África y Asia. Por hacernos entender que nuestro verdadero gentilicio es el latinoamericano. Por consagrar la primavera. Por pintar sonrisas en las caras de la infancia. Por forjar patrias. Por la unidad latinoamericana concretada en ALBA y CELAC. Gracias por aquellos días en que el pueblo indio, zambo, negro y comunero aprendió a agarrar un lápiz y gritar al ombligo de los tiempos ¡Yo sí puedo!
Gracias por luchar para que “ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo y de movilización». Gracias por leer la realidad de tu tiempo. Gracias por transformar cárceles en escuelas. Por creer en “los poderes creadores del pueblo”. Por demostrarnos que el mundo es ancho, mas no ajeno. Gracias por poner “La edad de oro” en vez de Mickey Mouse en las manos de los niños cubanos.
Gracias por burlar todos los intentos de magnicidio orquestados por la CIA y los gusanos (explosivos colocados en tus zapatos, francotiradores, veneno inyectado en un tabaco, una carga explosiva dentro de una pelota de béisbol, moluscos explosivos, traje de buzo infectado con hongos, bolígrafo-jeringuilla, amantes a sueldo, veneno de bacterias y explosivos bajo el podio). Gracias por decirles hoy a tus enemigos ¡No pudieron conmigo!
Gracias por el amor infinito a Chávez que es el mismo de Bolívar y Martí, de Carlos Aponte Hernández y Antonio Guiteras, de Marcos Maceo y Mariana Grajales. Gracias por leer y aprobar cada libro de Gabriel García Márquez. Gracias por dibujar “las caras lindas de mi gente negra”. Gracias por demostrar que las ideas no se matan, porque con ellas se planifican las batallas y se gana la guerra. Gracias por combatir la “sed insaciable de riqueza”. Gracias por acercarnos al reino de este mundo. Gracias por abolir la esclavitud ya que, como decía Róbinson, “la suerte de un jornalero difiere muy poco de la de un esclavo”. Gracias por honrar y defender a Martí, en particular cuando aquellos marines estadounidenses orinaron su estatua. En fin, gracias a la Historia porque te absolvió desde el mismo momento en que demostraste que las independencias tienen que ser definitivas.
Gracias, Fidel por ser fiel a la doctrina bolivariana que siguió al pie de la letra Martí. Gracias por combatir la doctrina Monroe.