La Revolución Bolivariana ha sufrido una nueva y dura pérdida con la partida física del General en Jefe, Jorge Luis García Carneiro. Su funeral, en La Guaira, se convirtió en un río humano de hombres y mujeres que le rendían los últimos honores a su amado gobernador.
García Carneiro fue un entrañable compañero y amigo de nuestro comandante Chávez. En uno de los momentos estelares de su vida, lo recordamos con admiración al frente de la contraofensiva cívico-militar en Caracas para rescatar al comandante Chávez de las garras del fascismo. No dudó ni un segundo en su actuación valiente y decidida al enfrentar el golpe de Estado del 2002. Siempre exhibió lealtad absoluta al comandante Chávez y a la Revolución Bolivariana.
Fue un oficial con sólidas convicciones y accionar bolivariano. Desde la Comandancia General del Ejército y al frente del Ministerio de la Defensa contribuyó de manera determinante al establecimiento del profundo espíritu chavista, que nutre incesantemente a nuestra FANB, garante fundamental de la soberanía y la revolución.
Por su nobleza, amor al ser humano y gran arraigo popular, Chávez le encomendó la creación del Ministerio de Desarrollo Social y Participación Popular. Ahí llevó a cabo una extraordinaria labor en la reorganización de las comunidades y en la atención a los excluidos, a los más necesitados.
Desde el año 2008 se desempeño como gobernador del Estado La Guaira. En su querido estado desplegó todo su talento y ejecutó una gigantesca obra de reconstrucción material y social. Ha sido una trasformación histórica con la organización social alcanzada, con su renovada identidad cultural, con el orden y la seguridad, con sus impresionantes obras de infraestructura, con la eficiencia de su gestión, con la amorosa atención al ser humano, con la tremenda fortaleza política de la revolución…; todo ello pese a las terribles dificultades que hemos atravesado en la última década.
Sin lugar a dudas, García Carneiro ha sido uno de los mejores gobernadores que hemos tenido en toda nuestra historia.
En el último Congreso de nuestro partido fue electo al Consejo Consultivo de la Dirección Nacional del PSUV. Aunque no venía de una militancia política activa antes de entrar a la Academia Militar, su actuación fue siempre muy disciplinada, muy firme en los principios de nuestra organización. Por su humildad, su atención a los militantes, su claridad política, su trabajo incansable por el desarrollo de nuestra organización, fue un líder muy querido no solo por la militancia psuvista de La Guaira, sino de todo el país.
Con un fraterno ¡hasta siempre!, despedimos a un extraordinario camarada, a gran ser humano, a un revolucionario ejemplar.