Por: Victor Reyes.-
La Articulación institucional como base para el fortalecimiento de la opción comunal y el desarrollo endógeno.
El planteamiento de las y los bolivarianos que asumimos acompañar al comandante Chávez, desde su aparición pública aquel 4 de febrero de 1992 (y algunos desde antes de esa fecha), fue y sigue siendo la construcción de una patria soberana en la que impere la honestidad en lo ético, la democracia en lo político y la suprema felicidad en lo social.
Este planteamiento tiene como vía el desarrollo endógeno (en todos los ámbitos y especialmente en el de la producción tanto física como intelectual) que se articula con el desarrollo del autogobierno concebido como la participación democrática y voluntaria del pueblo, cuya expresión fundamental es la Comuna, con todas sus instancias tanto en lo micro (consejo comunal y mesas técnicas) como en lo macro (sistema de agregación, ciudad y parlamento comunal).
El desarrollo de ambas estrategias está íntimamente articulado, pues la opción de poder requiere del acceso a los medios de construcción de ese poder. Supone entonces esto, una sucesión experiencias de ensayo y error permanentes, mediadas por procesos de formación, soportados en la necesidad de dotarse de herramientas útiles para la construcción de ese poder, pero sobre todo, afianzada en la experiencia socialmente adquirida y reflexionada por la comunidad en ese proceso de construcción del poder.
Las desviaciones (por ego, por ambición, corrupción o simplemente por incomprensión del proyecto) de algunas personas o de instituciones que en el afán de cumplir metas han atropellado los procesos de conformación y agrupamiento natural o han impuesto actividades productivas no vinculadas con las potencialidades de la zona y el interés de los habitantes de la misma, no pueden ser la excusa para liquidar el esfuerzo por lograr que “Para la Patria” como decía Alí Primera; no pueden nuestros errores en la implementación (errores que forman parte de la curva de aprendizaje del pueblo en su nuevo rol, de autogestión y autogobierno… …de dirección del Estado) ser la excusa para retrogradar a los tiempos superados de los privilegios groseros de una minoría aburguesada sobre la explotación de una inmensa mayoría empobrecida.
Por ello, no debemos olvidar que el sistema capitalista en el que nos desenvolvemos aún, genera contradicciones que debemos tener presente, para constatar permanentemente si nuestro accionar contribuye a su superación o si por el contrario, las apuntala.
Al respecto señala Lanz (2004):
La producción que sigue las metas de la extorsión del trabajo, la ganancia y el lucro, conduce a la anarquía, a la sobreproducción de capitales y mercancías, a la desproporción o deformación sectorial (ruina de la agricultura, estancamiento en importantes ramas industriales, servicios y comercio que no guardan proporción con la base productiva).
Al no tomar en cuenta el fin esencial de la producción capitalista (la producción de plusvalía y su conversión en ganancia) las propuestas de desarrollo, chocan con las anteriores insuficiencias estructurales y coyunturales que están moduladas por los intereses de las diferentes fracciones del capital. (p.15)
Levantar las banderas del Modelo Bolivariano para la satisfacción de las necesidades humanas debe ser nuestra consigna. Hacer sinergia intra e inter institucional para apalancar la conformación de espacios territoriales en los que pueda progresar la red de nuevas relaciones sociales de producción e intercambio debe ser la divisa de nuestro esfuerzo.
En estos momentos, en que las condiciones generadas por la imposición de medidas coercitivas unilaterales, han forzado el surgimiento de todo tipo de actividades productivas en el seno del pueblo, se han evidenciado los aprendizajes adquiridos por un inmenso contingente de compatriotas mediante su participación en misiones sociales como Vuelvan Caras y Che Guevara, en las versiones productivas de Robinson y Ribas o en el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES), amén de los esfuerzos realizados desde otras tantas instituciones del Estado encargadas de labores de capacitación como la Fundación CIARA o las diversas entidades de formación con las que FONDEMI ha impulsado acuerdos y procesos, entre muchas otras.
Esto sin dejar de reconocer los esfuerzos realizados desde el subsistema de educación básica tanto en Escuelas Técnicas como en los Centros de Educación de Jóvenes y Adultos y mas allá con todo lo aportado por el maravilloso Plan Todas las Manos a la Siembra, legado del camarada Carlos Lanz Rodríguez.
Sin embargo, se puede observar que se trata de esfuerzos casi siempre individuales y en la mayoría de los casos, desvinculados de cualquier instancia comunitaria de dirección colectiva.
Este impulso al emprendimiento, generado por las inclementes condiciones en que se encuentra la masa laboral venezolana, debe ser aprovechado para impulsar las soluciones colectivas, superando el individualismo y la mentalidad del ¡sálvese quien pueda! Y sustituyéndola por la razón del “sólo el pueblo, salva al pueblo” pero “organizado y acomunado”.
El esfuerzo debe comenzar por ordenar nuestra intervención como Estado en los procesos comunales, forzándonos al respeto de los procesos y ritmos de cada comunidad pero también aprovechando las oportunidades que nos ofrecen los propios procesos naturales que desarrolla el Estado en apoyo a la sociedad, con normalidad.
El ejemplo mas sencillo de la política propuesta sería el siguiente:
El Estado venezolano, por intermedio del Ministerio del Poder Popular para la Educación, viene desarrollando un proceso de generación de semillas en las instalaciones de sus Escuelas Técnicas Agropecuarias en todo el país. Este proceso cuenta con recursos otorgados por la UNESCO, lo que le da autonomía y le ha permitido superar el recurrente problema de la falta de recursos para su ejecución.
Este proceso implica la formación en técnicas agrícolas o agronómicas de niñas, niños y adolescentes que asisten regularmente a estas Escuelas Técnicas, ninguna novedad en ello.
Son niñas, niños y adolescentes que habitan en el entorno de esos planteles, en espacios rurales, que son los asesores naturales de sus familias en el tema productivo.
Lo natural sería ofrecer a esas familias el acompañamiento para el desarrollo de Unidades de Producción Familiar, que luego con la madurez de sus procesos puedan hacer sinergia para acomunarse para la compra de insumos y la comercialización de sus productos e incluso para la satisfacción de necesidades que sus procesos productivos no puedan satisfacer.
Aquí es donde entra el acompasamiento institucional:
Desde el Ministerio para las Comunas se pueden impulsar en el punto y circulo de estas escuelas, procesos organizativos para acomunar a los productores, también complementar la formación de las escuelas técnicas con contenidos para el fomento de las soluciones colectivas (como principios del cooperativismo, marcas colectivas, propiedad social, entre otras). Para ello se pueden emplear sus entes adscritos SUNACOOP, FONDEMI, FUNDACOMUNAL, entre otros.
Desde el Ministerio para la Juventud, estimular el emprendimiento colectivo de las y los estudiantes y ofrecer, desde la banca pública, los créditos necesarios, con las condiciones adecuadas para garantizar el retorno de la inversión y la sostenibilidad de la iniciativa económica.
Desde el Ministerio de Agricultura Urbana acompañar a estos emprendedores después de su egreso del subsistema de educación básica, facilitando su arraigo a la actividad productiva con acompañamiento oportuno y eficiente. Aquí la figura del extensionista del CIARA viene a complementar y fortalecer lo impartido en la escuela, ahora ya en el plano de los egresados o también apoyando a sus familiares productores.
Vemos aquí, un ejemplo claro, sencillo, de articulación, donde cada ente atiende, desde sus competencias e intereses, al colectivo y su radio de influencia. Esto garantiza un impacto mayor de la política pública y evidenciaría resultados contundentes en lapsos menores.
Esto no requiere de planes especiales ni de nuevas asignaciones presupuestarias ni financieras, sólo requiere de una mirada conjunta, una planificación desde las unidades territoriales y entes ejecutores de la política que decidan ubicar su acción en torno a un espacio territorial convergente y concurrente a la acción de diversas instituciones. De esa experiencia puede depender el desarrollo de posteriores decisiones en la valoración de la política pública.
A estos espacios es a los que Carlos Lanz (2004), en su libro sobre la Misión Vuelvan Caras, designa como núcleos de desarrollo endógeno y de los cuales señala deben cumplir con las siguientes características, entre otras:
- Se trata de una delimitación geo-histórica, donde existen colectivos sociales que poseen una tradición de lucha, acervos culturales y vocación productiva comprobada. En este caso, esta primera condición es clave en el desencadenamiento de acciones que parten de las fuerzas propias…
- Existe al mismo tiempo, una base organizativa de carácter asociativa, aún en su forma embrionaria, como pueden ser las cooperativas, los comités de tierra, los sindicatos agrícolas.
- Desde el punto de vista del potencial técnico-productivo existen en el lugar activos o capacidad productiva ociosa, subutilizada o no utilizada.
- La presencia de escuelas, tecnológicos y universidades en el contexto local hacen posible el acompañamiento pedagógico, la asistencia técnica y el asesoramiento en diversas áreas de interés. (p.27-28)
Del mismo modo, señala el profesor Lanz (2004)
…se hace indispensable evaluar los diversos componentes de lo que puede ser un Núcleo Endógeno de Desarrollo, dejando claro que no existe ninguna comunidad, espacio productivo como el campo industrial o silo, hacienda, cooperativa o institución educativa que tenga todas las características que reseñamos anteriormente o que las pueda desencadenar todas al mismo tiempo. El diagnóstico participativo y la elaboración de planes de trabajo colectivos, permitirán ubicar los nudos que son detonantes de este desarrollo endógeno, que multiplican su impacto y son derivaciones exponenciales que contagian al vecino, partiendo de las fuerzas propias, debilitando las “externalidades”. En cada caso y en cada contexto, la conjugación de este conjunto de presupuestos modulará los tiempos y ritmos de cada Núcleo…(p.29)
La búsqueda de esos elementos detonantes o desencadenantes que nos permitan auspiciar la generación de soluciones colectivas a los problemas, que nos facilite la superación de esa visión de sálvese quién pueda y su sustitución por la visión bolivariana del acomunarse, del vincularse para protegerse juntos ante cualquier amenaza externa.
La propuesta entonces, en resumidas cuentas, es ganar la voluntad de los actores del territorio en torno a los centros educativos, con el acompañamiento institucional, en el que cada organismo continua actuando de acuerdo a su plan y prioridad pero en convergencia sobre el territorio (y tal vez en los actores).
Papel del Partido en la Viabilización de la construcción del modelo socialista
Este proceso de acompasamiento institucional debe ser mediado por un elemento no institucional, ganado al desarrollo del proyecto bolivariano, consustanciado con las luchas y anhelos del pueblo y ese elemento no puede ser otro que el PARTIDO. El instrumento de organización del pueblo, aglutinador de los intereses de los diversos actores, con capacidad para ganar con argumentos la intensión de técnicos y dirigentes institucionales, que sin desobedecer sus directrices o directivas, puedan gestionar su participación en el territorio priorizado, con la finalidad de obtener victorias tempranas tanto para la organización política y su militancia como para la rendición de cuentas institucionales de cara a sus planes operativos anuales.
La construcción de organización partidista a partir de los intereses colectivos de la población es la garantía de triunfo en el plano político, la construcción de organización productiva colectiva es la garantía de triunfo en el plano económico y ambas son la garantía del triunfo en el plano ideológico que sustente la construcción de la moral republicana bolivariana, basada en el trabajo colectivo para la satisfacción de las necesidades de nuestra población.