El pueblo venezolano es víctima de una fuerte arremetida en contra de la paz y la estabilidad económica, mediante la utilización nuevamente de la tasa de cambio guarimbera, que bien podemos denominarla como dólar de guerra, tal como lo ha calificado el presidente Nicolás Maduro.
Continuamente hemos indicado que esta tasa es irreal, se construye mediáticamente sin considerar movimientos de oferta ni de demanda, y mucho menos resultante de algún cálculo con sustento estadístico; pero sí producto del libre albedrío y manipulación de sicarios político-económicos que utilizan los medios digitales para posicionar un valor ficticio.
En este punto, recordemos que en los años de hiperinflación el dólar de guerra utilizado era el Dólar Today, Dólar Monitor y Bolívar Cúcuta, entre otros. Hoy día, este papel lo cumple principalmente Enparalelovzla, quien presenta un resumen de ocho marcadores: @CambiodRya, @Yadio_io, @AirtmInc, @4BilleteraP2P, @ElDoradoio, @UsdtBnbVzla, @Mkfrontera y @Syklo_App. De por sí, esta proliferación, de entrada, coloca en duda la información que publican.
En ninguno de los casos expuestos conocemos las variables consideradas para determinar las proporciones de cambio, puesto que las mismas no son consecuencia de un método técnico, sino de una intencionalidad política para generar malestar en la población, con la finalidad de propiciar el caos e incrementar de manera especulativa el nivel general de precios, con el objetivo de crear graves deformaciones e imprecisiones para la toma de decisiones por parte de los agentes económicos que apuestan al fortalecimiento del aparato productivo.
Este ataque en contra del Bolívar mediante el dólar de guerra se retomó con fuerza a partir de octubre de 2024, intensificándose durante el año en curso, donde el diferencial de estos marcadores terroristas supera en más del 40 % a la tasa de cambio que publica el BCV. Es importante indicar que el sistema cambiario funciona como un mecanismo de oferta y demanda que se desarrolla en las mesas de cambio de las instituciones bancarias, las cuales diariamente remiten al BCV las tasas de cambio promedio y esta institución pondera todo el sistema, arrojando una relación de cambio de la moneda nacional con relación a monedas extranjeras, especialmente el dólar americano, euro, rublo o yuan, entre otras.
Reiteramos, somos víctimas de una guerra no convencional con una dimensión económica que hemos venido superando. Concretado un 2024 con expansión productiva superior al 9 % y una tasa de inflación anual del 48 %, así como con perspectivas de un escenario positivo con tendencia a mejorar sustancialmente en 2025, las fuerzas retrógradas pretenden coartar el avance por medio de la modalidad denunciada.
A partir de lo expuesto, es fundamental entender que dicho ataque debe ser combatido de manera conjunta con el gobierno nacional. Para lograrlo, debemos evitar dejarnos arrastrar por el desasosiego e incertidumbre que buscan generar con tal proceder. De igual manera, resulta necesario fortalecer la presencia de las instancias públicas competentes, trabajando en unión con el poder popular. Esto permitirá garantizar la fijación de precios y tarifas considerando la tasa oficial. Por último, es primordial e indispensable no difundir el dólar de guerra y boicotear su utilización de manera unificada. Al mismo tiempo, se debe exigir la consideración obligatoria de la tasa de cambio que publica el BCV en las distintas operaciones económicas.
@RamonLoboMoreno