Por: Alberto Aranguibel
Obstruccionista, saboteadora y sin la menor disposición a trabajar jamás en función del bienestar del país, ahora, con motivo de la importante visita oficial del presidente Nicolás Maduro a la República Popular China, la oposición venezolana exactamente igual al necio de la fábula, que intentaba tapar el sol con un dedo, reincide en su actitud negadora de la titánica lucha que libra el gobierno revolucionario para rescatar la economía venezolana.
Pero la relación chino venezolana no es una ilusión etérea (como sí lo es todo lo que hace la destartalada oposición del país) sino que se remonta a los inicios mismos del primer gobierno del Comandante Chávez; quien tuvo siempre a la poderosa nación asiática como el gigante indispensable en la concepción geoestratégica del mundo. Visión que hoy continúa bajo el liderazgo del presidente Maduro.
Lo que existió entre ambas naciones desde la década de los setenta, cuando se establecieron inicialmente las relaciones diplomáticas entre Venezuela y China, no pasó nunca del formalismo protocolar, ni produjo beneficio alguno para el país en términos económicos.
La gira del presidente Maduro a China es más que importante, en virtud de la nueva realidad política y económica hacia la cual se está orientando cada vez más el mundo; tal como lo hemos visto con el desplazamiento del dólar como única moneda de referencia que era hasta hace poco; y el surgimiento cada vez más extenso y más sólido de la alternativa propuesta por las potencias que integran el grupo BRICS, en lo cual la relación entre países como China y Venezuela empieza a jugar un papel determinante en la construcción de ese nuevo mundo; no sujeto a las presiones ni a los controles arbitrarios que pretende imponer el imperio norteamericano en función de su propio y muy particular beneficio.
Mientras el dólar se viene abajo, y el capitalismo declina indeteniblemente como modelo económico definitivamente incapaz de suplir las necesidades de los pueblos; potencias, como China, comienzan a despuntar como referentes indiscutibles de la economía mundial.
Hacia ese nuevo espacio se mueve Venezuela hoy, precisamente porque hay en nuestro país un gobierno revolucionario comprometido con las mismas ideas de soberanía, justicia e igualdad social, que enarbola la Revolución China.
13 SEPTIEMBRE, 2023