Sería positivo para la nación que la nueva Asamblea Nacional que iniciará sesiones en enero de 2026 atienda la necesidad de crear un sistema de educación y formación técnica y profesional, que le dé respuesta al mundo del trabajo de manera planificada y en consenso con los actores que hacen posible la producción de bienes y servicios: Estado, trabajadores y empresas.
Cualquier intento de reconstrucción y reactivación del sector productivo criollo y de instalación en el país de inversiones extranjeras, además de las condiciones macroeconómicas apropiadas, requiere de la ejecución de estrategias de formación del capital humano a necesitar en los sectores industriales identificados en trece motores económicos productivos definidos por el Ejecutivo.
La formación técnica profesional, conecta el trabajo con la educación en una especie de autopista de doble sentido; pues de esta manera se garantiza la existencia de un espacio para la comunicación y colaboración entre los actores, lo que permite saber de antemano cuáles son sus requerimientos en términos de capacitación, habilidades y competencias del personal y de avances y adecuaciones tecnológicas.
Además de estos factores, hay otro de suma importancia que debe ser tomado en cuenta para atender la realidad inmediata y la planificación de escenarios de mediano y largo plazo: la formación técnica profesional y especialmente la que se imparte mediante la combinación de la teoría y la práctica en condiciones reales de trabajo.
Este sistema que distribuye el tiempo de los participantes entre un aula y una empresa, en el que estos son guiados por un tutor y en el que se debe seguir un plan de estudios determinado y que debería ser construido por los principales actores (empresas, trabajadores y Estado) cierra con una evaluación de desempeño académico y práctico que permite la obtención de una certificación que facilita el acceso al mercado de trabajo.
La capacitación de los hombres y mujeres de cualquier edad, de aquellos que van por su primer empleo y de otros que aun con experiencia en el mundo del trabajo deben refrescar conocimientos y adquirir el dominio de las nuevas herramientas y técnicas, para poder tener un mejor desempeño en sus responsabilidades, es garantía de soberanía e independencia.