Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid y del Partido Popular en la capital española, quien es una especie de María Corina ibérica; pero con mucha mejor suerte en el tortuoso negocio de la política, decide saltarse las normas más elementales que regulan las relaciones internacionales de un país. Con el firme empeño de atacar al jefe del Estado español, invita a su más reciente archirrival: Javier Milei, presidente de Argentina.
A Milei, quien se ha dedicado a insultar al presidente español, Pedro Sánchez, y a su esposa, Begoña Gómez, se le concede la Medalla Internacional, en un acto con bombos y platillos que se lleva a cabo en la Real Casa de Correos. Y a los votantes del rancio conservadurismo madrileño se les invita a acudir en masa a llenar los espacios de los alrededores de la Puerta del Sol.
¿Pero, qué ha hecho, hasta la fecha, el mandatario argentino para merecer semejante distinción?
A continuación presentamos una lista de sus logros, claro, desde el punto de vista del neoliberalismo ultra: aumento del desempleo; caída abrupta del consumo de carne, granos, leche y demás artículos de primera necesidad; incremento desbocado de la inflación y del valor del dólar frente al peso; eliminación de subsidios, derechos sociales y de medios de comunicación públicos; endeudamiento adicional con el Fondo Monetario Internacional; criminalización de la protestas y de las casas de alimentación populares; entrega sin reparo alguno en los belicosos brazos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, con preferencia de dos de sus socios: Estados Unidos y Gran Bretaña (adiós Malvinas) y respaldo al neonazi Vladimir Zelensky y al genocida Benjamín Netanyahu.
Díaz Ayuso premia a la barbarie sin más rubor que el que usa como maquillaje para aparecer en televisión. Esto, que parece lejano de nuestra realidad, es, al contrario, una clara señal del comportamiento habitual de la nueva derecha global.
Así como la presidente de la Comunidad de Madrid desoye la prudencia ─ni el rey Felipe VI aceptó recibir a Milei─, aquí tenemos un sector bastante parecido a esta muestra de lo peor de la derecha española que, paradójicamente, también está encabezada por una mujer que combina la obsesión por llegar al poder a toda costa con la ambición de imponer las teorías librecambistas en Venezuela, así sea a sangre y fuego.