Francisco de Miranda cumple 271 el 28 de marzo de 2021. Es, junto a Simón Rodríguez, Andrés Bello y Simón Bolívar, uno de los libertadores que más honda huella dejó en el mundo. Los cuatro nacieron en Caracas entre 1750 y 1783.
El 16 de abril de 1769, el papá de Francisco de Miranda, Sebastián Miranda, es rechazado como miliciano por ser comerciante y canario, un hombre inferior que no pertenecía a las primeras esferas de la ciudad ni era descendiente de sus “más ilustres pobladores” y para colmo estaba casado con una mujer de “baja esfera social” que ejercía el oficio de panadera. El 25 de enero de 1771, con 20 años de edad, Francisco de Miranda se embarca en la fragata sueca Prince Frederick con destino a España. Lo que ocurre de aquí en adelante es la impronta de uno de los grandes hombres de la historia de la humanidad, porque Miranda es protagonista de la Revolución Francesa, la Revolución de Estados Unidos contra Inglaterra y la Independencia Hispanoamericana de España.
Miranda lucha en la estratégica Batalla de Pensacola (1781), al final de la cual fue ascendido a teniente coronel en reconocimiento a su brillante desempeño al lado de los patriotas norteamericanos. En 1791, Miranda toma parte activa en la Revolución francesa donde alcanza el grado de Mariscal de Francia.
En su diario, Miranda cuenta que hallándose en Rusia en 1787, “Hablóse de América, su posición geográfica, historia natural, animales, de sus antigüedades, etc., ayudándome Su Majestad a combatir los errores de Pauw”. Acá Miranda le explica a Catalina de Rusia la forma en que se expresa el diplomático en la corte de Federico el Grande de Prusia y filósofo holandés Cornelio De Pauw: “Los animales vulgarmente llamados indios del Nuevo Mundo son siervos por naturaleza. Por su condición de sub hombres, homúnculos; por su cobardía, sus vicios inmundos y tenebrosas supersticiones, son una barbarie mental… Este continente es, hablando en términos políticos, el país más desgraciado del mundo: pues siempre está enteramente a discreción de los extranjeros. Se encuentra tan esclavizado a Europa que su completa independencia es una cosa moralmente imposible”.
En 1798, Miranda redacta el Proyecto de Constitución para el Continente Colombiano donde expresa: “Llegó el tiempo de echar a los bárbaros que nos oprimen, y de romper el cetro de un gobierno ultramarino”. El mismo año muere el jesuita peruano Juan Pablo Viscardo y Guzmán quien escribe en 1792 en francés la Carta a los Españoles Americanos que Miranda traduce al castellano.
Colombia es la razón de ser de Miranda. El 4 de noviembre de 1792 dijo en París que se acerca el tiempo en que Colombia, nuestra querida patria, “llegará a ser esa gloriosa parte del globo que la naturaleza quiso que fuese”. En 1798, nos dice: “Acordaos de que sois los descendientes de aquellos Ilustres Indios, que no queriendo sobrevivir a la esclavitud de su patria, prefirieron una muerte gloriosa a una vida deshonrosa. Estos ilustres guerreros presintiendo la desgracia de su posteridad, quisieron más bien morir bajo los muros de México, de Cuzco o de Bogotá que arrastrar las cadenas de la opresión”.
El 12 de marzo de 1806, Miranda izó por primera vez el tricolor patrio a bordo del Leander en la rada de Jacmel, Haití, la primera nación libre de Nuestra América. Alexandre Pétion, colaborador del entonces Presidente y Libertador de Haití, Jean Jacques Dessalines, hace entrega a Francisco de Miranda de la «Espada Libertadora», símbolo de la independencia y la lucha por la liberación de su pueblo, para que en su puño sirviera de estandarte de la independencia que pretendía llevar a Venezuela. Al momento de recibir tan significativo objeto, Miranda la eleva hacia el cielo para dirigir a sus hombres palabras de efervescente patriotismo: «Juro ser fiel y leal al pueblo libre de Suramérica, independiente de España, y servirle honrada y lealmente contra todos sus enemigos y opositores». El 2 de agosto de 1806, en Coro, exclama: “poseemos el continente más fértil, más inexpugnable y más rico de la Tierra”.
El 15 de marzo de 1810, Francisco de Miranda, publica en Londres, el periódico El Colombiano. Sus cinco ediciones circularon hasta el mes de mayo y fueron leídas en Caracas, Buenos Aires, Trinidad, Río de Janeiro, La Habana y Veracruz.
En Estados Unidos había preocupación por el proyecto independentista de Miranda. El 7 de junio de 1810, el diplomático estadounidense John Baptiste Irvine le escribe a John Adams “sobre el tema del proyecto de Miranda y los planes del Ministerio británico; o más bien, la razón por la cual la información valiosa comunicada por usted al público, en relación con ese proyecto, se retuvo durante tanto tiempo, tal vez debido al carácter del Sr. Jefferson o por representar un peligro para la mancomunidad”. El 5 de julio de 1811, Miranda firma el Acta de la Independencia de Venezuela.
El 11 de enero de 1813, un grupo de venezolanos y negros caribeños se reunieron en la hacienda de Concepción Mariño en la isla de Chacachacare, ubicada entre la península de Paria y Trinidad. Allí redactaron el acta de guerra: “Violada por Domingo Monteverde la capitulación que celebró con el ilustre general Miranda, el 25 de julio de 1812; y considerando que las garantías que se ofrecen en aquel solemne tratado se han convertido en cadalsos, cárceles, persecuciones y secuestros que el mismo general Miranda ha sido víctima de la perfidia de su adversario; y, en fin, que la sociedad se halla herida de muerte, 45 emigrados nos hemos reunido” y “congregados en consejo de familia, impulsados por un sentimiento de profundo patriotismo, resolvemos expedicionar sobre Venezuela, con el objeto de salvar la Patria”.
Corría el año 1816. La Segunda República se había perdido dos años antes. En marzo salió de Juangriego una expedición formada por afrodescendientes del Caribe. Cumplían con el Acta de Chacachacare. Entre estos 45 se encuentra un héroe de Santa Lucía, país del Alba: Jean Baptiste Bideau (1780-1817), quien luchó contra la tiranía francesa, inglesa y española en el Caribe.
A mediados del año 1816, Bolívar está en Ocumare de la Costa, desde donde envía a Soublette, Anzoátegui y Mac Gregor a enfrentarse a los realistas en los valles de Aragua mientras él se ocupaba de desembarcar las armas obtenidas en Haití y de allí avanzar hasta Caracas. La acción, explica Paul Verna, es caótica: Soublette es derrotado en Los Aguacates. Las armas y la imprenta son abandonadas. “De repente el Libertador se encuentra solo, rodeado de enemigos”. Fue en aquel momento trágico cuando Bideau, quien había luchado bajo las órdenes de Miranda entre 1811 y 1812, sale en un bote “del Indio Libre que ha levantado sus anclas, rema hasta la orilla” y salva al Libertador. Bolívar escribe el 6 de mayo de 1830 a Fernández Madrid: “iba a darme un pistoletazo cuando uno de ellos, Bideau, volvió del mar en un bote y me tomó para salvarme” el 14 de julio de 1816. Este día, no sólo pasa a la historia porque Bideau salva a Bolívar, sino porque muere en Cádiz, Francisco de Miranda.
El 14 de julio de 2016 se conmemoró el Bicentenario de la partida física en San Fernando, Reino de España, de Francisco de Miranda. En Caracas se le rindieron honores militares y civiles y el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, en su investidura como comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana lo asciende al grado de Almirante en Jefe post mortem por ser éste el grado más alto de la Armada Nacional Bolivariana en un oficial en ejercicio.
¡Miranda vive! ¡Honor y gloria al camarada Francisco de Miranda!