Venezolanos pagan alto precio por su independencia
Eduardo Cornejo De Acosta
No es secreto, sus agresores lo han revelado, Venezuela viene siendo agredida desde que el Comandante Hugo Chávez asumiera el mando político y reivindicara las banderas Bolivarianas antiimperialistas, latinoamericanistas de justicia social.
Él sufrió un golpe militar, paro petrolero, conspiraciones como la que sus opositores llamaron de los Paracachitos, sin hablar de la feroz campaña mediática a la que fue sometido.
Chávez salió triunfante y fue despedido en olor a multitud.
A Nicolás Maduro, al pueblo venezolano, le aplicaron y le aplican, todo lo escrito en los diferentes manuales de guerra vigentes.
El bloqueo económico, financiero, no tiene precedentes.
El ataque a lo sicológico, a la identidad, a la estabilidad emocional, cruel.
Eso llevó a que un número importante de venezolanos migrara a otros países.
Al principio fueron recibidos como héroes, como la resistencia a la dictadura.
Luego, producto de las limitaciones políticas y económicas en esos países, empezaron a incomodar a sus élites políticas.
Entonces algunos hechos violentos donde participaron venezolanos se magnificaron.
Se usaron delincuentes para hostilizar y en algunos casos agredir a los migrantes.
Pero en ese lapso, muchos se integraron, formaron hogares binacionales, y se ganan el cariño de la gente con su gentilicio.
En los últimos dos años se han producido crímenes atroces contra venezolanos en otros países y en las llamadas redes sociales se generaron mensajes pidiendo venganza, ojo por ojo, que se ataque a migrantes de otros países radicados en Venezuela.
Por cierto, en las mismas redes que suelen bloquear o censurar a voceros progresistas por cuestionar el neoliberalismo.
En Venezuela viven unos seis millones de ciudadanos oriundos de Colombia, y un millón 200 mil entre ecuatorianos y peruanos, por citar algunos ejemplos.
De ellos, la mayoría, forman hogares binacionales, están integrados plenamente al país, y hacen parte de la resistencia contra la agresión de Washington.
Una hipotética cacería contra migrantes, estimulada desde redes sociales, que todos sabemos quienes las manejan y a qué intereses responden; sería la negación absoluta a Chávez y Bolívar.
Crear un conflicto de esa naturaleza sería la aplicación de los manuales escritos por el imperio.
Afortunadamente el presidente Maduro, junto a líderes fundamentales como Diosdado Cabello, han sabido llamar a la serenidad en su momento. Venezuela no debe ser balcanizada ni incidentes aislados deben ser usados para acusar al chavismo de hordas nazis que persiguen migrantes.
Todos estos hechos son parte del costo que quienes desean ser libres terminan pagando.