Decía Bolívar (9 de febrero de 1815): “Para juzgar de las revoluciones y de sus actores, es menester observarlos muy de cerca y juzgarlos de muy lejos”. Esto lo digo porque cierta historiografía de inquisición ha construido una leyenda negra en torno al prócer de la independencia José Francisco Bermúdez: lo ha observado desde lejos y lo ha juzgado implacablemente. Cuando se refiere a él, generalmente lo coloca en el banquillo de los acusados, resalta los episodios (Los Cayos y Güiria, 1816[1]) en los que tuvo diferencias con Bolívar, minimiza hechos gloriosos de su vida; y a partir de allí lanza su sentencia admonitoria contra el patriota oriental. Es momento de reivindicar su memoria. Bermúdez (1782-1831) debe ser recordado como uno de los más tesoneros libertadores de la Patria y uno de los más consecuentes bolivarianos. Veamos los hechos.
1813. Libertador de Oriente
En enero de 1813 Santiago Mariño comanda a un grupo de patriotas orientales entre los que se encuentran Bermúdez y otros, quienes deciden “expedicionar sobre Venezuela, con el objeto de salvar esa Patria querida”. Así, mientras el ejército que conduce Bolívar desde el Occidente ejecuta la Campaña Admirable y llega victorioso a Caracas, el Oriente de Venezuela es independizado por los Libertadores de Oriente. Juntos le dan la independencia a toda Venezuela. De modo que para la época, tan libertadores eran los libertadores de Occidente como los de Oriente, entre los que está Bermúdez. Esto lo reconoce el propio Bolívar, quien en carta dirigida a Mariño le dice: “Ud. a la cabeza de cuarenta amigos entró por el Oriente a tiempo que yo por el Occidente hacía otro tanto. Mutuamente nos ayudamos y por nuestros propios servicios nos elevamos a una igual dignidad.” (29 de diciembre de 1816).
1815. Defensor de Cartagena de Indias
Después de la caída de la Segunda República (1814) y de la llegada del ejército invasor comandado por Pablo Morillo (1815), hay una diáspora entre los patriotas. Bolívar parte a Jamaica y Bermúdez hacia Cartagena, que al poco tiempo sufre un espantoso bloqueo que ocasiona la muerte de una tercera parte de la población, que sin embargo resiste. El líder militar de la resistencia de Cartagena es Bermúdez, quien no solo dirige la estrategia defensiva contra el invasor sino que salva de una muerte segura a cientos de cartageneros a quienes ayuda a huir rumbo a Haití, donde reciben la generosa ayuda de Alejandro Petión.
1817. Libertador de Guayana
En 1817 Bolívar comprende que la toma de Guayana es fundamental para garantizar la independencia. “Esta empresa tan sublime como importante —explica—, asegurará las anclas de la República, si nuevas tempestades vuelven a combatirla”. Convoca a todos los patriotas para que sean “vencedores y libertadores de Guayana” (1º de enero de 1817). Uno de esos “vencedores y libertadores de Guayana” es Bermúdez, quien contrariando a su antiguo jefe, Mariño, reconoce el liderazgo del Libertador y le ayuda a asegurar las anclas de la República. De este modo Bolívar, reforzado con las tropas de Bermúdez y de otros patriotas, libera Guayana y toman la capital. El 17 de julio de 1817 entran juntos a Angostura gritando «Viva la República». El 10 de noviembre de 1817, al declarar instalado el Consejo de Estado, el Libertador informa que Bermúdez: “ha sido encargado por el Gobierno del doble objeto de pacificar la provincia de Cumaná y libertar la capital”. Al día siguiente le escribe a Sucre: “Sólo Bermúdez puede realizar los planes del Gobierno, que se dirigen todos a la libertad general y a la concordia entre todas las partes de la República”. El 21 de noviembre de 1817 señala que Bermúdez fue designado Gobernador de Cumaná, “Provincia en que ha nacido, en que es igualmente amado”.
1819. Excluido por Bolivariano
Mientras Bolívar desarrollaba la Campaña Libertadora de Nueva Granada, algunos congresistas de Angostura conspiraron contra él, bajo el pretexto de que no había consultado al Congreso su expedición libertadora; y aunque esta pretensión era absurda puesto que del secreto de aquella operación dependía su éxito, varios militares se unieron a los intrigantes y le dieron un golpe de Estado al mando bolivariano. Entre otras medidas, decidieron arrebatarle a Bermúdez el comando del ejército de Oriente y cedérselo a Mariño. De este modo Bermúdez fue castigado por su fidelidad al Libertador. Afortunadamente, al regresar Bolívar victorioso tras la liberación de Nueva Granada, la conspiración se disolvió como casabe en caldo caliente y Bermúdez fue restituido a sus responsabilidades.
1821. Libertador de Caracas y Cumaná
Como parte de la Campaña de Carabobo, Bermúdez organiza la operación de “diversión” sobre Caracas que le había sido ordenada por Bolívar, la cual obligó al general realista Latorre a dividir sus fuerzas, dejando el campo libre para que el ejército patriota se unificara y pudiera actuar con más efectividad. Esto ayudó decisivamente al triunfo de las armas patriotas. “No es posible informar – dice el parte de guerra- de los prodigios que este célebre General ha obrado con una pequeña División, por esta parte, en cumplimiento de las órdenes que tenía. Baste decir que los pueblos y el enemigo están asombrados y no alcanzan a expresar toda su admiración, ni decidir si han sido mayores su valor y su audacia o su prudencia y habilidad” (30 de junio de 1821). En el «Correo del Orinoco», El Libertador escribió: “No, las glorias de la inmortal Batalla de Carabobo no me pertenecen, son glorias conquistadas por el valiente general Bermúdez en su admirable y rápida conquista de Caracas. El desmembró con ella el gran ejército de la Torre, y él me dio por consiguiente la victoria de Carabobo”
Después del triunfo patriota en Carabobo, la situación de los realistas en Venezuela era crítica y su derrota parece cercana. Sin embargo, tienen tomada Cumaná, el último bastión realista en el oriente venezolano. El 17 de agosto, Bermúdez se encarga del asedio terrestre y naval de la ciudad, y finalmente el 16 de octubre los enemigos se rinden. Posteriormente, en 1823, logra la capitulación de los realistas en Río Hacha y Maracaibo, y también colabora con el general Páez en la toma y rendición de Puerto Cabello.
1826. Leal siempre
En abril de 1826 estalla la conspiración de la cosiata, acaudillada por Páez, la cual busca el desmembramiento de la República de Colombia, creada por el Libertador. No obstante, Bermúdez y Urdaneta – jefes de oriente y Maracaibo respectivamente- se enfrentan al caudillo llanero y defienden la unidad de la Colombia, integrada por Venezuela, Nueva Granada y Ecuador. Mientras otros optan por abjurar del Libertador y negociar cuotas de poder ellos se mantienen leales y, en consecuencia, son marginados y perseguidos por el gobierno paecista. Bolívar está al tanto de esta conducta y con nobleza se lo agradece en carta del 9 de julio de 1826. Bermúdez le contesta: “Se digna Ud. darme las gracias por mi heroico comportamiento en esta circunstancia y por los servicios que he hecho a la República. Ciertamente que aprecio este rasgo sublime de gratitud; mas es muy del caso que yo diga a Ud. que la conducta que ha observado en estos tiempos de agitación y de incertidumbre, ha estado siempre en armonía con mis sentimientos de acendrado patriotismo y con la firme e ineludible amistad que profeso a Usted. Siempre de Usted muy apreciado y leal amigo”.
Sigue luchando. En Cumanacoa, el 21 de diciembre de 1827, enfrenta y vence a las fracciones que se pronuncian en contra de la autoridad del Libertador. En medio de la feroz campaña antibolivariana dirigida por Santander, quien conspira y planifica el magnicidio, el Libertador reorganiza su equipo de gobierno con hombres de su entera confianza y Bermúdez es designado (30 de agosto de 1828) Consejero de Estado, aunque no estaba en Bogotá.
Entonces, no permitamos nunca más que se denigre la memoria de Bermúdez, ese patriota ejemplar, de recia personalidad, carácter impetuoso y noble espíritu. Libertador de Oriente, Jefe de la resistencia de Cartagena, Vencedor y Libertador de Guayana, Cumaná y Caracas; figura clave en la Campaña de Carabobo; hombre fervientemente leal a Bolívar.
Queda evidenciado que las diferencias ocasionales habidas entre Bolívar y Bermúdez quedaron zanjadas. A ambos hombres los unió el amor por la Patria. Hagamos como dice el Libertador: “Para juzgar de las revoluciones y de sus actores, es menester observarlos muy de cerca y juzgarlos de muy lejos”. ¡Honor y Gloria a José Francisco Bermúdez! ¡He dicho!
[1] En Los Cayos Bermúdez se niega a aceptar la autoridad única de Bolívar y el Libertador lo excluye de la expedición que se dirige a Venezuela. En Güiria, el 22 de agosto, se produce un violento altercado entre ambos líderes y el prócer oriental desenvaina su espada contra Bolívar; una rápida intervención del coronel Manuel lsava y el Lic. Gaspar Marcano evitó un trágico desenlace.
Por: José Gregorio Linares