Los hechos recientes han roto al antichavismo en un montón de partes. Acá veremos cuatro de esos trozos
Pedazo 1: Guarimbo-electoreros y electo-guarimberos
Este pedazo de oposición pretende oscilar libremente entre los extremos del espectro de lo que un marxista ortodoxo llamaría “las diversas formas de lucha”. Así, un día son guarimberos resteados con la violencia, y al día siguiente son militantes furibundos del voto, como salida para todos los conflictos.
Cuando alguien les señala sus inconsistencias, los miembros de esta facción se la atribuyen a una supuesta enfermedad mental colectiva que estarían padeciendo: la bipolaridad. Naturalmente, ese mal no es culpa de ellos mismos, sino una consecuencia de los sufrimientos psicológicos y espirituales que les inflige el rrrrégimen. ¡Pobrecitos!
De este tolete de oposición surgieron, como era lógico suponer, dos subgrupos: los que creen que ahora -en vista de los resultados de las elecciones de gobernadores- es tiempo de volver a guarimbear; y los que piensan que -tomando en cuenta el fracaso estrepitoso de los cuatro meses de violencia- mejor lo siguen intentando en elecciones. En el medio de los dos subpedazos del pedazo, el opositor silvestre no sabe sin pegarse un tiro o tirarse un “pego”, como solía decir un ingenioso compañero mío en tiempos de bachillerato.
Pedazo 2: Ganaron y cobraron
En medio de tanta dolencia mental y espiritual, surgió un grupo que pretende ser racional: el de los cuatro gobernadores (una señora y tres señores) que aceptaron jurar ante la Asamblea Nacional Constituyente y ya están ejerciendo sus cargos sin que nadie pretenda impedírselo.
Su actitud coherente y lógica les ha traído como consecuencia que sus propios aliados pretendan tomarlos como sacos de boxeo para descargar caprilistas calenteras.
Para apaciguar un poco a los más locatos, los cuatro cuerdos han tenido que hacer algunos desplantes, decir algunas pesadeces, hablar de fraude (aunque ellos ganaron… ¿cómo se entiende eso?) y detalles por el estilo. Hay que entender que están cuidando sus propios pellejos: quieren evitar que, en un arranque de ira, los quemen vivos.
Pedazo 3: Ganaron, pero prefieren (o los mandaron a) perder
En este grupo está el fallido gobernador de Zulia, Juan Pablo Guanipa, y el combo de Primero Justicia, que resolvieron no jurar ante la ANC para, supuestamente (según sus flamantes asesores), quedar como héroes y como gente de principios.
Expertos en el comportamiento humano creen que se trata de la típica pataleta de los niños malcriados. En vista de que los resultados no fueron los esperados para la oposición en general, y menos aún para los partidos de laboratorio (copyright de Fernando Travieso), estos optaron por la estratega de espichar el balón, para que nadie pueda jugar.
Otros analistas consideran que la decisión no fue de ellos, y que especialmente Guanipa tuvo que tomarla con todo el dolor de su alma. Pero desde la torre de control imperial les ordenaron hacerlo dizque para “deslegitimar a la dictadura”. ¡Oh, my god!
Pedazo 4: Los opos de la opo
El pedazo más peligroso de la contrarrevolución es el de los que se oponen al gobierno y también al resto de la oposición. Es un pedazo que corta al contacto, cual pico de botella en riña de arrabales.
Está compuesto por los guarimberos que nunca quisieron ir a elecciones y siempre han reivindicado la violencia como respuesta. Su figura más prominente es la líder oligarca María Corina Machado.
Dicho así, quien no la conozca podría pensar que es una guerrillera en la clandestinidad o una especie de Juana de Arco del siglo XXI. Pero, en verdad, es una doña muy apta para mandar a los demás a entromparse con la GN, aunque ella nunca lanzaría una piedra, una molotov ni mucho menos una puputov, porque no son cosas que hagan las damas de alta cuna.
En este fragmento militan también todos los violentos del teclado, valientes guerreros digitales que dan sus directrices estratégicas y tácticas por Internet o redes sociales, desde Venezuela -camuflados detrás de seudónimos muy belicosos- o desde Miami, Bogotá, Madrid o cualquier otro lugar del planeta donde estén pagando su pena de destierro, como perseguidos políticos.
Las invectivas de los integrantes de esta rodaja de la oposición van dirigidas a los demás pedazos de la pandilla. Critican con mucha inquina a los que oscilan entre la guarimba y las elecciones; vuelven trizas (más de lo que ya están) a los que ganaron y cobraron; y muelen a palos a los que ganaron y no cobraron. Algunos son tan, pero tan opos, que hasta se oponen a los otros opos de la opo. ¿Se habrá visto que gente más opuesta?