Sin quitarse el polvo del camino
Luego de doce días de viaje, un 21 de enero de 1881, llegó José Martí a Caracas “la Jerusalem de los americanos”, como él la llamó. Había salido el 8 de enero de Nueva York con la esperanza de establecer relaciones de apoyo político y económico para la causa de liberación de Cuba. Otra fiebre también transitaba en su alma, y era precisamente la posibilidad de pisar y recorrer la tierra que vio nacer a Simón Bolívar.
En Tres héroes, escrito dedicado a Bolívar, Hidalgo y San Martín, el poeta escribió: “(…) aquel viajero, al llegar a Caracas, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó donde se comía ni donde se dormía sino cómo se iba a la estatua de Bolívar. Cuenta que el viajero lloraba frente a la estatua, que parecía que se movía, como un padre cuando se le acerca a un hijo (…) El viajero hizo bien, porque todos los americanos deben querer a Bolívar como a un padre. A Bolívar, y a todos los que pelearon como él porque la América fuese del hombre americano”.
Sobre Martí, y a propósito de este relato, Luis Beltrán Guerrero refirió “(…) La vida de Martí estaba ya dedicada, desde niño, a la gran tarea, pero soñaba con visitar la que él juzgaba tierra sagrada, madre de las repúblicas americanas, esta nuestra Venezuela. (…) el último creador de una patria libre, José Martí, confiesa haber llorado ante la estatua (…) Lloró José Martí frente al bronce de Bolívar. Y dicen muchos testigos arbóreos de aquella escena única que por los pómulos de metal también corrieron las lágrimas. Llanto de héroes, llanto de libertadores; con esa sal se hicieron mundos (…)”.
Tiempos de Guzmán Blanco
Llegó a Caracas, en pleno auge del guzmancismo. Nicanor Bolet Peraza, con quien hizo fraterna amistad en Nueva York le advirtió: “Mi patria señor Martí, no es un lugar a propósito ahora para sus ideas. En Venezuela el éxito corruptor, con su mano enguantada de oro, todo lo somete. Solo tiene voz el ditirambo en la literatura, la denuncia en el periodismo y la loa bizantina en la tribuna”.
Guzmán Blanco, reconocido por el Congreso como el Ilustre Americano luego del triunfo de la revolución de abril, había tomado la presidencia tras la muerte del General Francisco Linares Alcántara. Era conocido por su “visión civilizadora”, pero también por su soberbia y su interés en ser centro de alabanzas y tributo. Una muestra, las estatuas ubicadas en las plazoletas de San Francisco y en El Calvario, las cuales por cierto, el pueblo rebautizó como «Saludante» y «Manganzón». Importante recordar que cuando Zamora cayó muerto en San Carlos el 10 de enero de 1860, a su lado estaba “El Ilustre”.
184 días en suelo patrio
En su estancia, el poeta y revolucionario, estableció amistad con Arístides Rojas, Diego Lugo Ramírez, Agustín Aveledo, Guillermo Tell Villegas, Heraclio Martín de La Guardia y Cecilio Acosta, entre otros, con quienes compartió actividades políticas, intelectuales y literarias. Ya en el mes de febrero inició clases de literatura y gramática francesa en el colegio de Santa María de Aveledo y dictó clases de francés y oratoria en el Colegio de Villegas, donde participaron: Luis López Méndez, César Zumeta, José Mercedes López, Víctor Manuel Mago, Andrés Alfonso, Lisandro Alvarado, José Gil Fortoul, Gonzalo Picón Febres, entre otros. Participó también como orador en veladas artístico-literarias y culturales, y fue colaborador del periódico La Opinión Nacional, de Fausto Teodoro de Aldrey. Fundó la Revista Venezolana, de la cual se editaron dos números, y escribió el poemario dedicado a su hijo Ismaelillo.
Sus amigos venezolanos
Nicanor Bolet Peraza
Escritor, periodista y político. Editor de la revista literaria El Oasis, fundador, del periódico literario El Museo Ilustrado y del diario Tribuna Liberal, desde donde criticó al gobierno de Guzmán Blanco, por lo que tuvo que abandonar el país a partir de 1880 y radicarse en Nueva York. Fundó la revista Las Tres Américas, órgano difusor de la corriente literaria del modernismo.
Juan Antonio Pérez Bonalde
Poeta, filósofo y políglota, considerado además como el máximo exponente de la poesía lírica del país, del romanticismo y uno de los precursores del modernismo. Tradujo las obras de Heinrich Heine y Edgar Allan Poe. Conoció a Martí en un salón de conciertos en Nueva York donde se celebraban reuniones de hispanoamericanos. También debió salir del país por escribir versos contra Guzmán Blanco.
Jacinto Gutiérrez Coll
Diplomático, poeta e historiador. Fue Ministro de Relaciones Exteriores en 1864 y 1870, funcionario diplomático de Venezuela en Roma, París y Nueva York, redactor de la revista caraqueña La Entrega Literaria, colaborador del periódico capitalino El Cojo Ilustrado y miembro fundador de la Academia Nacional de la Historia.
Cecilio Acosta
Escritor, periodista, abogado, filósofo y humanista. Formó parte de la llamada generación intelectual de la Independencia y la República. A su juicio, el objetivo de la educación, es formar individuos útiles para la sociedad. Escribió en los periódicos La Época, El Liberal, El Centinela de la Patria y la Tribuna Liberal. Sus ideas chocaron contra la visión de gobierno de Guzmán Blanco, por lo cual hubo de resistir y enfrentar diversos ataques, así como el intento de acallarlo.
Martí admiró a Acosta y compartió la pasión bolivariana. A su muerte, el 8 de julio de 1881, le dedicó un escrito en la Revista Venezolana, a través del cual exalta y reconoce a este importante intelectual.
Diego Lugo Ramírez
Hijo del Prócer venezolano Diego José Lugo. Diego había luchado en la guerra Federal donde obtuvo el grado de coronel. Se graduó en la Academia de Matemáticas, y era Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Formó parte de la Asamblea Popular que se constituyó el 5 de julio de 1869, donde se solicitó el reconocimiento de la independencia de Cuba y Puerto Rico.
Heraclio Martín de la Guardia
Poeta, periodista, político, diplomático y dramaturgo. El 9 de abril de 1849 estrena en el Teatro Principal de Caracas su obra Cosme II de Médicis, uno de los más grandes éxitos de la escena teatral caraqueña de la época, que se presentó en varias ciudades del interior del país. Dedicó su poema sobre el Primer Centenario del nacimiento del Libertador a Martí.
Agustín Aveledo
Ensayista, ingeniero, político y educador venezolano. Obtuvo el grado de Ingeniero en la Academia de Matemáticas de Caracas. Luego se dedicó a los estudios humanísticos. Fundó el Colegio Santa María, donde emprendió una experiencia educativa de gran valor. Propuso la gratuidad de la educación para primaria y la entrega de materiales educativos. Fundó a su vez, un asilo de huérfanos y la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales de Caracas.
Guillermo Tell Villegas
Abogado, político y Presidente interino de Venezuela en 1868, 1869, 1870 y 1892. Decretó honores oficiales a los restos mortales del general Ezequiel Zamora y la repatriación a Venezuela de los restos del doctor José María Vargas.
La partida
El 28 de julio de 1881, salió Martí de regreso a Nueva York. Guzmán Blanco le pidió retractarse públicamente o abandonar el país, debido a un homenaje publicado en la Revista Venezolana, en honor a Cecilio Acosta tras su muerte. Antes de partir escribió: “(…) De América soy hijo: a ella me debo (…) Deme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo.” Continuó escribiendo desde Nueva York para La Opinión Nacional, pero bajo el seudónimo M de Z para evadir represalias de guzmancismo.
Hasta sus últimos días, honró el legado de Bolívar, el hombre que “Vivió como entre llamas”.