Martín Almada es un pedagogo, abogado y ambientalista paraguayo, dirigente del magisterio de su país en la década del setenta del siglo pasado. Nació en Puerto Sastre el 30 de enero de 1937. Fue Director del Instituto «Juan Bautista Alberdi», donde llevó a la práctica la educación liberadora de Paulo Freire. Ha dedicado su vida a alfabetizar a sus compañeros de infortunio y campesinos de las ligas agrarias. Fundó en su natal San Lorenzo, población aledaña a Asunción, una cooperativa hipotecaria popular con el fin de conseguir un techo propio a cada educadora y educador paraguayo. Almada sostenía que todas las maestras y maestros merecían una vivienda digna. Desarrolló el pensamiento crítico y un sueño, un proyecto de país y un proyecto regional: la «Patria Grande». Martín Almada fue y sigue siendo un defensor del jurisconsulto Juan Bautista Alberdi, quien para él “fue el más grande antiimperialista de la época al defender la causa paraguaya durante la Guerra de la Triple Infamia (o Guerra de la Triple Alianza), entre 1865 y 1870, donde Inglaterra empujó a los argentinos, brasileños y uruguayos a destruir a la pujante y única nación soberana e industrial de la región”.
Fue preso político durante la dictadura stroessnerista. Descubrió los «Archivos del Horror», de la «Operación Cóndor», de los gobiernos terroristas de la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Obtuvo el Premio Nobel Alternativo de la Paz e integrante del Comité Ejecutivo de la Asociación Americana de Juristas. Tras graduarse en la Universidad de La Plata, Argentina, con el título de Doctor en Ciencias de la Educación, primer paraguayo con ese grado, volvió a Asunción y el 26 de noviembre de 1974 fue secuestrado y llevado ante un tribunal militar, integrado por los agregados militares de la Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y militares paraguayos.
La razón del secuestro fue la proyección en San Lorenzo de la película “El profe”, film mexicano dirigido por Miguel Melitón Delgado Pardavé en 1971 y protagonizado por Mario Moreno “Cantinflas” en el papel de Sócrates García, Marga López, en el papel de Hortensia, Arturo de Córdoba, como el Gobernador y Ramón Valdés (el famoso Ron Damón de El Chavo). Durante la dictadura militar paraguaya había una estricta censura sobre el contenido de las películas a ser exhibidas. Un descuido de la Policía Política y Municipal hizo posible que Martín Almada proyectara la película en cuestión. La sinopsis del film es la siguiente: el Profesor, Sócrates García (Cantinflas) es enviado al “Romeral” en una misión educativa. Por su espíritu de sacrificio y compromiso con su profesión acepta dicha misión, que sus otros compañeros profesores han decidido rechazar justificándose por estar desgraciadamente casados. A la llegada del profesor Sócrates García al “Romeral” es bien recibido por toda la gente, menos por “Don Margarito”, el cacique del pueblo quien controla al “Romeral”, y que además la llegada del nuevo profesor va en contra de sus planes: aprovechar la ignorancia del pueblo para enriquecerse. Sócrates García comienza a enfrentar los problemas no solo de la escuela, sino también los problemas de la gente del “Romeral”, una situación que lo lleva a emprender una lucha en contra de “Don Margarito”, a quien nadie antes se había atrevido a enfrentar. Después de la proyección, Martín Almada le envió una carta de felicitación al actor mexicano a través de la Embajada. La Policía Política vinculó al educador paraguayo con el subversivo Cantinflas y con el pedagogo brasileño Paulo Freire.
Cantinflas anunció que se sumaría a la campaña promovida por los artistas argentinos Leo Dan, Eduardo Falú, Horacio Guarany, Leonardo Favio y otros para el Festival «Alberdi» con la finalidad de recaudar los fondos para hacer realidad la campaña «Por un techo propio a cada educador paraguayo». La Embajada de México anunció por los medios la visita solidaria de Cantinflas.
Por la organización de ese concierto, Martín Aldama fue convocado por el ministro de Educación, Raúl Peña, pieza importante de la Policía Política y para quien «Cantinflas era un líder comunista”. Comentó, además, que “jamás pisaría tierra paraguaya por orden del excelentísimo señor presidente de la República y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Alfredo Stroessner”. Éste había sido declarado personalmente en Asunción, «Campeón anticomunista en América Latina» por Richard Nixon, entonces vicepresidente de los Estados Unidos de América, distinción confirmada después por Nelson Rockefeller (banquero y gobernador del estado de Nueva York). Así fue creada en Asunción la primera escuela de asesinos, llamada «La Técnica», dependiente del Ministerio del Interior en 1956, bajo la dirección del coronel de inteligencia Robert K. Thierry, veterano de la guerra de Corea. «La Técnica» funcionó normalmente hasta diciembre de 1992 con más de 20.000 víctimas.
Después de ser obligado a leer sus antecedentes subversivos en voz alta, lo torturaron, calificándolo de «terrorista intelectual» donde aparecieron sus cómplices ideológicos subversivos Cantinflas y Paulo Freire. Ellos entendían que ese «asunto» de construcción de viviendas en cooperativa a las maestras y maestros pobres de San Lorenzo, se lo habría «inculcado» Cantinflas porque éste promovía viviendas sociales a los malvivientes, haraganes, antisociales, en México.
Finalmente fue a parar en el Campo de Concentración «Emboscada» a 45 kilómetros de Asunción el 6 de septiembre de 1976. El veredicto “catequizar en el marxismo-leninismo”. Compartió cárcel con más de 400 prisioneros políticos, comunistas, socialistas, anarquistas, teólogos de la liberación, independientes, reformistas, trotskistas, maoístas, liberales y colorados disidentes. Estuvo allí en condiciones infrahumanas a cargo del «carnicero de la muerte», Coronel José Félix Grau, analfabeta formado en la Escuela de las Américas, en Panamá. No fue procesado judicialmente y le esperaban 15 años de cárcel por «culpa de Cantinflas y Paulo Freire». Hizo una huelga de hambre de 30 días en la Comisaría Tercera «Sepulcro de los Vivos». Recuperó su libertad gracias a Amnistía Internacional y la solidaria labor del Comité Ecuménico Interiglesias. Sufrió tres años de prisión, el asesinato de su esposa, la confiscación de sus bienes, exilio durante 15 años.
Por aquella época Martín Almada recuerda haber viajado a la capital mexicana a reunión sindical magisterial. Sabía de la existencia de Cantinflas porque era famoso pero nunca lo contactó. A causa de ese viaje, la Policía Política de Stroessner aseguró que Almada conspiró con el actor azteca “junto con los barbudos cubanos que querían incendiar la región, para destruir la civilización occidental y cristiana donde todos vivíamos muy felices”. Según ellos, “Paraguay era un país de maravilla, una democracia sin comunismo, ejemplo para todos los países del Cono Sur”. Almada se volvió a casar y dirige la Fundación Celestina Pérez de Almada; llamada así en memoria de su primera esposa muerta por la tortura psicológica que soportó. Ejerce la profesión de abogado, continuando los juicios contra la familia Stroessner. Apoya diversas actividades para la difusión y vigencia de los Derechos Humanos y pertenece a movimientos ecologistas a través de los cuales promueve el uso de energías renovables. Vaya para usted, camarada Martín Almada, un saludo bolivariano de este colega que hace Patria en la tierra que parió a Apacuana, Guaicaipuro, Miranda, Rodríguez, Bello, Bolívar, Juana Ramírez, Sucre, Zamora, Cipriano Castro, Maisanta, Aquiles Nazoa, Argimiro Gabaldón y Chávez.