Por: Eduardo Piñate R
En las elecciones del próximo 20 de mayo no solamente vamos a elegir al Presidente de la República, los integrantes de los 23 consejos legislativos regionales y de los 335 concejos municipales de todo el país. Esas elecciones plantean la disyuntiva existencial e histórica de la sociedad venezolana desde 1830 hasta hoy; es decir, la contradicción entre el pasado de subordinación a las metrópolis coloniales e imperialistas y de explotación de las mayorías nacionales por la minoría burguesa y oligárquica estrechamente articulada al poder imperial y el futuro de independencia, soberanía, libertad y justicia social que comenzamos a construir con el Comandante Chávez y sostenemos hoy con Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana, Socialista y Chavista.
Las fuerzas contrarrevolucionarias se debaten entre dos opciones frente a las elecciones. Un sector decidió participar presentando varias candidaturas presidenciales y seguramente presentarán candidatos a los órganos legislativos estadales y municipales que se elegirán ese día. Pero la mayor parte de esa derecha, fascista y terrorista, dirigida por la élite extremista que gobierna EEUU, junto a sus aliados de la UE y la derecha de nuestro continente, apuesta al pasado que vamos superando y se propone lograrlo por la violencia.
La candidatura del camarada Nicolás Maduro y de las fuerzas revolucionarias a consejos legislativos y municipales representan la opción de profundización de nuestra revolución, de construcción de nuestro socialismo, de continuar afirmando el proyecto de independencia, soberanía y paz de Bolívar y Chávez. Seguimos venciendo.