Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas”
Mientras el presidente monroista Donald Trump asesina a miles de niños que intentan cruzar la frontera para llegar a lo que un día fue de México, agrede al pueblo de Venezuela con un bloqueo económico y propone que maestros de su país se armen para combatir la violencia, el presidente bolivariano Nicolás Maduro construye viviendas, crea el criptoactivo petro para baipasear los sistemas financieros hegemónicos y siembra universidades. Tal es el amor y respeto que siente el presidente obrero por el pueblo de Estados Unidos que el 3 de abril de 2018 inauguró la Universidad Martin Luther King en conmemoración del cincuenta aniversario del asesinato del líder humanista el 4 de abril de 1968.
I have a dream
Martin Luther King fue un activista del siglo XX que luchó contra la discriminación racial, el capitalismo y el imperialismo estadounidense. Nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia. Su pedagogía emancipadora se sustenta la economía. Cuando le habla a los poderosos es claro: “ustedes no pueden hablar de una resolución del problema económico de los negros sin hablar de millones de dólares. Ustedes en verdad falsean la realidad porque tienen negocios con los capitanes de la industria. Eso significa ahora que ustedes se mueven en un mar agitado, porque eso significa que hay algo que no funciona con el capitalismo. Debe haber una mejor distribución de la riqueza”. Martin Luther King cree en un Estados Unidos más cercano a Abraham Lincoln que al emporio bélico de Thomas Jefferson, los hermanos Charles Foster y Allen Dulles, Henry Kissinger y Joseph McCarthy. “Hemos guiado a los misiles y desviado a los hombres”, dice. Tiene plena consciencia de que “lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia” y de la arrogancia imperialista ya que “Estados Unidos es el mayor exportador de violencia en el mundo” porque ejerce terrorismo de Estado, practica el genocidio, planifica la eliminación de gobiernos inconvenientes a Estados Unidos, y prioriza los intereses corporativos de Wall Street.
El nacimiento de una nación
El Ku Klux Klan se redimensiona en 1915 debido al éxito del film de David Ward Griffith “El nacimiento de una nación” llegando a tener cerca de cinco millones de miembros. La película muestra a los blancos como víctimas de los libertos negros del sur. Mientras aquéllos pierden sus propiedades, los negros, que ahora dominan las instituciones de gobierno, se reúnen en las asambleas legislativas sólo para bailar y emborracharse. La película sirvió para anclar en Estados Unidos el concepto electoral ya que, tras un fraude cometidos por los libertos, estos llegan al poder. Hay escenas que deben ser analizadas críticamente como la de la muchacha blanca que cae por un barranco cuando huye de un liberto que la quiere violar. Paralela a esta escena surge una banda llamada Ku Klux Klan defensora de los blancos del sur cuyos integrantes capturan y linchan al sádico liberto que intentó violar a la joven.
Entre 1830 y 1950 se lincharon a 4 mil afrodescendientes en Estados Unidos en espectáculos públicos donde asistían miles de testigos cual circo romano. El 3 de marzo de 1991 el taxista Rodney Glen King fue agredido brutalmente por varios agentes de la policía de Los Ángeles. El 4 de febrero de 1999 el inmigrante guineano de 23 años de edad Amadou Diallo murió asesinado de 41 disparos realizados por cuatro agentes en Nueva York. El 9 de agosto de 2014 el joven Michael Brown de 18 años murió después de ser abatido por un policía blanco en Ferguson, en la periferia de San Luis. El 16 de septiembre de 2016 muere Terence Crutcher en Tulsa, Oklahoma, después de que una policía le disparara. El 20 de septiembre de 2016, otro agente mató a Keith Scott en la ciudad de Charlotte, Carolina del Norte. Esta larga lista de crímenes racistas es explicada hoy por el legado de Martin Luther King: “hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”.
USA: el mayor exportador de violencia
Para Martin Luther King “la verdadera compasión es más que dar una limosna a un mendigo; permite ver que un edificio que produce mendigos tiene necesidad de una reestructuración. De Vietnam a África del Sur pasando por América Latina, los Estados Unidos están en el lado malo de la revolución mundial” porque su política exterior se basa en la teoría del excepcionalismo, una perspectiva que parte de que, por ser inherentemente más moral y previsor que cualquier otra nación, Estados Unidos puede comportarse de formas que otras naciones no pueden hacerlo. Por su inmenso poder, Estados Unidos puede no solo derrocar gobiernos, sino también marcar el curso de la historia. Martin Luther King apuesta por el país de Angela Davis, Ella Fitzgerald, Noam Chomsky, Paul Robeson, Stanley Kubrick, Aaron Copland, Dalton Trumbo, John Huston, Dashiell Hammett, Muhammad Ali y Orson Welles y se opone a las convicciones de los hermanos Dulles de que los estadounidenses entienden las verdades eternas y tienen la obligación de ilustrar a quienes no las entienden, y la presunción de que lo que conviene a las grandes corporaciones conviene a toda la nación. Martin Luther King cuestiona “nuestra alianza con los terratenientes de América Latina” y se pregunta ¿Por qué Estados Unidos reprime en lugar de apoyar las revoluciones de los “pueblos descalzos y descamisados” del tercer mundo?
Con la pedagogía rodrigueana de transformación de la conciencia, Martin Luther King, enseña a su pueblo que “nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada más rápido que un favor”; que “siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto”; que “nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez consciente”; que “tu verdad aumentará en la medida que sepas escuchar la verdad de los otros”; que “el brazo del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia” que “nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien”; que “un hombre no mide su altura en los momentos de confort, sino en los de cambio y controversia”.
Sobre la base de su pedagogía arguye: “de mi formación cristiana he obtenido mis ideales y de Gandhi la técnica de la acción”. Por esto le dice a cada alumno: “da el primer paso con fe. No tienes por qué ver toda la escalera. Basta con que subas el primer peldaño”.
El sueño de Martin Luther King en Venezuela
El 4 de abril de 1968 Martin Luther King fue asesinado en Memphis cuando apoyaba a los recogedores de basura que estaban en huelga desde el 12 de marzo. El humanista que en una ocasión dijo: “tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas”; el emancipador que decía “no soy negro, soy hombre”; el activista que argumentaba que “la libertad nunca es voluntariamente otorgada por el opresor; debe ser exigida por el que está siendo oprimido”; el bienhechor que exponía “quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia”; el pastor que clamaba: “si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”; el visionario que sabe que “si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir”; el luchador que nos sigue diciendo “si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”; renace en una universidad venezolana porque “la oscuridad no puede sacarnos de la oscuridad. Sólo la luz puede hacerlo. El odio no puede sacarnos del odio. Sólo el amor puede hacerlo”. ¡Martin Luther King vive!