Una gran indignación general ha recorrido el mundo ante la brutal agresión de Estados Unidos, Francia y Reino Unido contra el heroico pueblo de Siria, que lleva casi una década inmerso en un conflicto bélico generado por los intereses geoestratégicos de las potencias imperialistas.
En la madrugada del 14 de abril, se pudo comprobar nuevamente que el actual gobierno de la Casa Blanca es el principal enemigo de la paz en el mundo al realizar un ataque aéreo a Damasco que violó toda la normativa del derecho internacional.
Sin autorización de su propio Congreso, ni del Consejo de Seguridad de la ONU, y pasando por alto la presencia de expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) en territorio sirio para investigar el supuesto ataque químico en la ciudad de Duma, Donald Trump ordenó el ataque.
Más de 110 misiles fueron lanzados sobre la capital siria, bajo la excusa de “proteger” a la población de probables y supuestos ataques químicos. Esta acción criminal ha sido repudiada por los pueblos del mundo y por los gobiernos progresistas que se niegan a permitir que EEUU avance en su política guerrerista.
Desde Venezuela, exigimos respeto para Siria, una nación hermana que defiende su soberanía y su derecho a la libre determinación. Esta agresión no es solo contra Siria, es una advertencia contra la paz mundial y por ello todos debemos sentirnos aludidos.
Y es que lo mismo que hacen hoy en Siria, pretenden hacerlo contra Venezuela los agentes de la derecha y el neoliberalismo regional que buscan a toda costa una intervención militar en la Patria de Bolívar y Chávez para derrocar a la Revolución Bolivariana.
Ante ese despropósito, se impone la voluntad de los pueblos. Por más que intente el imperialismo norteamericano aislar, sancionar y bloquear al Gobierno Bolivariano, Venezuela sigue en pie de lucha. Y así lo evidencia el resultado de la fracasada Cumbre de las Américas que culminó este sábado en Lima, sin pena ni gloria.
Desde Washington esperaban la inclusión en la declaración final de este evento, de un texto que promoviera la injerencia en nuestro país con los falsos argumentos de la supuesta “crisis humanitaria” y la falta de democracia. No lo lograron. La dignidad de la mayoría de los gobiernos del continente no lo permitió. América Latina reconoce la soberanía y el derecho del pueblo venezolano de acudir a elecciones libres y transparentes este 20 de mayo para decidir su propio destino.
Pero la amenaza imperial sigue presente. Por ello la diplomacia de paz bolivariana continúa estrechando vínculos para fortalecer alianzas y consolidar a América Latina y el Caribe como zona de paz. No permitiremos que la ambición guerrerista de Trump llegue a nuestra Patria Grande.
En ese contexto, estamos regresando de una exitosa gira que nos llevó a Nicaragua y El Salvador, a representantes del Poder Constituyente y del Poder Ejecutivo, para afianzar nuestros lazos de amistad, solidaridad, cooperación y unidad antiimperialista a fin de enfrentar de manera conjunta las amenazas del imperio norteamericano en nuestro continente.
En el año 2006 el Comandante Eterno nos dijo: “Es posible un mundo donde no impere un país, ni un policía mundial, ni la guerra, ni las bayonetas, sino el sentimiento más profundo de hermandad e igualdad”. Frente a la barbarie imperial, nosotros estamos convencidos que los pueblos libres y soberanos del mundo derrotaremos los intentos hegemónicos de la administración Trump de imponer su diplomacia de odio y de terror en el planeta. ¡Unidos Venceremos!
¡Con Chávez Siempre!
¡Viva Siria!
¡Viva la unidad antiimperialista de los pueblos!