En la capital peruana, cuatro ejemplares del pitiyanquismo más acabado se reunieron con el vicepresidente imperial para batirle la colita
El viejo vampiro de la IV República
Cuatro sujetos de la ex-MUD se reunieron en Lima con el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, para pedirle que ese país castigue más a Venezuela de lo que ya lo ha hecho.
Es muy simbólico que ese triste episodio del pitiyanquismo haya ocurrido en la bella capital peruana porque fue el expresidente del país inca Pedro Pablo Kuczynki, quien acuñó la frase esa de que “Latinoamérica es como un perrito gracioso echado en la alfombra de Estados Unidos”. Estos cuatro son aspirantes a perrito de alfombra y ¡vaya que en Lima movieron la colita!
La voz cantante en el encuentro con el insípido Pence la llevó un representante de la vieja política, de la antigua Acción Democrática, aunque ya no pertenezca a ese partido.
Se trata de Antonio Ledezma, apodado «el Vampiro» porque tiene un parecido con el personaje del Abuelo Monster (aunque este, en verdad, es un señor tierno que sale mal parado en esa comparación). Ledezma es un descendiente político de Carlos Andrés Pérez, a quien ha imitado siempre, hasta en la manera de torcer la trompa cuando da declaraciones.
Igual que Pérez, se supone que es un socialdemócrata, un tipo que, al menos en el espectro de la oposición, está en un lugar relativamente moderado. Pero, en la práctica, igual que Pérez lo estuvo, él está a la derecha de la derecha, al lado de los fascistas más recalcitrantes. A la hora de las definiciones, Ledezma es (como Pérez lo fue) uno de los sujetos más reaccionarios que alguien pueda imaginarse.
El discurso de este personaje ante Pence quedará en los anales de la historia como uno de los más antinacionales y obsecuentes que alguna vez haya pronunciado venezolano alguno, aun incluyendo a ultraderechistas fanáticos de la era de la Guerra Fría y defensores de la Corona en tiempos coloniales.
El síndrome de los muñequitos de torta
En el grupo que se reunió con Pence, junto al mentado cuartorrepublicano, estaban tres fieles representantes de la nueva derecha, la que ha surgido desde 1999, como “esperanza blanca” contra de la Revolución Bolivariana.
Uno de ellos encarna el subgrupo de los sifrinos bonitos de la clase media hacia arriba, quienes consideran que esas características fisonómicas y sociales les conceden el derecho a dirigir la sociedad.
Carlos Vecchio representaba allí a Leopoldo López, no solo porque sean del mismo partido, sino también porque son de la misma especie: los muñequitos de torta.
Gestionar sufrimiento, darse la gran vida
Otro de los representantes de la neoderecha, aunque ya se acerca a los 50, es Julio Borges. Suerte de Rafael Caldera redivivo (y devaluado), Borges es un doctor almidonado que anda por el mundo reuniéndose con presidentes y reyes, viajando por las más importantes capitales de Europa y América, todo ello para pedir que esos países tomen medidas que hagan sufrir aún más a los venezolanos.
Mientras más gestiones hace, mientras más países visita, mientras mejor vida se da él, peor la pasan las personas comunes y corrientes en esta tierra, en especial los más pobres, los enfermos, los niños y los adultos mayores.
El pichón del sionismo
El cuarto personaje de la banda de Lima es el más joven y, tal vez, el más peligroso porque es la cara de una de las fuerzas oscuras del mundo: el sionismo. David Smolansky encarna los intereses no solo de la rancia derecha, sino de varios de los peores supremacismos que han imperado en la historia.
Basta recordar su intento de disparar una perversa matriz de opinión según la cual los cuerpos de seguridad del Estado venezolano estaban empleando “armas químicas” para enfrentar a los manifestantes pacíficos que salieron a las calles en abril de 2017.
Llamó de esa manera a un dispositivo de gas pimienta de uso común por todas las fuerzas antimotines del mundo. Pero, claro que no fue una imprecisión semántica ni una falta de conocimiento acerca del tema. Fue una calculada maniobra para hacer daño y justificar la intervención de las fuerzas externas que acechan a Venezuela. Por cierto, justo ese mismo día, Estados Unidos haya atacado miserablemente a Siria, justo con el argumento de destruir armas químicas.
¿A quién de estos cuatro individuos debería dársele el Perrito de Alfombra de Oro? Es una elección difícil porque todos han hecho su mejor esfuerzo por ganárselo, batiendo la colita.