Este glorioso 1° de Mayo no solo celebramos los logros y conquistas de la clase obrera nacional e internacional, sino la derrota aplastante que le estamos propinando al imperialismo norteamericano y a la oligarquía criolla en su intento de aniquilar nuestra Revolución Bolivariana.
Pese a las dificultades, seguimos adelante junto a un pueblo valiente que resiste con hidalguía los embates de esta guerra económica y defiende su derecho a ser libre y soberano.
Hemos iniciado la campaña electoral con gran entusiasmo, sin caer en triunfalismos pero seguros de la madurez política de la gran mayoría de los venezolanos y venezolanas, que han tomado conciencia y saben que la Revolución Bolivariana es la única garantía de paz y desarrollo económico con justicia social para el país.
Nuevamente el chavismo ha colmado las calles no solo en Caracas, sino en todo el territorio nacional para demostrar una vez más que los trabajadores y trabajadoras están con el Presidente Obrero Nicolás Maduro.
La clase trabajadora está clara y conoce que necesitamos ganar esta nueva batalla electoral para de una vez por todas iniciar la optimización productiva de la Patria, con los obreros, los campesinos, los movimientos sociales, las comunidades organizadas al frente de la ofensiva económica.
Es cierto, como lo ha reconocido el mismo camarada Presidente Maduro, que aún nos falta fortalecernos más, superar vicios: el egoísmo, el individualismo, el burocratismo, la corrupción, pero estamos avanzando a pasos agigantados en esta nueva etapa de la gestión bolivariana para erradicar estos flagelos de la práctica revolucionaria.
Enfrentamos duras amenazas externas. La administración Trump no cesa en su ambición imperial de convertirnos nuevamente en una colonia para usurpar nuestros recursos naturales y energéticos y arrebatarle al pueblo los beneficios sociales, económicos y políticos que la Revolución Bolivariana le ha otorgado.
En esta campaña que iniciamos hace semanas y culminará con la victoria popular del 20 de mayo, debemos hacer énfasis en ganar los corazones de aquellos que por diversos motivos sienten hoy apatía o descontento no solo con la Revolución, sino también con quienes nos adversan. Es necesario que la gente participe y vote, y lo haga de manera consciente.
Nosotros no prometemos “fórmulas mágicas” para salir de la actual coyuntura económica, ni proponemos el espejismo de la dolarización que ha traído nefastas consecuencias para los pueblos latinoamericanos. Lo que proponemos es la superación del rentismo capitalista para construir la Venezuela potencia con un modelo socialista; preservar y defender nuestra independencia y soberanía, y acelerar la transición hacia la libertad económica.
La victoria revolucionaria del 20 de mayo, será sin duda una Victoria Económica, porque nos dará la suficiente estabilidad política para echar a andar el corazón productivo de la Patria y pasarle por encima a la burguesía importadora y especuladora y a los grupos económicos que desangran el bolsillo del pueblo.
Con la conducción de nuestro Presidente Obrero Nicolás Maduro, y conscientes de lo que está en juego, el futuro y el bienestar de las nuevas generaciones, vamos indetenibles hacia un nuevo triunfo electoral que dará continuidad al Gobierno Bolivariano y nos colocará en la primera línea de la ofensiva para derrotar el bloqueo financiero y recuperar la prosperidad económica y garantizar la felicidad de nuestro pueblo.