Hacia el 6 de diciembre
El PSUV, cuya estructura organizativa también participa en el control y la prevención del nuevo coronavirus, se está preparando para las elecciones del 6 de diciembre. Elecciones legislativas, para recuperar el parlamento después de la victoria de la derecha en 2015. Desde que ganó, la coalición opositora ha transformado uno de los cinco poderes que conforman la institución venezolana en un centro de desestabilización, prometiendo eliminar el chavismo en seis meses.
Un cálculo incorrecto que les produjo resultados opuestos. Cuanto más la derecha se comprometió a seguir el camino golpista para derrocar al gobierno, respondiendo a las órdenes de Estados Unidos, tanto más erosionó el consenso alcanzado en las urnas. Con una acción inteligente de resistencia y mediación, el gobierno bolivariano ha podido aprovechar las divisiones internas de un bloque que es cualquier cosa menos compacto, sacudido por enfrentamientos de intereses que estallaron desde el momento en que la presidencia temporal de la Asamblea Nacional, pasó al diputado de Voluntad Popular, Juan Guaidó.
Hoy, una gran parte de la oposición, un arco que atraviesa todos los partidos de la derecha, ha aceptado el diálogo con el gobierno y hecho acuerdos comunes para organizar las parlamentarias del 6 de diciembre con un nuevo CNE en el que tiene una fuerte presencia. La fracción más descaradamente pro-atlántica, fraudulenta y antidemocrática, dirigida por Guaidó y sus compinches (Machado, Ledezma, etc) pretenden obstruir la elección por temer que perderán la oportunidad de manejar un botín que ya creían tener en sus manos.
Sin embargo, cuentan con el apoyo de fuertes poderes internacionales. Por su parte, la vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, Tania Díaz, durante el programa de radio «Dando y Dando» que lidera junto con Aristóbulo Istúriz, dijo que su posición se vuelve algo insostenible en instituciones como la Unión Europea, que imponen «sanciones en nombre de la democracia”.
¿Qué podría ser más democrático que una elección, especialmente si los mecanismos también han sido respaldados por gran parte de la oposición? ¿Por qué no participar si creen que son «mayoría»?
Porque, evidentemente, el cálculo previo de las relaciones de poder no tranquiliza a los golpistas, empujándolos a continuar en el camino violento. Una ruta que, hace tres años, después de meses de devastación organizada para expulsar a Maduro del gobierno, fue desactivada por el lanzamiento de la Asamblea Nacional Constituyente, que trajo la paz al país.
Los más de 8 millones de votos que confirmaron la decisión en las urnas el 30 de julio permitieron un punto de inflexión política, después de la apertura altamente participada de la ANC el 4 de agosto. Ni siquiera el intento de consulta no autorizada, organizado por la oposición para rechazar la propuesta de la ANC, logró que la población venezolana, incluso de la oposición, desistiera de ir a las urnas; desafiando así la violencia de la derecha.
La campaña mediática internacional, destinada a presentar la ANC como una institución autoritaria, impuesta por Maduro contra la voluntad popular, se activó de inmediato contra la convocatoria a la elección. Por Voluntad Popular, los defensores de la “democracia” de la oligarquía disfrazaron a un simulacro de «referéndum» organizado sin bases legales.
La misma táctica es utilizada ahora por la derecha, con el lanzamiento de un supuesto «referéndum digital» de 9 puntos, para pedirles a los Estados Unidos y la «comunidad internacional» que intervengan militarmente en Venezuela: para establecer el «reino de Narnia» de Guaidó.
Un «referéndum», en inglés y español, también dirigido a los venezolanos en el extranjero para invitarlos a boicotear las elecciones de diciembre. En el sitio web «vanguardia ciudadana», los promotores se autodenominan «un grupo de ciudadanos independientes». La foto de Luis Almagro, el principal patrocinador de la OEA en todas las campañas de agresión contra Venezuela, destaca en la apertura cuál es el nivel de “independencia”.
Son independientes como la ONG Kape-Kape, que recibe fondos de la CIA para «defender la democracia» en Venezuela. Ahora, esta organización está comenzando un ataque contra el nuevo CNE de Venezuela, acusándolo de penalizar a la población indígena. En este sentido, reivindica la elección fraudulenta de los tres diputados indígenas, quinta columna de la derecha, para obtener la mayoría absoluta de escaños en el parlamento de 2015.
La decisión de juramentarlos, a pesar de la decisión del Tribunal Supremo de Justicia, dio lugar al desacato de la derecha en el Parlamento para subvertir las instituciones. Otros dos clásicos argumentos, utilizados por la propaganda internacional, son el tema de los «derechos humanos» y el de los «refugiados».
Para apoyar el boicot de la elección, los medios internacionales dan espacio al informe de Michelle Bachelet. Cuán respetuosa de los derechos humanos es la Alta Comisionada de la ONU, a pesar de haber sufrido la represión de Pinochet en Chile, lo demostró al celebrar como gran demócrata al joven nazi venezolano, Lorent Saleh, a quien España ahora le ha otorgado la ciudadanía.
En cuanto al tema de los «refugiados», la intención de Acnur o Amnistía Internacional de ocultar o falsificar la realidad es clara. A medida que los migrantes regresan a Venezuela para recibir asistencia gratuita, expulsados de los países vecinos donde esperaban encontrar “El Dorado”, los portales en español de América del Norte muestran grupos de venezolanos que intentarían ingresar a Ecuador, uno de los países que peor maneja la pandemia de coronavirus.
En vísperas de las elecciones estadounidenses, la intoxicación mediática está dirigida a la comunidad latina, particularmente afectada por las malas decisiones de Trump, para dirigir su voto. «Alrededor del 30% de los migrantes venezolanos son jóvenes, adolescentes, algunos de ellos participaron en las guarimbas de protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro», admiten las leyendas de las fotos que acompañan los artículos.
«La derecha se ha dedicado a hacer sufrir al pueblo, nosotros tratamos de llevarlo a la mayor felicidad posible», dijo el constituyente Francisco Ameliach hablando en el programa «Dando y Dando».
Aristóbulo Istúriz invitó a estar alerta en la «defensa integral de la nación», y comentó sobre las 4 líneas propuestas por Maduro para la campaña electoral: fortalecer, expandir y apoyar logísticamente a las Brigadas de Prevención Popular, desplegadas para enfrenar al Covid 19; lograr una «unión perfecta» con los partidos aliados del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GGPSB), desarrollar una campaña electoral creativa en relación directa con el pueblo; la cuarta línea, dijo el presidente, es «defender la verdad de Venezuela en todas las áreas, regionales, nacionales e internacionales (redes y paredes) con todos los movimientos sociales del mundo».