Roy Daza
Gracias a la mediación de Noruega, el gobierno venezolano representado por Jorge Rodríguez y la opositora Plataforma Unitaria de Venezuela, encabezada por Gerardo Blyde, firmaron un Memorando de Entendimiento que les permitió encontrarse en México el pasado 13 de agosto y reanudar conversaciones que a juicio de los involucrados —hasta la fecha— han sido constructivas, por lo que pactaron continuarlas el 3 de septiembre. Roy Daza, miembro de la Comisión Especial de Diálogo Reconciliación y Paz de la Asamblea Nacional, analiza para Cuatro F el significado del encuentro en el país azteca, el cual representa —a juicio del parlamentario— el acta de defunción del llamado “estatuto de la transición” con el que se pretendió imponer el ficticio interinato de Juan Guaidó.
– ¿Cuál es la génesis del diálogo que se desarrolla en México?
Las conversaciones que tienen lugar en el Museo Antropológico de la Ciudad de México, entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la Plataforma Unitaria de Venezuela, tienen su génesis en la victoria contundente que ha alcanzado el pueblo venezolano, bajo la conducción estratégica del Presidente Nicolás Maduro, sobre el plan del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, contra nuestro país. Es conocido que desde Washington se intentó constituir una especie de “gobierno paralelo”, mediante el cual esa facción opositora convirtió a la Asamblea Nacional, —que condujeron hasta enero de este año—, en un foco de subversión que solicitó la aplicación de las llamadas “sanciones económicas” que afectan de manera criminal a toda la población, y presionaron para generar un cerco político, mediático y diplomático; a fin de preparar las condiciones para una invasión armada de tropas estadounidenses a la Patria de Simón Bolívar.
Todo ese plan de Trump y de los grupos vende-patria, se les vino abajo por la conciencia patriótica y democrática del pueblo, por su capacidad de organización y movilización, por la unidad cívico–militar, eje fundamental del proceso revolucionario.
El fracaso del magnicidio en grado de frustración contra el Presidente Maduro, el intento fallido de invasión del 23 de febrero de 2019 o cuando pretendieron ejecutar un golpe de Estado en abril de ese mismo año, al igual que la incursión mercenaria de mayo de 2020, constituyen hechos históricos que ni la más sofisticada maquinaria mediática puede borrar. El pueblo y su Fuerza Armada Nacional Bolivariana le ganaron la batalla a Trump y a sus secuaces.
Las tropelías de quienes estuvieron al frente de la Asamblea Nacional, particularmente en 2019, provocaron una ruptura en la oposición que inició un proceso mediante el cual las corrientes democráticas se deslindaron de los lacayos de Trump, y comenzaron a transitar la vía del diálogo que se concretó en los acuerdos del 16 de septiembre de 2019; lo que permitió su participación en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2020 y todo el proceso de reinstitucionalización en curso. Tales acontecimientos se sintetizan en la estrategia democrática trazada por el Presidente Maduro y el Alto Mando de la Revolución, fundamentada en el diálogo político, la paz y en la reconciliación nacional.
Entonces, es posible señalar que las conversaciones en México suceden gracias a que las fuerzas que asumieron la vía violenta se vieron aisladas, sin poder para desarrollar sus planes, dándose cuenta del giro de la política internacional y de la bochornosa e inútil actuación del “presidente interino” que los estaba llevando al abismo.
– ¿Quiénes participan?
El Gobierno Bolivariano del Presidente Maduro, representado por el Doctor Jorge Rodríguez, presidente de la AN, Héctor Rodríguez, Gobernador de Miranda y el joven parlamentario Nicolás Maduro Guerra; mientras que del lado de la Plataforma está presente una delegación de nueve miembros, encabezada por Gerardo Blyde, quien firmó el Memorando de Entendimiento el pasado 13 de agosto.
– ¿Para cuándo se espera tener los primeros resultados?
Está establecido que esta instancia tiene 180 días, pero puede ser menos, dado que se flexibilizó el método de negociación según el cual “nada está decidido hasta que todo esté decidido”; y en esta oportunidad podrá avanzarse en la medida en que se llegue a consensos. Resulta obvio que los acuerdos sobre las elecciones del 21 de noviembre tendrán prioridad.
– ¿Cómo afecta al cronograma electoral?
El diálogo en México no afecta el cronograma, muy por el contrario, se vislumbra una amplia participación en las megaelecciones.
– ¿Qué papel juega Juan Guaidó y su supuesto “gobierno interino” en estas negociaciones?
La facción de la que ese señor forma parte está representada en México, pero al momento de suscribir el Memorando de Entendimiento que, por cierto, fue aprobado por unanimidad por la Asamblea Nacional en sesión ordinaria del 17 de agosto, indica que los que allí concurren son: el Gobierno del Presidente Maduro y la Plataforma Unitaria, lo que significa, sin lugar a dudas, que el fantasmagórico “gobierno interino” se acabó.
– ¿Se podrán alcanzar acuerdos duraderos?
Aunque no se pueda afirmar que habrá consenso en todos los puntos, considero que sí habrá acuerdos duraderos en los temas fundamentales.
– El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, ha establecido que el levantamiento de las sanciones está condicionado a la celebración de elecciones “libres” ¿Qué significa este mensaje y cómo afecta al proceso de diálogo?
Es una maniobra para intentar incidir en las negociaciones, para torpedearlas. Lo que le pasa a Borrell es que la política exterior de la Unión Europea está subordinada a la de los Estados Unidos, esa es una posición lamentable en naciones que se dicen defensoras de la democracia. Se les cayó la careta a esos falsos demócratas.
– ¿Biden podría desmontar el bloqueo si se alcanzan acuerdos en la mesa de diálogo?
La decisión que asuma el Presidente de los Estados Unidos no depende del curso de las negociaciones entre el Gobierno y la Plataforma, tal asunto tiene relación con la posibilidad de iniciar un diálogo directo entre los gobiernos de Venezuela y el de Estados Unidos, tema que ha vuelto a colocar sobre el tapete el Presidente Maduro. Si el Presidente Joe Biden tiene sentido de la realidad, y anota con precisión lo que aquí pasó con el plan de Trump, deberá llegar a la conclusión de la importancia que tiene levantar el bloqueo a Venezuela y reanudar las relaciones diplomáticas con nuestro país. Que mire la historia, en 100 años Venezuela fue una fuente segura de suministro de petróleo a Estados Unidos, y puede seguir siéndolo, siempre y cuando nos sentemos en una mesa a discutir de igual a igual. Nosotros nunca nos subordinaremos al imperialismo, y eso lo sabe Biden.
– ¿Cuál es el papel de Estados Unidos en este proceso?
La más elemental lógica sería que la Administración Biden respaldara el Memorando de Entendimiento aprobado, pero la naturaleza dictatorial e imperialista de ese régimen se lo impide. Ojalá en Washington puedan comprender la realidad de nuestro país, y las transformaciones que tienen lugar en el mundo actual.
– ¿Los créditos del FMI son parte de las negociaciones?
No necesariamente, pero el diálogo puede abrir espacios para abordar el tema de los recursos a los que Venezuela tiene derecho, y que hasta ahora han sido negados por el Fondo Monetario.
– ¿Cuáles son los temas más polémicos en estas negociaciones?
Los seis temas del Memorando son polémicos, ahora, a mi juicio: la renuncia a la violencia de parte del grupo opositor que está sentado en México, el reconocimiento del Presidente Maduro como Jefe de Estado y el tema de luchar juntos contra el bloqueo, son determinantes.