Entrevista exclusiva a Jesús Farías
Jesús Farías, un cuadro político procedente del Partido Comunista de Venezuela, fue uno de los fundadores del Partido Socialista Unido de Venezuela. Hoy forma parte de la Dirección Nacional del PSUV y es diputado de la Asamblea Nacional.
Profesor de Economía Política en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, es economista con estudios de postgrado en Economía Internacional y Ciencias Políticas.
En entrevista para Cuatro F, publicada en el libro Asedio a Venezuela, Jesús Farías explica que Venezuela constituye y ha constituido siempre un eslabón esencial dentro de la política estadounidense del hemisferio dictada por la Doctrina Monroe, en donde el petróleo es una pieza clave. El control de las reservas energéticas siempre ha sido un objetivo fundamental del imperialismo yanqui. Por esta razón, Venezuela es víctima de una agresión ejecutada por fases, con ataques de todo tipo, configurando una estrategia de guerra total, que se potenció luego del fallecimiento del comandante Hugo Chávez.
Desde entonces Venezuela resiste frente a una agresión imperialista multidimensional redimensionada, cuyo elemento central ha sido el bloqueo económico. A continuación, compartimos extractos de la entrevista que se publica en su totalidad en el libro Asedio a Venezuela, editado por Cuatro F en coedición con Vadell Hermanos Editores.
¿En qué consiste el bloqueo?
Se trata de una estrategia sistemática de asfixia financiera de nuestra economía y destrucción del aparato productivo, que tiene múltiples componentes y un solo propósito: ocasionar un caos que conduzca a un estallido social alimentado por las terribles dificultades materiales y sociales de nuestro pueblo, lo cual debe traducirse en el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro a través de una insurrección popular, un golpe de Estado con militares captados por la CIA o una intervención militar extranjera.
¿Por qué EE.UU. ha sancionado a PDVSA si dijo que las medidas solo afectarían a los funcionarios corruptos?
Es una tremenda hipocresía. El propósito de las sanciones imperiales es arruinar la economía. Esta estrategia se ha desplegado de forma implacable y su eje central apunta a destruir el corazón económico del país, que es la industria petrolera nacional. No es por casualidad que la mayoría de los ataques se dirigen contra PDVSA.
Venezuela es una economía petrolera desde inicios del siglo pasado y atacar este sector significa vulnerar y perturbar buena parte de todos los procesos económicos.
Se estima que un 70% de los ingresos del Estado proviene de la industria petrolera y el 95% de las divisas que percibe el país es generado por las exportaciones petroleras. Al desplomarse estos ingresos, se ha producido una colosal contracción del aparato productivo nacional.
Como parte del bloqueo se ahuyenta a los inversionistas en el negocio del petróleo con multas gigantescas, se impide la adquisición de tecnología, maquinaria y repuestos, insumos y todo lo necesario para producir hidrocarburos en el país, lo que se ha traducido en una brutal caída de la producción de crudo.
Al momento de anunciarse la primera sanción del gobierno de Donald Trump en agosto de 2017, la producción petrolera alcanzaba 2 millones de barriles diarios, desde entonces la caída ha sido dramática. En momentos llegamos a producir menos de 50.000 barriles diarios.
Hemos perdido nuestros mercados como consecuencia del terror desatado por Washington contra los potenciales compradores de nuestro petróleo, amenazándoles con durísimas sanciones, lo que obviamente también ha determinado el descenso de la producción de crudo.
A diferencia de las otras petroleras del planeta que recurren al sistema financiero para el apalancamiento de su producción, nuestra industria de hidrocarburos no tiene las posibilidades de financiamiento externo, así como tampoco el resto de la economía.
La industria petrolera nacional ha sido sometida a un estrangulamiento sistemático y al secuestro de sus activos en el exterior, entre ellos CITGO, la principal filial de PDVSA en el extranjero, que está valorado en unos 10 millardos de dólares y ha sido secuestrada por el gobierno estadounidense.
¿Qué otros aspectos de la economía han sido afectados por el bloqueo?
El desplome de los ingresos petroleros ha ocasionado la contracción de dos terceras partes del aparato productivo en los últimos siete años y, especialmente, en los últimos cuatro años. Es decir, la implosión de nuestra economía es la consecuencia directa de las sanciones imperiales a la industria petrolera.
Paralelamente, han sido secuestrados más de 6.500 millones de dólares en oro, cuentas en el extranjero, títulos, etc. Con esos recursos se podrían atender situaciones de enorme gravedad como, por ejemplo, la pandemia. Además, se ha cerrado el financiamiento externo a la economía.
Los ataques ocurren en todos los ámbitos del desarrollo de la economía. Por ejemplo, no tenemos formas de vender nuestros productos en el exterior y tampoco hay acceso a tecnología, maquinarias e insumos extranjeros. Hemos sido excluidos del sistema de pagos internacional. Incluso se dificulta la adquisición de medicamentos, como ocurrió recientemente cuando recursos para la adquisición de vacunas a través del sistema COVAX fueron bloqueados.
¿Cuánto ha perdido Venezuela por el bloqueo?
El costo económico de las sanciones imperialistas supera los 120.000 millones de dólares de acuerdo a cálculos conservadores. Es una cifra colosal. Con esos recursos pudiéramos haber aliviado y resuelto cada uno de los problemas vitales que afectan la vida de nuestro pueblo: mejorar sustancialmente los servicios públicos, incrementar los salarios, mejorar el funcionamiento de nuestras redes hospitalarias y la educación, generar empleo de calidad, etc. No hay un solo problema económico o social en nuestro país, que no esté determinado por un bloqueo económico absolutamente criminal por su impacto en nuestro pueblo. No cabe duda, de que el bloqueo es el principal obstáculo que impide en los actuales momentos el desarrollo de la nación.
¿El bloqueo a Venezuela constituye un crimen de lesa humanidad?
Sin lugar a dudas, es un acto genocida, ya que constituye una violación masiva a los derechos humanos de nuestro pueblo; vulnera el derecho a la salud, educación, derecho a ingresos que puedan satisfacer las principales necesidades de nuestra gente, derecho al empleo, ya que se han perdido numerosos puestos de trabajo a causa del bloqueo. Es una atrocidad la que se está cometiendo. Ha ocasionado decenas de miles de muertes.
¿Es un bloqueo similar al que existe contra Cuba?
Son más de 60 años del bloqueo más brutal contra Cuba socialista. Adicionalmente, hay en la actualidad otras naciones golpeadas por las sanciones imperiales. La República Popular Democrática de Corea ha sido castigada desde el mismo momento de la guerra desatada por los EE.UU. en los años 50. El pueblo iraní ha sido víctima de medidas coercitivas unilaterales por décadas. En los actuales momentos, se restablece contra la Nicaragua sandinista la agresión económica de los años 80. Siria no solo fue destruida por la guerra imperialista, sino que sufre un bloqueo criminal. También grandes potencias como China y Rusia resisten a sanciones absolutamente ilegales.
En este momento, la tarea fundamental de nuestro país consiste en enfrentar y derrotar el bloqueo, superar los efectos de este ataque inhumano.
¿Cómo ha hecho Venezuela para sobrevivir al bloqueo?
Es un desafío de gran envergadura. La Revolución Bolivariana encabezada por el presidente Nicolás Maduro Moros ha desplegado una serie de acciones para poder revertir los efectos del bloqueo, para evadir todas las restricciones, castigos y amenazas que surgen del imperialismo. Un elemento esencial lo constituye la Ley Antibloqueo, cuyo propósito esencial es reactivar el aparato productivo, estimulando la inversión en el país. Para lograrlo, estamos conscientes que tenemos que proteger al inversionista frente a las sanciones.
¿Cuáles podrían ser las consecuencias de hacer negocios con Venezuela a partir de las sanciones de los EE.UU.?
Hay diferentes formas de amenazar, disuadir y castigar a los actores económicos que se interesen en invertir o hacer negocios en Venezuela. Se les impone multas y se prohíbe cualquier tipo de negocios con empresas norteamericanas en los EE.UU. Se les congelan sus cuentas y pierden sus activos en ese país. Se amenaza a otras empresas fuera de territorio estadounidense, que pudieran tener algún tipo de relación financiera o comercial con las empresas interesadas en invertir o comercializar con nuestro país. Se adopta un mecanismo de persecución implacable, sistemático, del cual es difícil zafarse.
El sector privado también se ha visto afectado. Ha perdido cuentas en el exterior, clientes, proveedores, solo por el hecho de que el país está sancionado y hay un temor generalizado a realizar negocios con empresarios venezolanos.
Tenemos enormes problemas para transportar los productos porque los puertos también están afectados por el bloqueo y las navieras amenazadas por las sanciones.
- Pero EE.UU. ha dicho que el bloqueo no afecta a las medicinas ni los alimentos…
Completamente falso, recursos que fueron asignados para medicinas y alimentos también han sido bloqueados. Por temor a castigos, hemos perdido proveedores de alimentos y medicamentos… Y, finalmente, para adquirir productos destinados a la alimentación o la salud se necesitan ingresos, los cuales han sido ilegalmente confiscados en el exterior, en unos casos; y devastados por los efectos del bloqueo, en otros.
El Comandante Chávez trató de diversificar clientes y mercados, por lo que hizo negocios con Rusia, China e Irán. ¿El bloqueo ha afectado estas relaciones comerciales?
Como te decía, son países que también han sido objeto de sanciones por oponerse a los dictados de los EE.UU., por asumir una política independiente. Son medidas ilegales que se aplican sobre la base de la arrogancia del imperialismo y su desafío a las leyes. En el caso de Rusia, China e Irán, hemos tenido su solidaridad como naciones, ayuda y respaldo en aspectos fundamentales como el político, diplomático, militar e, incluso, económico, pero este último aspecto se ve restringido por las amenazas y sanciones. Se trata de empresas, muchas de ellas privadas, que tienen que cuidar sus intereses. Sin embargo, más allá de eso, se trata de aliados que buscan la construcción de un mundo sin hegemonías y cuyo apoyo ha sido importante para resistir la arremetida yanqui.