El culto al dinero sigue siendo una idea dominante en nuestra sociedad y eso favorece la depredación del patrimonio público, opina el investigador
Para frenar realmente la corrupción es necesario vencer la ideología del dinero, esa que pone la búsqueda de la riqueza individual por encima de los intereses colectivos, afirma el psicólogo José Garcés, investigador del tema y autor del libro Psicología de la corrupción.
Garcés sostiene que el fenómeno de la corrupción tiene un fuerte carácter ideológico. “Como decía Mao, las ideas dominantes en una sociedad son la ideas de la clase dominante y en la nuestra, la idea dominante sigue siendo la búsqueda del dinero y aunque es de la clase dominante, se extrapola a todos los niveles de la sociedad”.
A su juicio, esa búsqueda del dinero va asociada a la negación de los derechos del otro, pues al corrupto no le afecta saber que su robo causa daño a la comunidad, incluso a personas muy vulnerables, como niños, enfermos o ancianos. “Simplemente, se lleva la plata y chao”, explica.
Al ahondar sobre el carácter ideológico, Garcés puntualiza que desde hace años ha planteado un problema muy serio que arrastra nuestro proceso político: “Estamos construyendo una Revolución que favorece al colectivo, pero sobre bases culturales que favorecen, por el contrario, al individualismo”.
Añade que se trata de una contradicción muy seria que debe ser abordada en algún momento; porque los patrones ideológicos y culturales que estamos reproduciendo son los del individualismo, que no dan oportunidad al ejercicio de la comunidad, del vínculo, de la colectividad. “Siempre digo que los antiguos mayas se saludaban diciendo in lak’ech, una frase que significa ‘yo soy otro tú’, y la otra persona respondía hala ken, ‘tú eres otro yo’. Es el ideal de una cultura en la que yo entiendo que si te hago daño a ti, me estoy haciendo daño a mí. La cultura del yo no permite darse cuenta de eso. El debate ideológico acerca del individualismo también es un tema que debemos tratar a profundidad”, subraya.
La variable psicológica
Ante la pregunta de cómo combatir la corrupción en una sociedad que en una gran proporción está corrupta, Garcés, también un destacado cultor de la canción necesaria, responde que como es un fenómeno que tiene muchas causas, para solucionarlo hay que incorporar también muchas variables sociológicas, administrativas, sociales y, desde su especialidad, la parte psicológica. En este campo existen pruebas para determinar la honestidad o la tendencia a la corrupción de los funcionarios.
“Algunas son pruebas estándar de uso internacional promovidas por grandes firmas de auditoría. Nosotros, en nuestras propias investigaciones realizadas hace algunos años, demostramos que sí es posible tener un abordaje psicológico de la corrupción, adaptada a la realidad nacional porque hay pautas específicas para nuestro contexto y para los sujetos que se mueven en esa realidad”, apunta.
Precisó que durante su experiencia en el servicio de Psicología de un cuerpo de seguridad del Estado, durante 25 años, pudo comprobar que las personas que ciertamente habían cometido diversos actos ilícitos, eran capaces de burlar los test de evaluación. “Salían bien en las pruebas de personalidad, nivel intelectual, y tenían un historial impecable. Eran perfectos, pero habían sido señalados ampliamente de corrupción. Por eso debimos adaptar esas pruebas para hacerlas más eficientes en la detección de las normativas extrainstitucionales, los llamados caminos verdes”, plantea.
¿Qué pasa en una sociedad como la venezolana cuando los señalados como corruptos son altos funcionarios, que han ejercido cargos importantísimos? ¿Qué efectos causa, aguas abajo en las instituciones, saber que un ministro o un presidente de empresa estatal es corrupto? Garcés contesta estas preguntas diciendo que cada persona reaccionará de acuerdo a su sistema de valores. “Allí se verificará un sesgo de confirmación. Esto significa que quien esté a favor de la Revolución considerará que si esa persona es investigada, estamos ante una prueba de la honestidad del proceso político. En cambio, los opositores dirán que esto confirma que todos en el gobierno son corruptos. Esa es la psicología de una sociedad polarizada”, expuso.
La tendencia a corromperse
Garcés dio su opinión también acerca del nivel de vulnerabilidad de la mente humana ante las tentaciones de la corrupción. Concretamente se le preguntó si una persona honesta es designada en una responsabilidad donde debe manejar altas sumas de dinero, es muy probable que se corrompa.
“Sí es muy probable porque vivimos en una sociedad altamente ideologizada, en la que las ideas dominantes siguen siendo las de la clase dominante burguesa. Si no desarrollamos una ideología de la unión, del vínculo, de la colectividad, será muy difícil vencer esas desviaciones –reiteró-. La ideología individualista nos hace creer que solo nosotros estamos en el mundo y que tenemos derecho a buscar nuestro provecho en cualquier circunstancia. Nos olvidamos de que estamos interconectados. Por eso somos tan susceptibles de caer en la corrupción. Por eso es que se dice que no hay nadie capaz de aguantar una cañonazo de un millón de dólares. Es un problema serio, sobre todo para un proceso revolucionario. La persona que llega a estos cargos debe tener unos principios morales firmes, férreos, con un entrenamiento moral y emocional determinante porque si no los tiene, el peligro está dentro de nosotros, en el ADN de nuestra alma”.