Por: Alcides Martínez
Mucho se ha hablado de la construcción de las 200 Ciudades Comunales orientadas por nuestro presidente obrero, Nicolás Maduro Moros, en el marco de Plan 200 Carabobo, año Bicentenario de la Batalla gloriosa y libertaria de Carabobo. Muchos están claros y muchos no, sobre todo los que no creen, ni aportan al poder popular organizado en Consejos Comunales y Comunas y en este aspecto podemos incluir a opositores, que por supuesto, no solo no creen en las Ciudades Comunales, sino que además se burlan y juegan al fracaso de las mismas. También pudiéramos mencionar algunos alcaldes y alcaldesas, gobernadores y gobernadoras nuestros que no están en sintonía de la construcción del nuevo Estado Comunal, piensan y hasta han manifestado que con construir una plaza o inaugurar un urbanismo de la GMVV ya están construyendo la Ciudad Comunal.
Pues no compatriotas, las Ciudades Comunales tienen que ver con el nuevo hombre y la nueva mujer. Cuando Chávez decía que el socialismo es el mismo cristianismo era por la trasformación de la sociedad toda, claro, el tema de la agro-producción juega un papel fundamental, el temas económico como pilar fundamental en esta nueva fase del poder popular, pero sin duda, es obligante y vinculante la conciencia, los valores morales, familiares, espirituales, porque se trata del vivir viviendo, de la Patria bonita que nos prometió nuestro Comandante Supremo, Hugo Chávez Frías.
Las Ciudades Comunales, van más allá de una construcción civil, arquitectónica, obras de envergadura, son Ciudades Comunales donde se cambia la actitud de habitantes por ciudadanos, es la nueva espiritualidad, la nueva conciencia visionaria para dejar atrás lo que decía el Cantor del Pueblo Alí Primera: “La ignorancia no mata el Pueblo pero tampoco lo salva”. O lo que dijo nuestro Libertador Simón Bolívar: “Nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza”. Pero también lo dijo muy claro y acertado Chávez: “Si queremos acabar con la pobreza en Venezuela hay que darle el Poder al Pueblo”.