Por Luis Darío Bernal Pinilla
Es encomiable ver, miles de actos, marchas, conciertos, pronunciamientos, denuncias a lo largo del planeta; en solidaridad con el pueblo de Palestina y en contra del crimen genocida de Israel, llevado a cabo, de manera miserable por el Ejército sionista y sus secuaces norteamericanos.
PERO …
Pero es muy poco lo que se ha logrado para frenar la barbarie. Y lo que es más grave, para no sólo defender a un pueblo, el palestino. Sino a una cultura milenaria. cuyos gérmenes se remontan al antiguo pueblo de los filisteos, mencionados en la Biblia, pobladores de la costa meridional del territorio conocido como Canaán.
Esta etnia, integrada por inmigrantes vinculados a los pueblos del mar (parece ser de procedencia Egea) se asentó en esta zona durante la transición, afirman los antropólogos, entre la Edad de Bronce y del Hierro. Aproximadamente en el siglo XII a. C.
La palabra Palestina, además, proviene del latín Palestina, nombre de una provincia romana, y según Herodoto, del griego Palaistine, que a su vez viene del hebreo P´lesheth, que significa tierra de los filisteos. Recordemos que merced al Hierro, los palestinos dominaron a las poblaciones del interior, las tribus hebreas, con las cuales libraron cruentas batallas. Esta enemistad quedó bien registrada en la Biblia en donde se transformó el término filisteo en una designación peyorativa, que ha llegado a través de dicho Libro hasta nuestros días.
Y lo que sucede es que mientras la propuesta, muy encomiable, sucede a escala planetaria, en Gaza mueren seres humanos. Niños, niñas, jóvenes, adultos. Y la proyección, dios no lo quiera, como dicen las señoras, es que ese pueblo, como pasa con otras especies (permítaseme la triste comparación) puede perfectamente desaparecer de la faz del planeta. Y con él una Cultura.
No basta Rezar …
Esta frase, de una conocida canción de protesta de Alí Primera, podría transformarse en “No basta protestar”, para detener el exterminio de un pueblo inerme, enfrentado a los ejércitos más sanguinarios de la época moderna, el sionista de Israel y su apoyo el norteamericano.
Esto, hay que aclarar, antes de continuar, no es una guerra. En ellas, siempre hay enfrentamientos de ejércitos organizados. Aquí es una Fumigación inhumana, dolorosa, sangrienta, injusta, cobarde, de un Ejército regular, con todo un poderío militar de última generación, contra una inerme población civil que, si no muere por los bombardeos, muere de hambre, sed y falta de medicamentos.
Qué Hacer
Pensamos, dadas las circunstancias que se están viviendo, y la urgencia de impedir la desaparición de este pueblo heroico, que la única forma de que el mundo, deje de ser ingenuo y pueda frenar esta hecatombe poblacional, es que todos los pueblos del planeta, y los países que se dicen demócratas, cuyos gobiernos hacen declaraciones formales, altisonantes, de saludo a la bandera, de apoyo a Palestina, inicien una escalada de bloqueo a Israel. De carácter económico, militar, diplomático, financiero, comunicacional. Que no sólo permita a la población israelí, sentir lo que está viviendo el pueblo de Palestina, sino que frene toda acción sionista.
No hay tiempo que perder. Si no se actúa de inmediato, si no se ata de pies y manos a Israel, no sólo estaremos siendo cómplices de un crimen, sino asistiendo, como asistimos todos los días a la extinción Irreversible de numerosas especies de animales, a la muerte y desaparición de una sociedad, compuesta no por animales irracionales, sin o por seres humanos.
*Escritor, poeta, crítico, promotor cultural y de lectura y abogado colombo-venezolano.