Muerte, droga y corrupción anteceden al retorno de los talibanes
Veinte años después de iniciar la “Guerra contra el Terrorismo”, las tropas de EE. UU. abandonaron Kabul, dejando al 73 por ciento de la población afgana en situación de pobreza, donde 6,8 millones de personas corren riesgo de padecer inseguridad alimentaria aguda. Según el Banco Mundial las actividades ilícitas se incrementaron, especialmente la producción de opio y la corrupción. De acuerdo al Informe Mundial sobre Drogas 2019, Afganistán fue el mayor productor de opio del mundo durante 2017, con 86 por ciento del volumen total.
La reciente llegada de los Talibanes deja a 37 millones de afganos bajo la incertidumbre de que se reimponga la estricta interpretación de la ley islámica que en el pasado atentó contra los derechos de mujeres y niñas.
Francisco González, abogado especialista en sistemas de integración regional, junto a Francisco Contreras, vocero de Internationell Arena —organización social sueca—, analizan para Cuatro F el regreso al poder del grupo islamita, su génesis y efectos en el mapa geopolítico planetario.
-¿Quiénes son los Talibanes?
Los talibanes se formaron como organización en 1994, y son la continuación de los muyahidines que combatieron a los soviéticos en los años 1980’s. Estos últimos fueron financiados y entrenados por el servicio de inteligencia de Pakistán y la CIA de EEUU. Los Talibanes llegaron al poder con el apoyo de Pakistán y Arabia Saudita en 1996 e instauraron un emirato islámico que duró cinco años, hasta 2001. Talibán significa «estudiante religioso» y promulgan una doctrina islamista. Hay dos características importantes. Son pastunes, la población mayoritaria en Afganistán, y musulmanes suníes. En 1996 les ganaron a los llamados señores de la guerra que ejercían el poder; después de la retirada de los soviéticos y del derrocamiento del gobierno socialista afgano.
- ¿Cómo se inició esta guerra y qué explica la rápida retoma del poder de los talibanes tras la salida de las tropas estadounidenses?
Comenzó en 2001 con el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre, cuando Bush aprovechó el momento para imponer la llamada Pax Americana, que es la posible Hegemonía del Nuevo Orden Mundial a través de la guerra y el desacato al derecho y orden internacional. La llamada Guerra contra el Terrorismo de Bush fue una estrategia formulada con anterioridad al 2001, pero que se convierte en una opción viable en el contexto político internacional. Los sectores más influyentes y preponderantes en esta estrategia son los Neoconservadores, el Lobby del petróleo, el complejo militar-industrial y el Lobby de Israel.
La ocupación de Afganistán durante el 2001, la invasión a Irak y las guerras en el medio oriente, son resultados de este nuevo orden. Los talibanes son castigados por por haber prestado apoyo a Al Qaeda y a Bin Laden en el ataque a EE. UU. y fueron expulsados del poder. Con la ocupación se impone nuevamente a los señores de la guerra; lo que ha significado 20 años de guerra en Afganistán. Más de 150 mil afganos muertos y cientos de miles de refugiados. Los señores de la guerra se han enriquecido con la corrupción y la guerra. Solo EE. UU. se ha gastado 2 billones de dólares, equivalente a 115 años del Producto Interno Bruto de Afganistán. Por tanto, no hay ningún apoyo por parte de la población afgana a la ocupación y a los gobiernos sumisos a los intereses de Washington.
- ¿Qué papel han jugado EE. UU. y Rusia en esta confrontación?
El llamado triunfo de los talibanes después de 20 años de guerra y la forma en que se impone la misma tiene que ver con tres ideas centrales:
1. La salida de las tropas de EE. UU. y sus aliados de Afganistán es el resultado de los acuerdos firmados entre talibanes y EE. UU. en febrero de 2020, cuando Norteamérica también se comprometió a liberar los 5.000 prisioneros talibanes. Por su parte, el grupo islamita acordó parar los ataques a EE. UU. y a sus aliados occidentales desde territorio afgano y a negociar el poder con los señores de la guerra, por lo que están exigiendo que se cumpla lo acordado si es necesario a fuerza de cañón.
2. La derrota definitiva de la Pax Americana. EE. UU. no es capaz de controlar y mantener su hegemonía internacional. Ya no están en condiciones de seguir imponiendo guerras por el mundo. Lo dice Biden “Los estadounidenses no pueden ni deben luchar o morir en una guerra que los afganos no están dispuestos a luchar por sí mismos». La derrota de Obama en Siria fue la antesala del derrocamiento del orden unipolar de EE. UU. El triunfo de los talibanes, viene a confirmar el surgimiento de un nuevo orden internacional, pluripolar, dominado por la tríada de Estados Unidos, China y Rusia.
3. Afganistán sigue teniendo importancia a nivel geopolítico. Ubicada en el centro de Asia, comparte fronteras con China, Pakistán e Irán y está próximo a Rusia e India. Será territorio en disputa, tanto Pakistán como Arabia Saudita cuentan con los talibanes en su afán de dominar la región. Mientras que Rusia y China, ya en julio sostuvieron contactos con los talibanes para asegurarse un entendimiento; y son casi los únicos países que mantienen abiertas sus embajadas en Kabul. Irán en su disputa con Arabia Saudita y la India con sus tensiones con Pakistán tienen mucho que temer de la nueva Afganistán de los talibanes.
– ¿Para qué han servido 20 años de intervención militar?
– La salida de las tropas norteamericanas de Afganistán implica ser símbolo de la decadencia de occidente … Huntington habló de la guerra de civilizaciones, y en eso EE. UU. está perdiendo la batalla. Si la política intervencionista es ya un drenaje para la intervención de grupos corporativos mafiosos que se lucran de la producción de opio, heroína y la masificación de estás drogas en ciudades como Kabul, que en 20 años de intervención está sitiada y drogada para no percibir el desangre y su destrucción.
– ¿El retorno de los talibanes se puede considerar como una derrota a la política injerencista de EE. UU.?
– La derrota es política, diplomática y militar, EE. UU. ha quedado como el país que luego de sus invasiones viola todas las leyes del derecho internacional público, y ha perdido todo sentido su política de intervención ante la comunidad internacional.